El nuevo rumbo | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Julio de 2018

Calentó motores la tripulación que tendrá a su mando la nave Colombia, en ruta que inicia para los próximos cuatro años de Gobierno. Duque, como piloto, integró equipo con buena participación de mujeres profesionales, técnicos, expertos, académicos y, algunos veteranos en tierra y aire.

El ideal del joven jefe entrante se hizo atractivo para 10 millones y medio de personas que lo eligieron; con su propuesta, conquistó en las urnas y luego aumentó empatía, al advertir que se tratará de un vuelo para  quienes estén a bordo, y  motivante para muchos que esperan resultados en tierra.

En lo operativo, la carta de vuelo que diseñó, traza bases para desarrollar integridad nacional, apertura ideológica, respetable con pasajeros de todos los colores políticos, además con oportunidades equitativas en tributación, empleo, educación y salud con eficiencia.

Los altímetros de la cabina de mando presidencial muestran que lo prioritario al iniciar vuelo es cumplir el Acuerdo de Paz y su aplicación; señalan énfasis en justicia, reparación a víctimas y verdades de exFarc, sin dilaciones, ni aplazamientos.

Ahí hubo un primer despertar con ligero optimismo de quienes irán en el viaje apoyándolo, y ciudadanía que espera, en tierra, el sostenimiento de Duque, con técnica constitucional y atención democrática sin discriminación.

De manera paralela, en diversos círculos ciudadanos, hay preocupación, porque pronto llegue el final de diálogos con Eln, vieja guerrilla incrustada en narcotráfico y secuestro. Y el temor, tiende a aumentar, si no se desintegran las bandas armadas, en Catatumbo, Cauca y Nariño.

Además se agrega expectativa por la declaración de los ex comandos Farc, ante la Justicia Transicional, para que de manera plena, respondan ante jueces, como exige el Acuerdo.

Entretanto, en el desorden público, es necesario el desarme total; si en la más mínima gresca de barrio prenden amenazas con armas en mano, entonces hay guerra regional en el Pacífico, nada pacífico, entre narcos y disidentes, con bombas y metralletas.  

Otro tapete movido es el económico: Duque y su equipo, requieren equilibrio frente a sectores productivos de industria y comercio para alcanzar bolsa con precios justos al ciudadano, y con salarios nivelados para bolsillos mínimamente solventes.

El Gobierno entrante deberá despejar decretos finales que el saliente expidió enredados a las carreras, para refinanciar agro, educación y vivienda, sectores privados los encuentran cojos y se pueden corregir ya.

El cambio anhelado se logrará bajando del aire ciudadano, ideas realizables, sin involucrarlas en voluminosos estudios, que se adormecen junto a corrupción. De lo sencillo y concreto en toda actividad, salen siempre buenos resultados; Y hasta con menos inversión.

Así se podrá corroborar que el Acuerdo Nacional, -incluida la oposición-, sin feria de puestos políticos florecerá en el rumbo Duque.