Nos duele el Andino | El Nuevo Siglo
Miércoles, 21 de Junio de 2017

Al momento de escribir esta columna no tenemos claridad sobre los resultados  investigativos del  suceso en el centro comercial Andino y en verdad no sé que podamos decir de cara a todo lo ocurrido, porque el hecho extremista contra este centro comercial  nos deja un sabor de indefensión ante el terrorismo. Claro que entendemos que este es el fin último que persiguen esos actos, hacer que el ciudadano de a pie se sienta indefenso y desamparado por el Gobierno frente a la amenaza.

Si consideramos que él acto terrorista es un evento violento, criminal y premeditado, cuya finalidad  es generar miedo o pánico haciendo sentir inseguros  los ciudadanos, demostrando  incapacidad en  las autoridades para enfrentarlos  y defender la comunidad, hasta el momento  en cuanto al impacto sicológico y material, lo lograron, -claro que lo lograron-. El almuerzo del padre en todos los hogares se ocupó en el tema.

El siguiente paso se debe encarar con mucho cuidado para no permitir que un efecto secundario apoye lo  logrado por los enemigos de Colombia. Estamos hablando de medidas que deben tomar las autoridades a partir del primer impacto, es decir, urge evitar que reprimir el terrorismo resulte más costoso para las autoridades que los mismos hechos. Las medidas tomadas por los funcionarios  encaminadas a contrarrestar estos grupos se tornarán, pasados unos días, en presiones y molestias para los ciudadanos, quienes empezarán a sentirse  incómodos con las requisas, identificaciones y controles. Definimos esta situación  y su estrategia, buscando generar  entendimiento de la problemática en  los ciudadanos, a fin de alcanzar una integración gobierno- sociedad contra el terrorismo.

No es  fácil conducir la sociedad en momentos de pánico como el vivido y sin el ánimo de formular críticas, invitamos  a observar con aplomo algunos comportamientos: no bien se presentó la explosión y algunos personajes salieron a  responsabilizar facciones de distinta índole criminal como participes del suceso. Ese comportamiento no es saludable para nadie, pues desvían la atención de  autoridades en momentos  importantes como el inicio de las investigaciones, levantamiento de pruebas  e interrogatorios  a posibles testigos. Los representantes de los medios habidos de información ¡los  entendemos¡  quieren  respuestas  para sus  audiencias y preguntan sobre temas del orden investigativo,  lanzando hipótesis inoportunas para el momento.

Todo tiene su tiempo y el afán en las indagaciones no es el mejor aliado, hoy las autoridades cuentan con la tecnología como compañera y seguramente muy pronto podremos saber cómo se desarrollaron los hechos,  quienes fueron los actores materiales y lo más importante, los responsables intelectuales que son el  objeto de las investigaciones.

El centro comercial debe contar con suficiente información, ya que la seguridad trabaja sobre protocolos preestablecidos que  todos los vigilantes deben  conocer, aplicar y reportar constantemente a los supervisores. Démosle prudente tiempo a los investigadores.