Mis amigas Ana y Mía | El Nuevo Siglo
Foto archivo
Domingo, 22 de Julio de 2018

Para mí el peso siempre ha sido un desafío que no he podido conquistar, tal vez porque nunca le he dado mucha importancia, pero para la sociedad y las personas que tengo a mi alrededor, sí es un tema por el cual trasnocharse.

Mi tía siempre me ha dicho “si no eres delgada nadie te va a querer en la vida” y desde los doce años he recibido quejas del por qué como esto o aquello o si acaso estoy haciendo el suficiente el ejercicio.

Además, desde siempre he recibido consejos de dietas, invitaciones a gimnasios y un sinfín de opiniones. Hace unos meses una amiga me paso el enlace para entrar a un grupo de una red social. Ahí, otra solución milagrosa a mis problemas de toda la vida.

La respuesta es muy sencilla, solo tiene que dejar de comer, y pues si pecas, nada más tienes que actuar rápidamente y sacar todo de tu sistema. Seguro que les suena, Anorexia y Bulimia, así las llaman los médicos, aunque en el grupo se les llama Ana y Mía, dos amigas incondicionales para obtener ese cuerpo soñado.

La red permite que personas de muchas partes se unan, por lo que es un grupo multicultural y diverso. Pero todos con un mismo objetivo y una forma de hacerlo. Mujeres, hombres y sobre todo muchos adolescentes son los asistentes de esta agrupación.

Camilo se presenta diciendo: “Tengo 20 años. Yo estoy hace cuatro años con Ana y Mía. Mi mejor amiga me pide ayuda para guiarla por este camino. Y mi novia no me dice nada mientras que coma una vez al día. Ella también estuvo, pero fue nerviosa. No es pro Ana ni Mía. Mis padres saben que yo no comía pero nunca me dijeron anoréxico. Solo me llamaron tonto. Mis suegros trataban de regañarme más.”

Las historias difieren pero en principio todos buscamos lo mismo, que al vernos en el espejo la imagen que este nos refleje sea la que siempre hemos imaginado. Que seamos aceptados por los que nos rodean y que podamos lucir la ropa que queramos.

En el año 2016 Diana empezó a usar la anorexia como una forma de llegar a ese cuerpo ideal. Con tan solo dieciséis años decidió disminuir su consumo de alimentos hasta prácticamente dejar de comer. Esto combinado con bastante ejercicio la llevó a una talla que para algunos es una envidia, pero para ella no es suficiente.

“Mido 1,60 creo, y debo pesar 48 Kg. Con gym y motivación me propuse estar así. Y me cuidé con la comida. Usaba a Ana casi siempre y cuando podía, porque mis padres me vigilan, y usaba a Mía también. Pero me siento mal con mi cuerpo, no puedo parar”, asegura Diana.

Métodos para calmar el hambre

Dejar de comer no es algo sencillo. Se requiere una voluntad acérrima que te permita combatir las ansias que son generadas por el hambre y por el instinto de supervivencia que te lanza sobre el plato de comida.

Diana me aconseja, “para controlar la ansiedad a mí me ayuda ver fotos de chicas delgadas en Pinterest o simplemente en Internet. También puedes comer hielos, dormir, salir a caminar o enciérrate en tu cuarto, y así.”

También aconsejan mucho tomar té o agua caliente que calma el hambre y no tiene calorías. Es muy importante el asunto de saber qué comes, por lo que las tablas nutricionales y de metas se convierten en tu herramienta diaria. 300 calorías al día es la meta, creo que nunca la podré lograr, eso es lo que como en un desayuno.

Camilo me cuenta una anécdota de sus comienzos: “Tenía tanta hambre en ese momento, llevaba sin comer como dos semanas, así que me lance hacia el refrigerador y me comí toda una bandeja de lasaña en un instante. Luego me sentí tan mal, así que corrí al baño y me metí dos dedos en la garganta hasta que lo vomite todo.”

A lo que Diana responde, “no te tortures pensando en lo que comiste... Tortúrate castigándote para quemar lo que comiste. Ten control de ti”.

Hacer ejercicio hasta que todas las calorías consumidas sean historia del pasado. Algunos también se cortan para distraer el dolor de la inanición o ingieren cosas como algodón o papel, lo cual es un peligro porque el cuerpo no está diseñado para procesarlos.

Diana lo intentó cuando estaba en el teatro, “te sientes liviana pero a veces los jugos gástricos no desintegran el algodón y este hace una clase de tapón. Por lo que tuvieron que operarme para sacarlos.”

Los sentimientos van entre la decisión de ser delgados y enfrentarse a lo que sea, y el de la culpa por esconderse, por comer de más y el no hacer tanto ejercicio como se requiere. Todo acompañado de ese malestar de no verse bien ante el espejo.

Los modelos a seguir

En algún momento hemos querido usar ese vestido o la blusa que aparece en la revista, la televisión o el internet y que nos luzca de la misma manera en la que lo observamos, pero al probarlo no es así. Nuestro cuerpo tiene muchas curvas o no las tiene en absoluto y la prenda deseada se vuelve un objeto imposible. Esos modelos que lucen perfectamente se convierten en las thinspo o thinspiration, una guía sobre cómo deberíamos lucir. Estudiar sus rutinas, sus consejos, su peso y apariencia se convierte en el ideal.

“Recuerda que cuando escojas una thinspo esta debe tener tu misma altura y el cuerpo que deseas lograr”, me aconseja Camilo.

Encontrar thinspo es muy sencillo, puedes poner esa palabra en el buscador e inmediatamente te lanza los enlaces a redes como Intagram, Tumblr, blogs y muchas más. Ahí las chicas y chicos que creen en Ana y Mía publican lo que hacen, lo que comen o mejor lo que no comen, y las formas para llevar estos regímenes a cabo.

Finalmente no creo que esta sea la solución para mí, pero me sirvió para entender un poco lo que piensan estas personas que siguen un ideal inalcanzable.