Renacer conservador | El Nuevo Siglo
Lunes, 15 de Mayo de 2017

"La divina voz del pueblo es la que debemos seguir, y no la de las subametralladoras", Álvaro Gómez

Hace muchísimos años no se efectuaba en el país un  certamen  de alto nivel intelectual y político como el reciente Encuentro Internacional de Partidos Políticos de Centro Derecha, organizado por el Partido Conservador y la Fundación Alemana Konrad Adenauer.

Fue, como  lo dijo el presidente del Directorio conservador,  senador Hernán Andrade, “una jornada de intenso trabajo y debates sobre corrupción, paz, nuevos liderazgos, populismo, economía social de mercado y postconflicto, entre otros temas, todos de especial interés para la ciudadanía”.

Este primer encuentro sirvió, además, para estrechar lazos con líderes de Venezuela, Uruguay, Bolivia, Chile, Ecuador, México, Estados Unidos y España.

No podemos vivir en medio de seudo-democracias, donde se impone el personalismo, donde no se escuche a las comunidades, a las gentes, a los líderes locales, y solo se defienden  intereses de gremios, empresarios por encima de los de las mayorías. Los jóvenes tenemos que abrir nuestros corazones y nuestros pensamientos a la paz, al entendimiento, a la convivencia, a evitar muertes inútiles por ideas o proyectos políticos irrealizables.

El Partido Conservador tiene que ser el partido de la paz, del progreso, de la renovación, de la apertura, de la reconciliación, de la reforma agraria integral… Siempre hemos sido los adalides del campo y estamos perdiendo nuestras propias banderas. Digamos un No rotundo a las armas y a la violencia para imponer ideas. Somos y seremos capaces de llegarles a los colombianos con un proyecto político novedoso, de posconflicto, para que seamos el equilibrio, el centro, entre las propuestas de las Farc y las de extrema derecha. No renunciemos a nuestros postulados sociales. No le temamos a las ideas de izquierda, confrontémoslas con inteligencia y realismo, impongamos en sana convivencia política y que el pueblo en su gran sabiduría escoja.

No volvamos a Colombia un gran gallinero en donde gana el que más cacaree y en donde afloren las bajas pasiones. Escuchemos todas las vertientes y acudamos al debate político con la certeza y la seguridad de que las ideas conservadoras se impondrán sobre postulados sectarios y excluyentes. Nadie es dueño de la verdad absoluta, de lo que sí somos dueños es de nuestros errores y no podemos equivocarnos. La guerra es la muerte. Los odios y el sectarismo destruyen el corazón. Los que tengamos que perdonar, hagámoslo, y los que no, no se dejen llevar por los senderos de la violencia. Hagamos una gran causa por Colombia.

lorenarubianof@gmail.com