El día de ayer, por segunda vez desde que Petro alcanzó la Presidencia, el Eln anunció que está dispuesto a dialogar con el próximo gobierno para buscar llegar a la paz. ¿Cuáles serían las condiciones que el mandatario electo pondría para que esto eventualmente se materialice?

En su mandato, el presidente Iván Duque se mostró abierto para iniciar conversaciones con esta guerrilla, con dos condiciones: que cese sus actividades terroristas y libere a todos los secuestrados.

A través de un comunicado la organización insurgente, que ayer cumplió 58 años de ser fundada, indicó que “la guerrilla revolucionaria del Eln está dispuesta a reanudar las conversaciones de paz con el nuevo gobierno para que sus resultados traigan la paz con justicia social para toda Colombia”.

Dijo también que “hemos realizado conversaciones durante 5 gobiernos, menos con el de Duque que se negó a cumplir lo pactado con el anterior gobierno, y aquí seguimos en la ruta por hacer de Colombia un país más justo, más equitativo y más democrático (…)”.

Paradójicamente el Frente de Guerra Oriental comandante en Jefe Manuel Vásquez Castaño, del Eln, reconoció ayer que tiene en su poder a un policía identificado como Mario de Jesús Muñoz Vergara, orgánico de la inspección del municipio de Tame, y al soldado profesional Milton Alexander Moreno, del batallón número cinco de Granada, Meta.

Los dos servidores públicos fueron secuestrados el 24 de marzo pasado y se desconocía la organización que los tenía en su poder.

El grupo insurgente en el comunicado no se refiere a los uniformados como secuestrados sino que los llama “prisioneros de guerra”. Agrega que están en buen estado y que recibirán “un trato acorde al Derecho Internacional Humanitario”.

También advierte que “toda acción ofensiva de rescate coloca en riesgo la vida de los prisioneros y no será nuestra responsabilidad cualquier desenlace fatal”.

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Un día después de que Gustavo Petro resultara elegido en segunda vuelta, el pasado 19 de junio, el Eln anunció que “mantiene activo su sistema de lucha y resistencia política y militar, pero también su plena disposición para avanzar en un proceso de paz que dé continuidad a la mesa de conversaciones iniciada en Quito en febrero de 2017”.

En tanto que en días pasados el presidente Duque recordó en una entrevista a Semana que cuando empezó su mandato, “dije: voy a tomar 90 días para revisar cómo fueron los 17 meses del gobierno que me antecedió. En esos 17 meses de negociaciones, de diálogos de paz, mataron 100 personas, produjeron 400 actos terroristas y secuestraron más de una decena de personas. Entonces por eso dije: este camino de entrar a echar cháchara mientras están haciendo todas estas atrocidades no tiene sentido”.

Condiciones del diálogo

Durante su campaña Gustavo Petro anunció su intención de retomar el diálogo con el Eln que inició el gobierno Santos en Quito (Ecuador) y que luego se trasladó a La Habana, Cuba, pero que fue suspendido porque terminó esa administración.

Luego, como se dijo, el presidente Duque puso como condición para reiniciar los diálogos que esta guerrilla cesara las acciones terroristas y devolviera los secuestrados. Ahí todo quedó en un punto muerto porque el Eln siguió en lo mismo, incluso en enero de 2020 colocó un carro-bomba en la Escuela General Santander en Bogotá, que cobró la vida de 22 cadetes.

Petro ha manifestado su deseo de lograr una paz integral en Colombia, por un lado con diálogos con el  Eln y las disidencias y, por el otro, facilitando el sometimiento de los grupos delincuenciales a la justicia.

“Proponemos un desarme para lo que queda de la vieja insurgencia, un diálogo político rápido, y ahí incluyo al Eln y a las disidencias de las Farc”, señaló Petro.

Sobre el particular, en las últimas horas Alfonso Prada, quien se desempeñó como jefe de debate de la campaña de Gustavo Petro, explicó en Caracol Radio que “hay un grupo de negociadores (del Eln) que están en La Habana, que han estado bajo el auspicio de un protocolo con acompañamientos internacionales y la idea que ha planteado el presidente Gustavo Petro, desde su campaña, es su voluntad de reiniciar ese proceso”.

Agregó Prada que para ello Petro “anunció desde antes de su elección precisamente el respeto y la aplicación de los protocolos internacionales y ese fue un mensaje a la comunidad internacional”.

Dijo el asesor que una vez Petro “se posesione como presidente, habrá que mirar cuál es el estado de las cosas, cómo están, y en la medida en que ya se tenga la información pues asumir la posibilidad de comenzar ese proceso de diálogo”.