Naturaleza y arquitectura brillaron en el BFW | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Cámara de Comrecio de Bogotá
Jueves, 27 de Abril de 2017
Catalina Jaramillo Uribe

Desde enfoques diferentes pero unidos por un mensaje claro y contundente: educar al mundo a través de la moda, varios de los diseñadores del Bogotá Fashion Week se inspiraron en la naturaleza y la arquitectura moderna de Bogotá para crear sus propuestas.

La marca Mullier sorprendió con una colección llamada “La poesía del silencio” basada en los patrones orgánicos que encontramos en la naturaleza. De esta forma el trabajo de las diseñadoras, Paola Tarazona y Lorena Cuevas, consistió en texturizar elementos del ecosistema, como las plantas y los árboles. “Por medio de un juego de tejidos a mano, bordados y formas quisimos reflejar en nuestras piezas la textura de un tronco o una hoja cuando los cortas por la mitad, y, también, el rocío en el pasto cuando llueve por las mañanas”, expresó Tarazona a EL NUEVO SIGLO.

En este sentido, la pasarela, que se caracterizó por una puesta en escena diferente y teatral, mostró una gran innovación en los diseños de las creativas al haberse arriesgado a combinar materiales, como el tejido de punto, la lana y la gamuza. El resultado fueron prendas fluidas, contemporáneas y minimalistas, que a la vez crearon ilusiones de texturas y materiales con efecto en 3D. Asimismo, la marca por primera vez se lanzó a usar colores más audaces como el rojo y el vinotinto.

Igualmente, Viviana Alba diseñadora de Bendita Seas creó una colección multifuncional llamada “Ciudad TO GO”, inspirada en la calle y la sostenibilidad. “Es una invitación a que las mujeres dejemos el carro en la casa y empecemos a adoptar un estilo de vida más amigable con el medio ambiente, como se hace en New York o Ámsterdam”, dijo la creativa.

Esta fue la razón por la que la marca usó prendas muy cómodas, abrigadas, versátiles y atemporales, que sirven para caminar o andar en bicicleta por la ciudad e ir a trabajar muy chic. En estas sobresalieron los abrigos y las botas de cuero con suela de goma en diversas tonalidades.

Un aspecto muy especial del desfile fue su inspiración gráfica compuesta por objetos que encontramos en las calles de la capital. En este sentido, la pasarela no solamente estuvo animada por un grupo en vivo de artistas callejeros sino que además vimos “prendas con estampados de palomas, enamorados y una paleta dominada por el gris y salpicada de color, que nos recuerda a la atmósfera de Bogotá”, expresó Alba.

Arquitectura bogotana

Foto cortesia

Bettina Spitz fue otra de las firmas que adaptó la naturaleza y la arquitectura en su propuesta. En palabras de la diseñadora: “la colección está inspirada en la capital, en las montañas orientales, las quebradas y, con ello, en toda su flora y fauna. Los árboles nativos con sus flores, algunos animales que tenemos y otros que quisiéramos recuperar, como el oso de anteojos, son emblemas de esta colección”.

En esta especial muestra, las flores y las hojas de los árboles nativos los vimos reproducidos en telas y como grandes adornos de las prendas: los accesorios, como cinturones y carteras, se embellecieron con estos elementos.

Los diseños, que estuvieron especialmente elaborados en lana, quisieron reflejar la arquitectura moderna de los edificios de Bogotá con su característico color verde que la acompaña. Según la creativa, detrás de esta hay un mensaje que invita a tomar conciencia de sembrar más árboles y proteger el agua y los animales.

“Bogotá Nativa”, nombre de la colección, se caracterizó por ser muy femenina, alegre y adornada, aspectos insignia de la marca. La pasarela arrancó en una gama monocromática, en blanco y negro, pasando por una mezcla de matices para llegar a una explosión de color. Asimismo, destacaron piezas con cortes horizontales y verticales, la silueta en ‘A’ y prendas pesadas con aberturas en hombros y espalda, que les dieron ligereza.

Finalmente, la diseñadora emergente Carolina Estefan presentó una pasarela de prêt-à-porter de lujo creada a partir del urbanismo arquitectónico de Bogotá. “BO-GO busca reflejar el contraste estético como efecto del desarrollo de una arquitectura en proceso de trasformación. El pasar del simbólico ladrillo a la geometría del diseño moderno, sin perder el equilibrio ni su originalidad”, expresó la diseñadora.

Por consiguiente, la marca se caracterizó por presentar diseños muy sofisticados y exclusivos elaborados a mano con brillantes, lentejuelas y detalles únicos, en una muestra donde los protagonistas fueron los vestidos de noche y las prendas de vestir elegantes. “Vemos bastante trasparencia con organza, chifón, tul color piel, seda y estampados mezcladas con pedrería de Swarovski”, dijo. Una línea que se contrasta con materiales más pesados como la cuerina plateada, fuerte tendencia del momento.