Con el ataque en Siria, Trump sorprendió a Rusia | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Viernes, 7 de Abril de 2017
Redacción Web con AFP

Para Vladimir Putin, Donald Trump representaba una posibilidad de reconciliación con Washington. Pero el ataque estadounidense contra el régimen sirio sorprendió al presidente ruso, irrumpiendo en un terreno que Rusia dominaba desde 2015. 

El ataque estadounidense contra la base aérea de Al Shayrat fue como una ducha de agua fría para Moscú. Después de todo, Rusia esperaba que Donald Trump fuera más fácil de "manejar" que Barack Obama, especialmente en relación a Siria. 

¿No había prometido durante la campaña una "normalización" de las relaciones, al punto de presentarse como un "amigo" de Rusia? ¿No era para muchos, el hombre de Moscú, al punto de que algunos de sus colaboradores enfrentan acusaciones de colusión con Rusia? 

¿No había dicho que la prioridad de su administración iba a ser la lucha contra la organización Estado Islámico? 

El presidente ruso, Vladimir Putin condenó los ataques como una "agresión contra un Estado soberano" que causan un "prejuicio considerable a las relaciones entre Estados Unidos y Rusia".

El viernes en la mañana, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, resumía la decepción de los rusos. 

"Es de destacar que el mismo presidente Trump, que durante su campaña electoral planteaba como uno de sus principales objetivos la lucha contra el terrorismo (...), haga exactamente lo contrario", declaró. 

Según el portavoz, los rusos sólo fueron advertidos con dos horas de antelación de la inminencia de los bombardeos, decididos en respuesta al presunto ataque químico contra la localidad de Jan Sheijun atribuidos al régimen sirio.

Para Rusia, estos ataques constituyen un obstáculo para la lucha contra el terrorismo. 

Defensa antiaérea

Los bombardeos también levantan interrogantes con respecto a la protección que Rusia otorga a Siria. 

"Rusia ayudó a los sirios a mejorar su defensa antiaérea pero parece que los estadounidenses pueden eludirlos fácilmente", explicó a la AFP el experto militar Pavel Felguenhauer.

Tras el ataque, el portavoz del ejército ruso anunció que se "reforzarán" las defensas antiaéreas del ejército sirio. 

Desde octubre de 2015, Rusia ha desplegado en suelo sirio baterías de defensa antiaérea S-300 y S-400, que son capaces según Moscú de responder a cualquier ataque aéreo. 

Pero las baterías permanecieron en silencio cuando los misiles estadounidenses Tomahawk cayeron sobre la base siria de Al Shayratal.

Tillerson en Moscú

El golpe parece aún más duro ya que se produce antes de la visita el martes y el miércoles del secretario de Estado, Rex Tillerson. 

"Esto no va a hacer que se suspenda la visita de Tillerson", destacó Felguenhauer, para quien los ataques y las inevitables declaraciones posteriores, no van a trastornar las relaciones entre Rusia y Estados Unidos.

"Trump tiene serios problemas internos y decidió mostrar, que a la inversa de la debilidad de Obama, él está listo para ordenar ataques", dijo el experto, que no espera reacciones radicales. 

El gobierno estadounidense aseguró que el ataque no está concebido para ser repetido.  

"Esto no parece una campaña dedicada a debilitar a Asad", la línea roja para el Kremlin, que siempre ha apoyado al presidente sirio, agregó Felguenhauer.

Andrei Baklitski, del centro de reflexión independiente PIR, estimó que tras el ataque, las reacciones fueron moderadas. 

"La declaración de Trump y las respuestas de los rusos fueron moderadas (...) no hubo gestos, no se anuló la visita de Tillerson", destacó el experto. 

Hasta ahora, Rusia se contentó con suspender su acuerdo con la coalición antiyihadista para prevenir incidentes aéreos. 

Para Andrei Baklitski, el bombardeo tendrá como principal consecuencia el cambio del tono en las discusiones entre los estadounidenses y los rusos. 

"Una implicación de Estados Unidos en la guerra en Siria ha estado colgando como una espada de Damocles", dijo el experto. 

"Ahora está claro que Estados Unidos es capaz de utilizar la fuerza en la región y esto implica que su opinión tiene que ser escuchada aún más", opinó.