Tres amenazas acechan a la cuenca del Orinoco | El Nuevo Siglo
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Martes, 26 de Julio de 2016

Un estudio realizado por WWF sobre la salud del Orinoco, permitió establecer que el cambio en el uso del suelo, la pérdida de cobertura natural y la transformación de ecosistemas, son tres de las grandes amenazas de la cuenca.

“La falta de información actualizada y precisa para diversos procesos es una de las debilidades para monitorear”, según el estudio.

Por lo que la ONG encargada de temas del medio ambiente indicó que es “urgente proporcionar espacios adecuados para la conservación de la naturaleza, por medio de la declaración de áreas protegidas o iniciativas de protección de ríos, como la del Bita”.

Señaló que “el análisis de aptitud de sistemas productivos para la región debe incluir criterios de biodiversidad, con énfasis en el recurso hídrico y riesgos climáticos”.

Por más de un año, científicos, instituciones, corporaciones, organizaciones, alcaldías, agricultores y pescadores entre otros, evaluaron 11 indicadores para determinar cuáles son las principales “enfermedades” de los ríos de la región.

El informe analiza además los impactos que ha generado la rápida transformación de sus ecosistemas naturales por las actividades agroindustriales, pecuarias y extractivas. La nota final es de 3,2 sobre 5.  Es decir, la Orinoquia pasó la prueba raspando.

El Reporte de salud de la cuenca del Orinoco, que es parte de un plan piloto que va a ser replicado a nivel mundial, fue liderado por WWF, el Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Maryland (UMCES por su nombre en inglés), la Fundación Omacha y el Instituto Alexander von Humboldt. Precisamente, varios de sus indicadores y resultados están articulados al Plan Estratégico de la Macrocuenca Orinoco que lidera el Ministerio de Ambiente y el Instituto von Humboldt.

Y es que en la cuenca del Orinoco se juega buena parte del futuro de Colombia. Tiene una excepcional diversidad hidrológica, biológica y cultural, un notable estado de conservación y presta innumerables servicios ecosistémicos. Al mismo tiempo es un territorio rico en petróleo, con un gran potencial productivo, importantes recursos pesqueros y acuíferos que alimentan ciudades como Bogotá y Villavicencio. La Orinoquia es además una región clave para el postconflicto. Lograr una planificación armónica, que respete las riquezas naturales y garantice un desarrollo sostenible, es uno de los grandes retos del país en los próximos años.

En el lanzamiento del Reporte, Mary Lou Higgins, directora de WWF-Colombia, explicó que “el Orinoco representa el 30% del territorio colombiano, pero lo conocemos poco. Ahora los ojos del país están puestos en esta región. Necesitamos información adecuada y accesible para tomar decisiones informadas. Este Reporte procura información transparente que genere diálogo y participación para definir un camino de desarrollo sostenible para la cuenca”.

Con este reporte el país cuenta con una herramienta clave con información científica útil para los tomadores de decisión. A pesar de la nota moderadamente buena de 3,2 sobre 5, el reporte identificó numerosas amenazas: la expansión no planificada de las actividades agropecuarias; la deforestación de más de 30.000 hectáreas anuales; la contaminación por los vertimientos urbanos; la presión por el aumento de la población; la construcción de vías y otras infraestructuras no planificadas; la contaminación del suelo y el agua por los agroquímicos y la intensificación de usos del suelo.

Para Luis Germán Naranjo, director de Conservación de WWF-Colombia, “el reporte de salud de la cuenca del Orinoco es un producto novedoso que resulta de un ejercicio participativo de reflexión alrededor de las presiones que se ciernen sobre una región que es vista por muchos como la nueva frontera del desarrollo en Colombia. Gracias a este Reporte, los habitantes de la cuenca, los actores sociales, institucionales y económicos que tienen intereses en ella, cuentan con una herramienta que permitirá evaluar en el futuro los logros y las limitaciones de la gestión de los ecosistemas”.

El reporte se realizó a través de talleres en las cuencas de los ríos Meta, Bita, Guaviare, Arauca, Vichada, Tuparro y Tomo en los que se desarrollaron indicadores de biodiversidad con 149 representantes de 71 organizaciones. De manera participativa, se agruparon las amenazas y los valores de las riquezas naturales en las categorías de Agua, Biodiversidad, Manejo/Gobernanza, Ecosistemas & Paisajes, Economía y Gente/Cultura. Cada uno de estos puntos se evaluó con varios criterios para llegar a la nota final de salud.

Para Simon Constanzo, investigador de la Universidad de Maryland quien participó en el proceso, este tipo de reportes funciona como un catalizador para mejorar la salud de los ecosistemas, guiar los esfuerzos de restauración, y estimular una búsqueda y recopilación de información relevante. “La publicación de este reporte es un paso importante hacia el manejo y el conocimiento de uno de los ríos más maravillosos del mundo. El reporte vuelve la información científica relevante sobre la cuenca del Orinoco en algo de fácil acceso y comprensible para tomadores de decisiones, comunidades y defensores de la región”./www.wwf.org.co