Ni un centavo | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Julio de 2018

Las centrales obreras alertaron sobre el eventual enfoque salarial del entrante Gobierno.

Voceros sindicales previnieron sobre peligro de que nuevo Gobierno disminuya el salario mínimo.

De locos sugerir reducción del salario mínimo a trabajadores.

Cuando era ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, hoy al frente de la misión de empalme del electo Presidente, Iván Duque, planteó rebajar el ingreso de los más pobres del país.

Ocurrió en una rueda de prensa en la Federación de Cafeteros cuando se preguntó al ministro Carrasquilla sobre el incremento salarial que por entonces se pactaba en la mesa tripartita de concertación.

El funcionario citó la conveniencia de recortar el salario de trabajadores en momentos en que la economía reclamaba un impulso para su reactivación.

Fue un planteamiento o sugerencia de Carrasquilla, no anuncio ni decisión.

Mermarle a trabajadores su ingreso mensual sería un golpe bajo al consumo e iría en contravía a la política económica que propone el entrante Gobierno.

Impresentable siquiera especular con un recorte al salario mínimo.

Pobreza, desigualdad y desconfianza de hogares no aguantan un salario más pírrico del que ya se tiene.

El sueldo de nuestros obreros es muy pobre. Tienen razón las centrales obreras.

A los trabajadores no les sobra ni un centavo. Hacen milagros con tan poco.

Remuneración de operarios no alcanza para alegrarse. No queda para un antojo.

Menguar pago de asalariados sería meterle un gol en fuera de lugar a canasta familiar.

Gobierno que viene tendrá que jugar limpio en estadio de la equidad.

No hay que ser tacaños con el sustento de las familias trabajadoras.

Si Presidente Duque quiere clasificar con éxito su plan social no tiene espacio para cometer autogoles.

Achicar aún más el bajo salario mínimo es frenar el consumo.

Lo que sí podría hacerse es devolver la capacidad adquisitiva a trabajadores.

A poblaciones pobres, marginadas y dedicadas al rebusque les vendría bien una política integral de empleos dignos y bien pagos.

Gobierno y empresarios pueden ayudar a mejorar el ingreso para reducir pobreza y deserción en colegios y universidades.

El salario mínimo no da para esparcimiento, para un cine o un buen café. Menos para ir de viaje y ni hablar del ahorro.

Economía nacional al comenzar julio apenas marcha. El crecimiento es modesto y las ventas crecen poco. Consumidores prefieren pagar sus obligaciones bancarias antes que ir de compras.

Diversos renglones de la producción algo han mejorado, pero aún tienen limitantes para generar puestos de trabajo.

Inversión y consumo podrían reanimarse con una mayor rebaja en costos del dinero.

Tasas de interés en los bancos han bajado, pero no suficiente, incluso, en algunos casos se han encarecido.

El recorte de tipos de interés por parte del Banco de la República se ha trasladado, pero muy poquito, a los bancos del país.

Banqueros pueden hacer mucho más.