FILBo, de la modesta del Santander a la gugabtesca Corferias | El Nuevo Siglo
Foto cortesia Corferias
Miércoles, 26 de Abril de 2017

Hace tres décadas, en 1998, dos visionarios pudieron cumplir su sueño, el que ha ido creciendo y consolidándose con el paso de los años. Ellos fueron Oscar Pérez Gutiérrez, gerente de Corferias y Jorge Valencia, presidente de la Cámara Colombiana del Libro. Así la primera tuvo lugar ese año, en forma muy modesta, en el Parque Santander y nunca imaginaron que se convirtiera en la gigantesca vitrina literaria que es hoy, y la más importante de América Latina.

“Nosotros, como Corferias, queríamos hacer una feria de grandes dimensiones y para hacerlo posible sabíamos que era fundamental conocer experiencias de otros países y el apoyo de una entidad experta en la industria editorial del país, por lo que acudimos a la Cámara Colombiana del Libro”, recuerda a sus 88 años, Pérez Gutiérrez. Gracias a esta alianza, la Feria Internacional del Libro se materializó el 29 de abril de 1988 en Bogotá y se ha robustecido a través de todos estos años hasta convertirse en la feria editorial más importante del país y una de las más importantes en Latinoamérica.
Para ese momento, el presidente de la Cámara Colombiana del Libro (CCL) era Jorge Valencia, quien recordó que lo habían elegido presidente en el año 1986, así como las ferias que se hacían en aquel momento en el Parque Santander, las cuales  eran poco apropiadas ya que los libros estaban expuestos al sol y el agua y no se tenían espacios idóneos para lanzamientos, presentación de novedades y autores. “Fue entonces cuando empezamos a materializar la idea de realizar una feria con carácter internacional, en recinto cerrado”, recuerda Valencia. 
Por esa razón, Óscar Pérez Gutiérrez y Jorge Valencia viajaron juntos a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y recopilaron ideas que les permitió que la creación de la Feria Internacional del Libro de Bogotá se convirtiera en un verdadero reto.

“A mí me gustaron mucho las conferencias de los autores”, recuerda Pérez, pero eso requería financiamiento e inversión, por eso acordaron que Corferias financiaría y se encargaría de la organización de stands y salones académicos y la Cámara comercializaría los espacios. Así inició la FILBo, que este año celebra 30 años.
El proyecto comenzó a tomar forma el 29 de abril de 1988. Ese año se inauguró la primera Feria Internacional del Libro de Bogotá en medio de los inconvenientes propios de cualquier evento de esta magnitud que se hace por primera vez.
Después de dejar la gerencia de Corferias, Óscar Pérez Gutiérrez se desempeñó como embajador de Colombia en México y desde su cargo aportó su experiencia e ideas para que la Feria Internacional del Libro de Guadalajara se fortaleciera.
Gracias al apoyo conjunto de Corferias y la Cámara Colombiana del Libro como organizadores, a los aliados y fieles asistentes a la FILBo, esta ha aumentado su dimensión y alcance año tras año. En 1988 reunió cerca de 1.100 asistentes y permitió la participación de más de 200 expositores. Según Enrique González Villa, actual presidente de la CCL, en aquel entonces no se utilizaron más de 10.000 metros cuadrados de Corferias.
Hoy, 30 años después, la FILBo no solo ocupa la totalidad del recinto ferial (50.000 metros cuadrados), sino que congrega cerca de 500.000 visitantes, más de 500 expositores, y para esta edición tiene una expectativa de negocios de 24 mil millones de pesos, convirtiéndose en la feria editorial más importante de Colombia, la primera en programación cultural de Latinoamérica y la segunda en temas profesionales, después de Guadalajara.