Las fotografías que inspiraron “La Defensa del Dragón” | El Nuevo Siglo
Foto cortesia
Domingo, 23 de Julio de 2017

Una serie de fotografías del bogotano Iván Herrera, en las que retrató el centro de su ciudad natal, fueron la inspiración para “La Defensa del Dragón”, ópera prima de Natalia Santa que trata sobre la vida de tres  viejos amigos que pasan sus días en el centro de Bogotá, entre el legendario club de ajedrez Lasker, el Casino Caribe, y el tradicional café La Normanda. Una  película es una historia para recordar que en la vida, temer perder es temer vivir.

La película  representó este año al país en el Festival de Cannes, se estrenará este miércoles en la cartelera nacional.

En varias de sus series de fotografías, Iván Herrera logró capturar para siempre retratos y escenas urbanas del trasegar usual del centro de Bogotá. La vida que se plasmó en estas imágenes, en la que los habitantes incógnitos de estos espacios se convirtieron en los protagonistas del mundo gracias al trabajo de Herrera, llamó la atención de la directora y guionista Natalia Santa, quien se interesó por relatar en su ópera prima estas historias que transcurren en el anonimato.

Tomando estas fotos como inspiración y punto de partida, Santa construyó el universo de La defensa del dragón y decidió que en ésta, la ciudad de Bogotá, y particularmente las calles y espacios de su centro, serían un protagonista más. Para esto, en el rodaje que tuvo lugar durante cinco semanas a mediados de 2016, se unieron el talento de dos grandes fotógrafos, el propio Iván Herrera que con su trabajo fue fuente de inspiración, y Nicolás Ordoñez, quien además es el director creativo de la compañía productora de la película, Galaxia 311.

Juntos lograron registrar de un modo muy cercano a la realidad los sitios en los que transcurre la historia de estos tres hombres resignados a vivir su vida sin ningún riesgo y por tanto, sin ninguna inspiración. A esto se sumó un equipo de producción pequeño, que no afectó en gran medida la normalidad de los espacios a retratar, y que por el contrario, ayudó a construir una simbiosis entre el inspirador contexto y la ficción ideada. Una combinación equilibrada de técnica con el respeto y el anhelo de transmitir el encanto de la vida de la manera más fiel.

La idea que la directora Natalia Santa tenía en mente para su película encontró la manera de realizarse gracias a la productora Ivette Liang, egresada de la Escuela de Cine y Televisión –EICTV– de San Antonio de los Baños, Cuba y socia fundadora de la empresa de producción de cine y formación, Galaxia 311, en donde se desempeña como gerente y productora ejecutiva. Ivette, junto a su empresa, busca apoyar a jóvenes realizadores brindándoles a sus proyectos.