‘Loca’ tributación | El Nuevo Siglo
Jueves, 19 de Julio de 2018

TOMEN nota: en 2019 vendrá una nueva reforma tributaria, que como todas las anteriores, dolerá y seguirá apretando a quienes poco tienen.

En los últimos 16 años de gobiernos Uribe y Santos, una reforma impositiva, en promedio, cada 24 meses. Así nadie aguanta.

El electo presidente Iván Duque, dijo en su campaña que no subirá impuestos. Sin embargo, ninguna reforma fiscal se hizo para reducir tarifas.

Al designado ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, le debe sonar la idea de empresarios de presentar una nueva reforma tributaria al Congreso para según ellos, moderar las cargas.

Significa que la más reciente reforma tributaria del gobierno Santos no sirvió mayor cosa. Se presentó con el rótulo de estructural, y de eso no tuvo nada. Se desaprovecharon los tiempos y oportunidad de modernizar costoso y anacrónico régimen fiscal colombiano.

Ahora, vuelve y juega. Con agravante de que colombianos ya están avisados y prevenidos. La clase media, asalariados y quienes devengan cualquier ingreso más o menos decente, saben que la tributación aquí es de locos.

Una locura la catarata de impuestos.

Propuesta de gremios de la producción debería enfocarse en cerrar puertas a evasión y a hacer que quienes tienen más tributen más.

Ir tras el rastro de paraísos fiscales y ponerlos a tributar. También hay que penalizar duro el contrabando y por esa vía aumentar recaudos.

Encontrar y judicializar empresas, comercios y particulares que le hacen ‘conejo’ al fisco con el IVA. Hay que llegarle a negocios que se quedan con producto del IVA, aquellos que no aceptan tarjetas de crédito para sacar provecho.

Ir a la fuente del engaño donde un hacendado o feliz millonario pone sus huevos en varias canastas de amigos o parientes para aparentar régimen simplificado.

La tal regla fiscal supone siempre mayores recaudos. Cada inicio de nuevo Gobierno las finanzas públicas lucen maltrechas según cuentas oficiales y en consecuencia, es menester volver a barajar las cartas de una nueva reforma tributaria.

Y así no la pasaremos cada cuatrienio. Aduciendo que requerimos aumentar tributos para cumplir metas fiscales e inversión social, aplicamos cambios súbitos en reglas de juego que espantan inversiones y causan incertidumbre y nerviosismo.  

Siete reformas tributarias en gobiernos de Uribe y Santos es una locura.  ¿Y qué se logró? No mucho sí vemos que hoy las cuentas fiscales llaman un nuevo proyecto impositivo.

Gravar pensiones mayores a 6 salarios mínimos y poner a tributar a quienes ganen arriba de 2,5 salarios, no es la salida. Hay que actuar donde realmente están las causas del descuadre tributario.

Está bien aliviar cargas a empresas y depurar denso sistema tributario, atiborrado de arandelas, gabelas y exenciones.

No más intentos fallidos de mejorar universo tributario. En la evasión y ocultamiento de capitales está el hueco.

Se requiere sistema impositivo que genere confianza y no ahuyente. Y por favor, eliminen el odioso 4 por mil.