Deuda pendiente con las víctimas | El Nuevo Siglo
Domingo, 8 de Abril de 2018

*El flanco más débil de los procesos de paz
*Demora en justicia, reparación y restitución
 

Hoy se conmemora en Colombia el Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas. Una ocasión que no sólo debe servir para recordar a los millones de personas que se vieron golpeadas directamente por el conflicto armado en las últimas cinco décadas, sino que también permite hacer una revisión a los avances y retrocesos de la estrategia estatal de reparación a los afectados por la guerra.

Como es apenas obvio, la lupa principal hay que ponerla sobre la implementación del acuerdo de paz con las Farc, ya que éste creó el llamado “Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición” (Sivjrnr), que se supone es el marco regulatorio para el resarcimiento de las víctimas de esa guerrilla. 

Está compuesto por la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición; la Unidad para la Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto armado; la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), y otros mecanismos de reparación integral. 

Al respecto, habría que decir que el sistema apenas si está arrancando, pues se tardó varios meses en la escogencia y estructuración de las referidas Comisión, Unidad y la JEP. Así entonces, sus resultados están por verse. Incluso sólo hace unas pocas semanas se posesionaron los Magistrados del Tribunal de Paz, y sólo hasta ahora comienzan a trasladárseles los respectivos expedientes por parte de la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia. Así las cosas, tanto los cabecillas como los demás guerrilleros señalados de delitos atroces, no han empezado a confesar sus crímenes, pese a que ya el partido creado por la facción reinsertada pudo participar en las elecciones parlamentarias con condiciones especiales y podrán ocupar diez curules en Senado y Cámara a partir del próximo 20 de julio. 

Paradójicamente el proyecto para crear dieciséis curules en la segunda de esas corporaciones legislativas con destino a las víctimas, se hundió en noviembre pasado en medio del accidentado cierre del ‘fast track’. Se supone que en este último tramo de la legislatura debe empezar a tramitarse un nuevo acto legislativo para facilitar esa representación política, pero el tiempo se agota y sólo hoy se radicaría un proyecto con respaldo multipartidista.

De otro lado, si bien las Farc entregaron bienes que tasaron en un billón de pesos con destino a la reparación de las víctimas, no sólo hay muchas dudas sobre dicho listado y esa cuantificación, sino que la Fiscalía ya incautó bienes por más de 650 mil millones de pesos que, en manos de testaferros, habrían sido ocultados. 

Los otros flancos del resarcimiento a las víctimas tampoco han sido fáciles, pero hay más avance porque no dependen de la implementación del acuerdo con las Farc, sino de normas anteriores, como la Ley de Reparación y de Restitución de Tierras. Al respecto, los últimos datos de la Unidad para las Víctimas reporta 8,6 millones de afectados, pero no pasa de un millón las que han sido reparadas, ya sea por vía judicial o administrativa. En cuanto a la devolución a sus legítimos dueños de predios robados a sangre y fuego, la Unidad de Restitución de Tierras ha recibido 111 mil solicitudes de parte de 77 mil titulares de casi 100 mil propiedades despojadas por grupos armados. Sin embargo, sólo se han producido 3.761 fallos para devolver casi 300 mil hectáreas a 36 mil personas.

En cuanto al proceso de desactivación de los grupos paramilitares que se tramitó a través de la Ley de Justicia y Paz durante el mandato uribista, el porcentaje de condenas es ínfimo, así como el de confesión de la verdad y peor aún, con respecto a entrega de bienes…

Como se ve, la política del Estado para la reparación de las víctimas aún está a medio camino, o incluso más atrás. Difícilmente se podrá hablar de una aclimatación del posconflicto mientras esa tarea no se acelere de forma efectiva y tangible, sobre todo en las áreas que resultaron mayormente golpeadas por la confrontación y que, se supone, están agrupadas en las llamadas “Zonas Más Afectadas por el Conflicto Armado” (Zomac).  Paradójicamente este Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas se conmemora cuando hay una alerta prendida sobre el manejo de los multimillonarios recursos de cooperación internacional y de presupuesto interno para la implementación de acuerdo de paz. 

En un país con más de ocho millones de víctimas de la guerra, es claro que la deuda con ellas sigue pendiente. Y mientras ello perdure no habrá paz, ni estable y menos duradera.