El primer Festival Vallenato, de carácter informal se organizó, en 1963, para una parranda en Aracataca con el fin de reunir a todos los conjuntos que Escalona pudiera recoger en esa región para actualizar a Gabo sobre lo que se había hecho en el país en materia de vallenato en esos años.
Luego, en 1967, en expresidente López, Consuelo Araújo y Rafael Escalona le dieron vida institucional al Festival de la Leyenda Vallenata que, desde hace cincuenta años, congrega acordeoneros de las antiguas provincias de Padilla y Riohacha, del antiguo departamento del Magdalena, las sabanas de Bolívar y otras regiones del país, que, a su vez, conformaron distintas escuelas. Se han coronado como reyes vallenatos a exponentes talentosos de diferentes zonas geográficas del país. De algún modo, el Festival surgió con la creación del nuevo departamento del Cesar, como que sus promotores fueron básicamente los mismos.
El primer Festival Vallenato lo ganó en forma merecida Alejo Durán, “un negro monumental, vaquero raizal de las haciendas de su Paso natal, descendiente de cantoras, gaiteros y tamboreros”, como lo describió Tomás Darío Gutiérrez , que, al batirse en franca lid con contendores de la talla de Emiliano Zuleta Baquero, Luis Enrique Martínez, entre otros, con canciones como la puya “Pedazo de acordeón“, el son “El alto del rosario”, el paseo “Los paseros”, se consagró como uno de sus íconos que inmortalizó canciones como “ Alicia dorada” y “Cero treinta y nueve”; lo mismo que expresiones como “¡apa!” y “¡güepa je!” . Con el tiempo el viejo Alejo Durán se convirtió en una figura legendaria del folclor vallenato.
Sobre la naturaleza de la música vallenata, García Márquez sostenía que “el vallenato siempre ha sido un género narrativo. Desde sus orígenes, lo que el vallenato ha hecho siempre es contar historias reales. De ahí que yo aproveché mi personaje de Francisco el Hombre, que es un personaje mítico que no corresponde a todas esas especulaciones que sobre él se hacen, en el sentido de buscarle una identidad en la vida real, y lo utilicé en Cien años de soledad.” Luego agrega que Pachito Rada trata de demostrar en su libro Historias de un pueblo vallenato “que su padre, Pacho Rada, fue Francisco el Hombre. Sin embrago, yo creo que Francisco el Hombre no fue nadie sino un personaje mítico utilizado para contar, para divulgar una noticia.”
A propósito de las escuelas del vallenato, de los estilos que buscan preservar su pureza y su evolución, Alejo Durán afirmaba que “Antes, cada músico trataba de crear su estilo; hoy en día es un solo estilo; es decir, los músicos nuevos no tienen su estilo propio. En la época de nosotros, los viejos, diez músicos eran diez estilos distintos, y hoy es un estilo para cien músicos.”
El 1 de diciembre de 2015, el vallenato fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Por ello hay que preservar su esencia.