Auge del Eln | El Nuevo Siglo
Sábado, 20 de Agosto de 2016

El Ejecutivo, por estar completamente dedicado al tema de las Farc, viene dejando de lado otras actividades clave en el mantenimiento del orden público. Una de ellas, por supuesto, el flanco del Eln. Una guerrilla que, desde que se anunció la eventual apertura de la mesa de conversaciones en Quito, no ha hecho más que escalar sus acciones subversivas, generando inestabilidad en varias zonas del país.

El caso del secuestro del exparlamentario Odín Sánchez, que fue canjeado por su hermano enfermo, plagiado desde 2013, resulta tan dramático como cualquier de los tantos incidentes escabrosos en las décadas recientes y retrotrae al país a los escenarios tradicionales de barbarie y depredación. Por lo demás, a cada tanto, el Eln produce secuestros múltiples, el último de ellos a varios arroceros de Arauca que aparentemente están a recaudo y arbitrio de la guerrilla en Venezuela. De modo que mientras se abren los pasos peatonales en la frontera, al mismo tiempo la volatilidad limítrofe cobra vigencia a favor del terrorismo.

De otra parte, el Eln mantiene activos todos sus frentes y realiza las mismas actividades que lo han sostenido durante los últimos cincuenta años. En tal sentido no puede en modo alguno proclamarse el fin del conflicto armado interno en Colombia si esa guerrilla permanece en las mismas condiciones de siempre.

De hecho, las autoridades tienen múltiples inquietudes en torno a que la desmovilización de las Farc podría significar, en cierta medida, un aumento en los contingentes del Eln. A hoy se dice, inclusive, que esta organización guerrillera también actúa como una enseña yustapuesta para realizar actividades de las Farc. Como se sabe, ya existen algunos frentes de las Farc que han dicho que no se plegarán a los acuerdos de La Habana.

Por lo pronto, los datos oficiales dan cuenta de que esta última fuerza irregular tendría unos 6.700 hombres-arma. Los expertos han sostenido que, en un proceso de paz, puede calcularse que hasta un 20 por ciento de los contingentes podrían no desmovilizarse. En esa dirección, esa cifra podría alcanzar, dentro de las Farc, hasta 1.200 hombres.

Por lo pronto, sin embargo, quienes se han declarado en contra de la cobertura de los acuerdos de La Habana no llegarían a 300 guerrilleros. El dato es, desde luego, absolutamente preliminar, puesto que no se tendrá una cifra concreta hasta tanto los miembros de las Farc no estén debidamente localizados y las armas entregadas.

Justamente por ello, el tránsito de tropas de las Farc hacia el Eln o a otras manifestaciones armadas ilegales, como las bacrim, no puede a hoy concretarse. Pero parece evidente que en algunos casos ya hay tratativas para cumplir esos propósitos. De suyo, las autoridades han dicho oficialmente que hay sectores donde las facciones guerrilleras operan conjuntamente.

El Eln ha pactado con el Gobierno una extensa agenda de negociaciones, pendiente de hacerse la primera reunión para protocolizar la metodología. De este anuncio ya hace meses, mientras que el Eln mantiene su accionar por todo el país. Uno de los casos más publicitados fue el plagio de la periodista Salud Hernández, a la que devolvieron, sana y salva, en pocos días.

De otro lado, el Eln es una organización guerrillera fundada casi al mismo tiempo de las Farc, siendo una mezcla de sectores procubanos y de la denominada teología de la liberación, lo mismo que con entronques universitarios en las milicias urbanas. No se ha distinguido por un despliegue de sus frentes pero sí por un trabajo de base, proclives como son a la teoría guevarista del “foco”.

Así las cosas, el Gobierno debe dar respuesta frente a lo que se está gestando. Resultaría ampliamente desfavorable al fin del conflicto armado la permanencia de una agrupación acostumbrada a revivir como el ave fénix. Incluso, el ‘Comando Central’, a diferencia de las Farc, permanece intocado y sus miembros salen y entran a Colombia sin mayores restricciones, obviamente por vías ilegales.

En los últimos días, igualmente, el Gobierno nombró de “gestores de paz” a ‘Felipe Torres’ y ‘Francisco Galán’. Ha dicho, de la misma manera, que para poder dialogar todos los secuestrados tienen que ser liberados.

Sea lo que sea, el Eln no se ha conmovido un ápice. Tiene, ciertamente, una amplia agenda de negociación en el bolsillo. Se ha mostrado, asimismo, contrario a las conversaciones de La Habana por considerar a las Farc muy laxas en la Mesa. En tanto, hacen y deshacen con el orden público. No puede, pues, el Gobierno desamparar ese frente y dedicarse exclusivamente a las Farc.