Mocoa: no aprendemos | El Nuevo Siglo
Miércoles, 26 de Abril de 2017

No hemos aprendido a evitar tragedias, muchas catástrofes naturales se deben a la imprevisión,  producidas su manejo deja que desear.  En 1985,  no se tuvieron en cuenta las alarmas en Armero, todavía carecemos de información sobre muertos, -más de veinticinco mil compatriotas perecieron-,  los damnificados fueron doscientos mil, el área es  camposanto, allí reposa Omayra.

El Estado sostiene que no se dieron niños en adopción, eso  es inexacto,  menores fueron robados, la Fundación “Armando Armero” tiene datos concluyentes,  durante  treinta y dos años  madres han trabajado para recuperar a sus hijos, tal el caso de mi odontóloga, Claudia Ramírez, quien perdió a sus familiares más cercanos y a su pequeño que se encontraba con ellos, está convencida de su supervivencia, lo identificó en un video, rememora   el desorden, los recursos se encauzaron mal, documentos se traspapelaron. Advierte: “La tragedia puede repetirse”  Me impresiona el comentario sobre la desaparición de niños en Mocoa,  une pasado y presente.

Es cierto que los presidentes de la República viajan a  los lugares de desastre, que Colombia tiene una Oficina de Prevención de los mismos,  que las Fuerzas Armadas, la Cruz Roja, los Ministerios, las Gobernaciones, las Alcaldías, la Iglesia, organizaciones de buena voluntad, numerosas instituciones, colaboran cuando sobreviene la desgracia,  del exterior vienen ayudas, se levantan carpas, se envían medicamentos, colchones y ropa, se distribuye agua,  pero en acciones   descoordinadas.   

Construyen donde no  deben, el recalentamiento global influye, la tala de árboles y destrucción del bosque tropical crece, la minería ilegal afecta el medio ambiente, la siembra de coca influye para el deterioro de los ríos que cambian de fondo y de curso, los derrumbes en las carreteras proliferan, acciones terroristas dejan huella,  todo no es evitable pero podemos  hacer más,  en las ciudades los simulacros de terremoto tampoco coinciden con aquello que sucedería en el caso de un sismo.   

Lo de Mocoa,  el esfuerzo  para paliar deslizamientos en Manizales,  crecidas de arroyos en Barranquilla, muestran que  continuamos lejos de  obtener  mejores  resultados y  no somos capaces de impedir  el pillaje.     

América Latina y el Caribe es  región del planeta donde abundan  catástrofes naturales, tornados y ciclones golpean extensas zonas de los Estados Unidos y del continente, sus pobladores les hacen frente en procura de obtener la recuperación de los daños ocasionados, estas organizaciones suministran indicaciones acerca de  la manera de proceder, ¡oigámoslas!.  Entre nosotros existen sociólogos, sicólogos, profesionales especializados en el tratamiento de problemas relacionados con las catástrofes. Las autoridades requieren precisar y archivar información conforme a parámetros definidos no aplicados aquí, conviene escuchar a conocedores del tema y aprender.