Aparentemente la izquierda si logra establecer una alianza tendría el mayor favoritismo de llegar otra vez al Palacio Liévano.

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Las votaciones que se presentaron en la segunda vuelta presidencial, donde el candidato Gustavo Petro superó al mandatario electo Iván Duque, destapó las aspiraciones de varios políticos que participarían en las elecciones para la Alcaldía de Bogotá en 2019.

En el escenario no son todos los que aparecen ni están los que anunciaron hace tiempo sus deseos de llegar al Palacio Liévano. En el camino quedaron las aspiraciones del exministro de las TIC, David Luna, que ante la débil votación de su respaldo Germán Vargas Lleras, desapareció del panorama electoral de la capital. Lo mismo sucede con Clara López, quien quedó postrada ante la división de los liberales que perdieron toda su fuerza en Bogotá. Aparentemente, en el listado solo quedarían los candidatos de derecha, algún independiente y los candidatos de la izquierda.

Además para todos está lo que Enrique Peñalosa desarrolle durante el tiempo que le queda de gestión, como la implementación de los nuevos ejes de Transmilenio, definir la estructuración financiera del proyecto del Metro y adelantar otras obras como mejorar la movilidad en la ciudad y el servicio de educación y salud. Todos estos hechos pueden marcar en el concepto de los bogotanos para escoger la persona que vaya a suceder a Peñalosa.

Las votaciones

Sin duda los 1.884.869 votos que obtuvo la candidatura de Gustavo Petro en Bogotá, es un capital atrayente para los aspirantes de izquierda que al parecer van a participar en las elecciones a la alcaldía del próximo año.

Sin embargo estas aspiraciones tienen como condición que la izquierda, es decir Alianza Verde, Polo Democrático y Colombia Humana, vayan unidos a los comicios de 2019.

Los resultados de Petro es un campanazo para todos, como lo refleja la participación política de los bogotanos, que cada vez es mayor su inclinación de dejar el partidismo y seguir la senda del voto de opinión, como ya lo registran algunas votaciones.

En el partido de los candidatos de izquierda estaría en primer lugar Antonio Navarro, pero a su lado podrían competir por esa aspiración Claudia López, Hollman Morris y la misma Ángela María Robledo.

Si la izquierda logra unirse, la votación alcanzada en la primera vuelta por Sergio Fajardo y en la segunda por Gustavo Petro, le dan a Navarro un favoritismo con más de 1.884.869 votos, que son los mismos que sacó Petro. Además en este mismo contexto, uno de los principales electores sería Antanas Mockus. En diciembre pasado, Navarro dijo que “anuncio oficialmente que no voy a aspirar al Senado de nuevo”. Así mismo, Navarro Wolf agregó que aspirará a la Alcaldía de Bogotá en el 2019. También de mucho peso está su figura al haber sido secretario de Gobierno de Petro y que apoyó a Fajardo en su aspiración presidencial. 

Pero en este mismo nivel estaría la posible candidatura de Claudia López, quien fue fórmula presidencial de Sergio Fajardo en la primera vuelta y cuenta con el apoyo de Antanas Mockus.  Sin embargo, los analistas consideran que Navarro se cree con la potestad de ser el candidato, pero falta ver si su compañera de fórmula lo permite. López tendría el respaldo de varios políticos como Angélica Lozano, además del mismo Mockus.

¿Volver al redil?

Como si esto no fuera suficiente, el exsenador Carlos Fernando Galán también ha comunicado sus intenciones de presentarse como candidato, pero con la desventaja que actualmente se encuentra sin partido. No se descarta que Galán vuelva al redil de Cambio Radical para así poder transformar con fortaleza su candidatura, pero con la desventaja que deberá competir contra el sector del Centro Democrático que va a respaldar a Francisco Santos.

En la segunda vuelta, de los nueve integrantes de la bancada de Cambio Radical que tenían libertad para votar, ocho promovieron al candidato del Centro Democrático y uno lo hizo supuestamente en blanco, José David Castellanos Orjuela.

En este sentido, los seis integrantes de la bancada en el Concejo de Bogotá del Centro Democrático hicieron campaña por el nuevo Presidente, al igual que seis concejales del Partido Liberal, cuatro de La U, tres del Partido Conservador, tres del Mira y uno de Opción Ciudadana.

Tampoco se descarta que Galán opte por una candidatura por firmas y ocupe ese espacio de candidato independiente que puede calar dentro de la opinión de los bogotanos dados sus antecedentes políticos.

Caudal electoral

De otra parte, Francisco Santos no solo puede alcanzar el caudal electoral del presidente Iván Duque de casi 1,5 millones de votos, sino que podría lograr más votos con el respaldo de la Unidad Nacional y el liberalismo. Si Santos logra el aval del expresidente Álvaro Uribe, podría recibir la votación que logró Duque en Bogotá.

Otra de las aspirantes será al parecer la excandidata a la Vicepresidencia, Ángela María Robledo, quien seguramente va a disputar con Navarro el respaldo tanto de la Alianza Verde y al parecer del Polo Democrático.

El otro mensaje de esta segunda vuelta es para los partidos tradicionales, que parecen haber perdido definitivamente su poder en Bogotá. En el panorama no figuran con fortaleza ni candidatos del Partido Conservador ni el Partido Liberal, ni mucho menos de aspirantes del Partido de la U.

Otro elemento que deben tener en cuenta los aspirantes a la alcaldía es que se podrían encontrar con que habría una segunda vuelta en dichas elecciones. Esto si prospera en el Congreso de la República un proyecto de ley que busca implementar la segunda vuelta para las elecciones en la ciudad de Bogotá; es decir, para que los bogotanos puedan tener un alcalde cada cuatro años, tendrán que hacerlo como se escoge al Presidente de la República, realizando una segunda vuelta.

Con este proyecto esperan que las minorías tengan representación en la Alcaldía y se escoja de una mejor manera al burgomaestre.

De todos modos, el resultado de las elecciones a la Presidencia, dejan un panorama marcado en Bogotá para las aspiraciones de varios candidatos que tanto de derecha como de Izquierda tienen aspiraciones fuertes y de otras personalidades que deberán declinar sus deseos ante la realidad electoral.