Caminemos por la séptima | El Nuevo Siglo
Miércoles, 26 de Abril de 2017

No sé si mis amables lectores, en los últimos tiempos, con la peatonalización  han tenido la oportunidad de darse un septimazo, aquel  que en calendas pretéritas  acostumbrábamos los bogotanos y algunos visitantes  eventuales en la capital, consistente en realizar una caminata por esta vía tan especial de la ciudad, observando los transeúntes, mirando vitrinas, disfrutando la clásica  arquitectura  del centro de Bogotá, lo que se convertía en un verdadero recreo personal y hasta grupal, pues en varia ocasiones se efectuaba  en grupos de amigo, convirtiéndose en un agradable programa.

En ese tiempo la séptima no estaba peatonalizada y sus andenes eran más estrechos, sin embargo aparte de los fotógrafos de calle, que tomaban las instantáneas comercializadas posteriormente  por los interesados, nada impedía ni molestaba el desplazamiento de los transeúntes, no obstante el alto número de caminantes en la citada carrera de Bogotá.

Les pregunto,- porque yo si tuve la oportunidad de hacerlo hace unos pocos días- y quiero comentarles mis impresiones que no son las mejores, pues la decepción fue grande. La verdad me animé pensando encontrar un espacio recuperado y establecido para comodidad y entretenimiento de los visitantes, pero no, el impacto de entrada me lo dieron unos indigentes apostados en los andenes y aun sobre el adoquinado, dura realidad difícil de solucionar por  la imposibilidad de conducirlos contra su voluntad a cualquier lugar de paso, y no podemos negar que su presencia demerita el entorno, por bien mantenido que se encuentre. Otro motivo de malestar lo representan una serie de vendedores ambulantes, que están presentes a lo largo y ancho de la vía, de modo que el agradable paseo sin obstáculos ni contratiempos no existe, claro que a más de los indigentes y vendedores, asisten también artistas y malabaristas con ánimo de recoger una pocas  monedas. Estos y aquellos  invaden diferentes sectores de la séptima. Ahora dirijamos la visita hacia los comerciantes, dueños de almacenes, cigarrerías, cafeterías etc., ubicados de tiempo atrás, en la llamada por los ancestros Calle Real;  estas personas son las más perjudicadas económicamente  con la medida, y no creo necesario explicar a qué se debe su frustración y  quiebra,  acompañada de total dispersión del sector, lo mas jarto del panorama es que este espectáculo se presenta a todo lo largo del día, acentuándose en las noches por obvias razones.

Es por lo descrito que preguntaba, si ya fueron a hacer su caminata en  la carrera séptima y sus alrededores, a los que no han asistido solo los quería prevenir de frustraciones como la vivida por este servidor. Olvidaba el tema de seguridad,  para lo cual la policía ha destacado grupos de personal estratégicamente ubicados, con la consigna de proteger los visitantes del sector, pero la sensación de inseguridad generada es alta.