Receta de S&P para crecer al 5% | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Invías
Jueves, 20 de Julio de 2017
Redacción Economía
En un mundo globalizado, la economía del país depende del rumbo que tomen tanto los países de la región como lo que pasa en Estados Unidos o Europa. Sin embargo, en el largo plazo el manejo que el Gobierno le dé al ahorro y a la inversión será fundamental para elevar el Producto Interno Bruto.

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la economía colombiana y de los principales países de América Latina, y recomendó una completa receta si quieren alcanzar un crecimiento del 5%.

En Colombia, la ganancia de 3% del PIB en la balanza de commodities entre 2008 y 2012 se debió al incremento en la exploración y producción, pero se desvaneció durante los siguientes años a cuenta de las menguantes reservas petroleras.

En su diagnóstico, aunque S&P no especifica caso por caso, señala para Colombia y la región las necesidades de ahorro, una mayor eficiencia en el gasto y en las inversiones, un control fiscal radical y un incremento en las exportaciones no petroleras.

El desafío

Para Colombia, el desafío no es tanto el aumento de la tasa de ahorro interno -que en 24% del PIB ya es relativamente elevada-, sino la reducción de su índice de ahorro externo. Colombia puede hacer esto mediante la depuración de sus proyectos de inversión pública a fin de que el sector público gaste menos, aunque de manera más eficiente en el margen.

El año pasado, los precios de las materias primas estuvieron 10% por debajo del promedio del periodo 2004-2016 en términos reales, ajustado por la inflación de Estados Unidos. Inversamente relacionado con estos precios estuvo el precio del dólar frente a una canasta de monedas internacionales. En 2016, el dólar estuvo 15% más fuerte que el promedio del periodo de 13 años. El súperciclo de commodities y su ciclo asociado de depreciación del dólar constituyeron un impulso sin precedentes para la región, pero sus efectos favorables casi se han disipado por completo.

Señala la firma que “las mayores economías de América Latina, excluyendo Venezuela (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú) afrontaron un destino similar como resultado del súperciclo en favor de las materias primas internacionales (commodities) que encabezó China entre 2006 y 2014. Estos seis países representan 90% del PIB en dólares de América Latina”.

Una situación similar ocurrió en México, donde la producción del principal campo petrolero en el Golfo de México se ha caído durante varios años. Aunque esta situación puede cambiar como resultado de la apertura del sector de petróleo y gas a la inversión extranjera, la recuperación en la producción probablemente tomará tiempo, mientras que las importaciones de gas natural proveniente de Estados Unidos están aumentando, lo que explica el cambio en la balanza de commodities de positiva a negativa en 2014.

Incluso en Perú, con su dinámico sector minero y una oleada de inversión extranjera directa (IED) en la minería y gas natural, el superávit real de commodities se desplomó entre 2009 y 2014, para después revertirse parcialmente en los últimos dos años. En contraste con estas tendencias, Brasil de alguna manera logró tener un incremento en su balanza de commodities en términos de volumen desde 4% en 2013 a casi 6% en 2016.

El consuelo es que los gobiernos de estos países pueden matar dos pájaros de un solo tiro mediante la eliminación de obstáculos para producir commodities, cuando tales obstáculos existen, como en Argentina, y atrayendo IED en los sectores que los producen.

 

Las recomendaciones

Los economistas de S&P Global Ratings concluyen que a fin de que los principales países de América Latina crezcan a una tasa de 5% anual sin afrontar limitaciones externas endógenas (es decir, autoimpuestas) se requiere que: Argentina y Brasil ahorren mucho más que los niveles actuales y que impulsen la eficiencia de sus inversiones.  

Además, Colombia debe reducir su dependencia estructural del ahorro externo (déficit de la cuenta corriente como proporción del PIB), para lo cual puede aumentar su ya elevada (en comparación con el estándar de la región) tasa de ahorro nacional (inversión menos ahorro externo como porcentaje del PIB) o invertir un poco menos y mejor.

Explican que parte del crecimiento económico es resultado de la inversión (inversión fija bruta como proporción del PIB) y de la eficiencia de la inversión. La inversión –en equipo, construcción privada e infraestructura pública- se financia con ahorro nacional y externo. Sin embargo, para que el crecimiento real del PIB sea sostenible, es necesaria una dosis elevada de ahorro interno porque de otra manera la economía se volvería demasiado dependiente del ahorro externo, y en consecuencia, externamente insolvente.

 Por otra parte, la eficiencia de la inversión depende de múltiples factores, incluyendo tecnología, capital humano, habilidades gerenciales e instituciones políticas y económicas, los cuales normalmente cambian más bien de manera lenta.

Así, crecer al 5% anual requiere una inversión de 25% del PIB.

Si se suma este superávit no de ingresos al déficit de 3.5% del ingreso, se obtiene un déficit general de la cuenta corriente de 2.5% del PIB. Y, dado que el déficit de la cuenta corriente es la diferencia entre la inversión interna bruta y el ahorro nacional, este último debe ser de 22.5% del PIB o mayor. En suma, bajo los supuestos previos, lograr una tasa de crecimiento anual sostenible de 5% del PIB requiere un nivel de ahorro de al menos 22.5% del PIB en promedio. Sobra decir que estos números no están escritos en piedra, pero como aproximación, son útiles.

 

Alternativas

¿Cómo se compara esto con lo que observamos en América Latina? Comúnmente se dice que la economía de América Latina crece menos que otras regiones con ingreso per cápita comparable porque no ahorra tanto; por consiguiente, tiene menos recursos para invertir sin “quebrar el banco”, es decir, depende mucho del ahorro externo. Aunque esto es cierto, también hay otra razón: la eficiencia de la inversión es relativamente baja.

El año pasado, el índice de inversión nominal (en precios y tipos de cambio actuales, como normalmente se considera) se situó por debajo del parámetro de 25% en todos los países del grupo, excepto Colombia. La inversión nominal fue de 22%-23% del PIB en Chile, México y Perú, y de alrededor de 15% en Argentina y Brasil. De igual manera, la tasa de ahorro nacional se ubicó por debajo del parámetro de 22.5% en todos los países y fue abismalmente baja en Argentina y Brasil. Por otra parte, la tasa de ahorro externo excedió el parámetro en Colombia (4.4%), pero se situó alrededor o debajo de 2.5% del PIB en otros países.

Explica la firma que dividiendo los índices de inversión estructural de 2016 de cada país, se obtienen estimaciones aproximadas de sus tasas potenciales de crecimiento en adelante, es decir, después de que alcanzan un nivel de empleo total. Estas tasas son: 2.6% para México, 2.8% para Brasil y Argentina, 4.5% para Chile y Colombia, y 5.5% para Perú.

Sin embargo, dado que los índices de ahorro estructural externo de Argentina, Brasil y Colombia exceden el parámetro de 2.5% del PIB por un margen significativo, la sustentabilidad de las tasas potenciales de crecimiento de estos países no puede darse por sentada.

 

Lo que debe hacer Colombia

 

  1. Mayor ahorro interno
  2. Menos endeudamiento externo
  3. Mayor inversión
  4. Menor dependencia exportadora del crudo
  5. Ajuste en las finanzas públicas

 

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