No más violencia | El Nuevo Siglo
Viernes, 6 de Julio de 2018

La forma de sanar la sociedad de la violencia y de la falta de amor es reemplazar la pirámide de dominación con el círculo de la igualdad y el respeto.

Manitonquat.

 

Aunque la violencia en nuestro país sigue y se acrecienta nuevamente, no podemos desfallecer. Me niego a creer que con la llegada del nuevo presidente, Iván Duque Márquez, se vaya a recrudecer la guerra nuevamente.

Es muy preocupante que diariamente asesinan vilmente en sus casas, al lado de sus familiares en el trabajo y a mansalva líderes sociales, campesinos y comunales en todo el país. Y la respuesta de las autoridades es la misma: son hechos aislados, obedecen a retaliaciones o son problemas de faldas y no se investiga a fondo que esta pasando. Porque estos asesinatos sistemáticos y hacia estos dirigentes sociales, alguien debió seleccionarlos y enviar a ejecutarlos, en todo el país. Humildes líderes campesinos, sociales y educativos caen indefensos ante la mirada impávida y triste de sus allegados y vecinos.

Y no pasa nada. Las autoridades se limitan al levantamiento del cadáver, dar la noticia y anunciar exhaustiva investigación. Los partidos políticos hacen mutis a esto y el nuevo gobierno guarda silencio. Van más de trescientos asesinatos y cerca de 50.000 nuevos desplazados y no hay un solo capturado. ¿Cuántos lideres deberán caer para que la comunidad nacional e internacional se apersone del tema?

¿Qué pasa con nosotros los colombianos? ¿Estamos condenados a vivir en guerra? ¿Porque se acallan las voces de los que quieren defender los Derechos de sus comunidades y pueblos? ¿Quién está ordenando estos asesinatos? ¿Quién los financia? ¿Qué está pasando con las fuerzas militares y de policía que no evitan estas muertes?

Los civiles estamos inermes, expósitos ante las balas asesinas de grupos desconocidos que están acallando las voces de los menos favorecidos.

La paz con las Farc nos trajo un sosiego, algo de tranquilidad, pero ahora grupos de bandidos terroristas se están tomando el país a sangre y fuego y eso lo tenemos que impedir. No permitamos que nos arrebaten la vida y la paz de nuestras manos.

Los hechos violentos siguen en aumento, día a día. El desplazamiento forzado y las víctimas inocentes aumentan, el posconflicto no ha llegado a muchas regiones del país como Nariño, Chocó, Cauca y el Catatumbo.

Debemos recomponer nuestra sociedad desde la casa, desde la familia, desde la escuela y la sociedad misma. Debe haber alguna forma de desarmar los espíritus, y cesar la violencia. Y en este tema debe propugnarse por un gran Acuerdo Nacional porque esta violencia nos afecta a todos. A todos por igual, aunque los muertos los pongan nuestros inermes campesinos, a quienes además les siguen robando sus tierras, en las cuales de inmediato aparecen grandes cultivos tecnificados.

Debo registrar según informes de Guillermo Cardona, líder comunal nacional, que nueve dirigentes comunales han sido asesinados ante el silencio o indiferencia del Estado, pues nadie se pronuncia.

Exigimos respeto por el derecho a la vida y rechazamos todas las formas de violencia, provengan de donde provengan.

 lorenarubianof@gmail.com