120 días explorando efectos del cambio climático | El Nuevo Siglo
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Martes, 25 de Julio de 2017
Redacción Nacional

Muchos hemos escuchado que en tierras remotas existe un lugar lleno de nieve donde sólo logran  vivir unas pocas especies, como por ejemplo, pingüinos, focas y leones marinos. Un lugar helado donde la existencia humana es literalmente puesta a prueba. Ese es el imaginario colectivo sobre La Antártida. La realidad no es mucho más cálida. Se trata del territorio más frío, seco y turbulento de todos con 14 millones de kilómetros cuadrados de los cuales el 98% están cubiertos de hielo en promedio de 1.9 km de espesor.

A ese lugar del hemisferio sur que ha registrado temperaturas de -89,2 °C, logradas durante el invierno antártico, época en la que el sol se mantiene oculto, llegó el profesor Óscar Ramos de la Universidad de La Salle.

La expedición tuvo como objetivo principal comparar ecosistemas antárticos con los de alta montaña colombianos dado que estas dos zonas tienen en común las condiciones extremas en cuanto a aspectos como temperatura, radiación y velocidad del viento. Para este propósito se utilizó como modelo de estudio la diversidad y abundancia de líquenes, uno de los organismos vivos que subsiste en condiciones extremas.

A partir de este estudio, en una fase posterior, a mediano plazo, el Investigador Ramos pretende, incorporar componentes relacionados con cambio climático. Una investigación muy pertinente para el país, si se tiene presente que Colombia, según cifras del año 2012, tiene 37 km2 de hielo en las cumbres y ecosistemas de alta montaña donde encontramos también este tipo de organismos.

Ramos hizo parte del grupo de científicos que participó en la tercera expedición colombiana a la Antártida, que llevó expedicionarios tanto en el buque colombiano ARC 20 de Julio como en buques de otros países.

Gracias a los convenios del tratado antártico, que promociona el intercambio de investigadores entre diferentes países, Ramos estuvo como miembro invitado en la expedición que hace Japón a ese continente, que organiza anualmente la NIPR (Instituto de Investigaciones Polares) y que utiliza el rompe hielo “Shirase” como medio de trasporte de personal y provisiones a la estación permanente de Japón allí, llamada “Syowa”. 

Por la legislación vigente, las visitas son reguladas por el Tratado del Antártico y el tema de protección ambiental está bajo las normas generadas por el protocolo de Madrid. De manera que el relato del investigador Ramos pasa a la historia como la vivencia de uno de esos afortunados que hacen parte del reducido grupo de la población mundial que puede pisar ese continente.

¿Cómo fue el recorrido y la llegada a la Antártida?

El punto de encuentro para abordar el rompe hielo Shirase fue la ciudad de Fremantle en Australia. De allí, la embarcación el zarpó, realizando un viaje desde Australia hasta el Continente Antártico duró 27 días; el punto de arribó en la Antártica fue la estación Syowa, la cual, no se encuentra en el continente como las estaciones de otros países sino que se ubica en una isla a corta distancia del continente. Allí permanecimos 49 días, teniendo la oportunidad de visitar distintos lugares, en desplazamientos que hacíamos en helicóptero. Estos lugares que visité, por temas de logística solo son visitados en verano, es decir el periodo de tiempo comprendido entre noviembre y principios de abril, momento cuando empieza la transición hacia el largo el invierno antártico.

¿Cuál fue el principal objetivo de la expedición?

El objetivo general de mi proyecto fue comparar ecosistemas alto andinos con ecosistemas antárticos, considerando las similitudes de las condiciones ambientales de estas dos regiones... Por ello, el trabajo específico fue la búsqueda de líquenes, que son organismos que toleran condiciones extremas como los de la Antártida. Los líquenes (organismo constituido por la simbiosis entre una alga y un hongo) y al ser organismos que se encuentran tanto en proximidades de los glaciares colombianos como en los antárticos  constituyen un modelo adecuado para hacer esta comparación. Específicamente, estos organismos se encuentran en estado de la latencia durante el invierno, pero cuando el hielo retrocede por el verano, empieza a derretirse y las rocas quedan expuestas,  estos organismos se reactivan.

¿Por qué su investigación es importante para Colombia?

Las muestras tomadas y los hallazgos resultantes son de vital importancia y aplicación en las montañas colombianas con condiciones similares a las de La Antártica.  Colombia según cifras del año 2012 tiene 37 km2 de hielo en las cumbres, esto representa un excelente laboratorio de exploración de los efectos del cambio climático global sobre las zonas más frías del planeta. Los  glaciares nacionales están por encima de 4.830 msnm, que es el punto actual desde el cual se pueden encontrar procesos de acumulación y formación de hielo. Estamos hablando de lugares como el Volcán nevado del Huila, el Volcán nevado del Tolima, el Volcán nevado de Santa Isabel, el Volcán nevado del Ruíz, la Sierra Nevada del Cocuy o Güicán y la Sierra Nevada de Santa Marta.

¿Cómo fueron sus jornadas científicas allá?

En todos los lugares que visité, ubiqué las zonas donde el hielo se había retirado para observar la presencia de líquenes. Una vez localizados, realicé registros fotográficos y el registro de la georreferencia o localización geográfica. La fotografía incluyó una escala métrica, para posteriormente cualificar de la cobertura de área  relativa de las especies localizadas.