La mecánica  de la convocatoria del plebiscito refrendatorio del acuerdo de paz al que llegaron el Gobierno y las Farc quedó prácticamente lista ayer.

A primera hora, como se había anunciado el lunes pasado, luego de que el Congreso aprobara por mayoría la solicitud presidencial para citar este mecanismo de participación popular, el presidente Juan Manuel Santos firmó el decreto respectivo de convocatoria para el próximo 2 de octubre.

En dicha norma, lo más importante es que, por fin, tras ocho meses de polémicas y especulaciones de todo tipo sobre la redacción y carga semántica del interrogante, se precisó cuál será el interrogante que se someterá a consideración de los colombianos para que aprueben o rechacen el acuerdo final de paz al que llegaron la semana pasada las partes en La Habana.

“¿APOYA USTED EL ACUERDO FINAL PARA LA TERMINACIÓN DEL CONFLICTO Y LA CONSTRUCCIÓN DE UNA PAZ ESTABLE Y DURADERA?”.

Ese es el texto exacto de la pregunta que irá en la papeleta que cada ciudadano recibirá en la mesa de votación el 2 de octubre próximo, y en la que deberá tachar la casilla del “Sí” o el “No”, que serán las únicas que aparecerán, ya que no habrá para el voto en blanco, pues así lo estableció la respectiva ley estatutaria aprobada por el Congreso en diciembre pasado y que fue avalada por la Corte Constitucional.

En ese fallo, el máximo tribunal había dejado en claro que la pregunta del plebiscito debía ser clara, directa y que no indujera al elector a votar por determinada opción. Tampoco podía versar la pregunta sobre el tema de la paz, ya que este es un derecho fundamental que no puede considerarse como opcional para los colombianos.

Pregunta clara: Santos

Según explicó Santos, al firmar el decreto y revelar el interrogante, esta es una “pregunta clara y sencilla que no da lugar a ninguna confusión”, y está de acuerdo con el mandato de la Corte Constitucional,  ya que incluye las palabras que aparecen en el título del acuerdo final logrado entre el Gobierno y las Farc el miércoles pasado.

“No es una pregunta retórica sobre si los colombianos quieren o no la paz, sino muy concreta sobre si apoyan o no el acuerdo final que ya ha sido publicado y difundido, durante todos estos días, por todos los medios”, afirmó.
Revelada en agosto de 2012, tras un año y medio de conversaciones confidenciales, la agenda de negociación se denominó “Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” y el acuerdo final suscrito la semana pasada, en La Habana, por los jefes negociadores también se denominó como “acuerdo final  para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”.

Según el Presidente, desde el Gobierno se darán “todas las garantías para hacer campaña por el Sí o por el No, y para votar con tranquilidad, para votar con seguridad”.
“¡Ahora solo falta el voto del pueblo colombiano! Está en sus manos, las manos del pueblo, decirle Sí a este acuerdo que va a cambiar la historia del país”, afirmó el Jefe de Estado.

​Agregó que “este será un plebiscito, además, que se dará sin confrontación armada con las Farc, pues ayer mismo (el lunes), a las cero horas, comenzó el cese al fuego y de hostilidades bilateral y definitivo”.
“Están dadas todas las condiciones para que los colombianos se pronuncien libremente”, dijo y puntualizó que “esperamos, por supuesto, que le den un Sí a este acuerdo, para enterrar definitivamente medio siglo de guerra y comenzar una nueva era, la era de la paz”.
Rifirrafe esperado

Como era previsible, tras conocerse la pregunta que se someterá a consideración de los colombianos el 2 de octubre, se generó una nueva polémica entre los partidarios del “Sí” y los del “No”.

Obviamente las críticas más fuertes vinieron del uribismo. El coordinador del comité promotor del “No”, ex senador Juan Carlos Vélez, dijo que la  pregunta del plebiscito “afirma que el acuerdo ‘construye una paz estable y duradera’. ¿Cómo puede garantizarla? He ahí la trampa”.

Advirtió que “incluir la palabra ‘paz’ en la pregunta del plebiscito confunde a los colombianos y va en contravía de lo ordenado por la Corte Constitucional”.

También agregó: “otra trampa más: Dice 'apoya' y no 'aprueba'. Agrega la palabra 'paz' y no menciona que el acuerdo fue con las Farc”.

El parlamentario del Centro Democrático, Samuel Hoyos, indicó que “preguntar a los colombianos si quieren o no la paz es tramposo, la pregunta debe ser si acepta o no el acuerdo entre las Farc y el Gobierno”.

A su turno, el exsenador y periodista, Juan Lozano, indicó que “la pregunta del plebiscito, que ocultaron al Congreso, induce respuesta y esconde signatarios del acuerdo, vulnera lo dispuesto por la Corte”.

Las réplicas no se hicieron esperar por parte de la coalición gubernamental. “Al que no le guste la pregunta del plebiscito es delirante, esquizofrénico, peligroso y desea la guerra”, dijo el senador y copresidente de La U, Armando Benedetti.

El senador de la Alianza Verde, Antonio Navarro, le salió al paso a las críticas sobre por qué no se había incluido en la pregunta la palabra Farc. “Y qué ganamos o perdemos si no se incluyó, si todos sabemos que el acuerdo es con las Farc. No es con Sendero Luminoso, es con las Farc. Que hayan incluido la palabra o no, no cambia para nada, porque se trata del título del acuerdo que se ha hecho en La Habana”, manifestó en declaraciones radiales.

Otros senadores y dirigentes de la coalición santista que respalda el proceso de paz indicaron que la pregunta no induce ni direcciona a los votantes, y que la palabra “apoya” es necesaria, ya que se trata de decirle “Sí” o “No” a una política gubernamental, puesto que la decisión en las urnas sólo es vinculante y obligatoria para el presidente Santos y no para el Congreso y la Rama Judicial, según lo determinó la Corte. Por esa razón no se escogió la palabra “aprueba”, ya que esta implicaría una decisión obligatoria, que no es del caso en este plebiscito refrendatorio.