El Diego dejó de ser de la gente | El Nuevo Siglo
AFP
Miércoles, 13 de Junio de 2018
Alejandro Munévar*

Diego Armando Maradona, campeón del mundo en 1986, líder absoluto del Nápoles de los 80 que desafío a los grandes equipos italianos y europeos desde su fortaleza al sur de Italia, tuvo la fortuna o el infortunio de emprender su viaje a Moscú desde Bogotá, en compañía de este reportero, enviado especial de EL NUEVO SIGLO.

Digo el infortunio no porque tuviera que salir de Colombia, de hecho el mítico 10 tiene una buena relación con nuestro país, en Cartagena le hicieron el by pass gástrico que le ayudó a mejorar su calidad de vida y hace apenas unos días en Cali le operaron la rodilla, el problema para el argentino es la gente, sí la gente, el ciudadano de a pie que se sorprende de ver al “genio mundial de la pelota” caminando por entre los pasillos del Aeropuerto Eldorado y se acercan sin ningún pudor a tomarle fotos.

El hecho de tomarle una foto a una gran estrella pareciese algo natural. En Colombia tenemos la mala costumbre de creer que es una obligación para estas personas acceder a todas nuestras demandas y caprichos y cuando la “estrella” en cuestión se rehúsa, nos sentimos ofendidos y despotricamos por su falta de tacto.

El tema con Maradona es especial. La gente lo conoce por ser supuestamente un tipo afable, asequible, de hecho él ha dicho en sus redes sociales o programas de televisión que “Él Diego es de la gente”, sin embargo no hay nada más alejado de la realidad y ojo que no estoy diciendo que sea una mala persona, simplemente el ‘10’ dejó de ser de la gente hace rato. En Bogotá, por ejemplo, los niños alentados eso sí por sus padres se le acercaban mientras los progenitores trataban por todos los medios de tomarles una foto al lado del que otrora fuese su ídolo, a lo que el argentino respondía corriéndose, haciendo mala cara o rehusándose. Ya se imaginaran la reacción de los compatriotas que ofendidos por la actitud del argentino no tuvieron otra cosa que hacer que despotricar del exfutbolista durante todo el vuelo Bogotá- Madrid.

La verdad es que Maradona  nunca ha sido tan cercano a la gente como aparenta y tiene sus razones. Desde los 16 años estuvo en el foco del mundo cuando debutó con Argentinos Juniors, a los 18 cuando era la gran figura del Boca Juniors, prácticamente que convivía con las cámaras y los periodistas, a los 22 cuando fue al Barcelona ya estaba hastiado de que la gente se parara en la calle a pedirle una foto; en el Mundial de 1986 las cadenas radiales colombianas ofrecían a sus reporteros premios e incentivos económicos si lograban hacerle una nota al argentino. Así de difícil era. Maradona ha tenido que lidiar con eso desde muy joven, el precio de la fama dirán algunos otros en cambio aducirán su actitud a falta de humildad, lo cierto es que el Diego no es de la gente.

No hace falta ser su amigo para saber que le molestan las aglomeraciones de gente, que prefiere evitarlas y que las fotos con desconocidos prefiere no hacerlas, está en todo su derecho, eso sí como no me podía quedar con las ganas fui y le tome una foto, así fuera haciendo mala cara.

*Enviado de EL NUEVO SIGLO a Rusia