La Constitución descuartizada | El Nuevo Siglo
Sábado, 28 de Julio de 2018

De enorme interés el debate realizado en el aula máxima de la universidad La Gran Colombia para presentar el denso y voluminoso volumen titulado “Los errores del 91, Constitución Descuartizada”, de que es autor el exsenador y catedrático Ricaurte Lozada Valderrama. La obra fue patrocinada por esta institución que preside José Galat. Participaron con originales ponencias el rector de la universidad Santiago Castro, Germán Bula, presidente del Consejo de Estado, exministro y versado jurista. Por último, intervino con autoridad y excelente dominio del tema Ricaurte Lozada, quien además de ágil polemista, es un espléndido orador.

Quienes vivimos dedicados a estos temas, repetimos una y mil teorías en libros, artículos de prensa, foros, conferencias y comentarios cotidianos.

¿Qué hacer con el Estado? ¿Desmantelarlo como hicieron los liberales?  ¿Endiosarlo como pretendieron los fascistas? ¿Aniquilarlo como postularon los anarquistas? ¿Llevarlo al museo de antigüedades como afirmaron los marxistas?  ¿O esterilizarlo, como quieran los neoliberales? ¿Qué hacer con el Estado? La solución más racional para ser la de ser utilizarlo como un instrumento eficaz para el desarrollo humano y remodelarlo para que cumpla de la mejor manera las necesidades de la sociedad contemporánea.

El debate para lograr la mejor solución hay que seguirlo librando. La controversia que se desarrolló en el aula máxima de la universidad La Gran Colombia por Santiago Castro Agudelo, Germán Bula y Ricaurte Lozada Valderrama, fue un acto espléndido de aprobación académica. Qué bueno hubiera sido que Jaime Castro y Jaime Bernal Cuéllar, presentes, hubieran formulado comentarios. Ya habrá ocasión de hacerlo.

Las ideas mueven al mundo y el recinto más apropiado para este tipo de confrontaciones inteligentes es la universidad. Justamente con el apoyo de La Gran Colombia, en el gobierno de Guillermo León Valencia (1962 a 1964) entregué al país mi libro “Teoría Gorgona”, con prólogo del presidente Valencia sobre la justicia sin rostro, (mejor un juez sin rostro que un juez asesinado) para combatir al terrorismo. Fue una adaptación que hice de la justicia que Italia le aplicó a la mafia siciliana. Allí se explicó la urgencia de un Ejército antiguerrilla, como lo estaba haciendo EE.UU en Vietnam. Los embajadores de Italia y EE. UU facilitaron toda la legislación al respeto y aquí la adaptamos jurídica, sociológica y sicológicamente al país, los cooperantes, protección al testigo, cambio del Ejército paquidérmico, etc. Fueron propuestas llevadas a cabo por la Universidad La Gran Colombia que tanto se interesa por aportar proyectos al Gobierno para superar dramas como el de la demencial insurgencia empotrada en el alma de tanto colombiano extraviado.

Con paciencia, en otros escritos comentaremos las audaces teorías de Ricaurte Lozada Valderrama. Con el talentoso directivo del siglo, Alberto Abello, nos aprestamos al combate ideológico que tanto nos apasiona. De la chispa de los contrarios surge la verdad. La academia es el anti-dogma, el pluralismo y la confrontación enriquecedora e iluminante.