Auge del libro impreso | El Nuevo Siglo
Jueves, 13 de Abril de 2017

POR estos días de Semana Santa y de cierto recogimiento, aún en aquellos que salen a disfrutar sus vacaciones, después del agite de encontrar puesto en el avión o sobrevivir los inconvenientes de peligrosas carreteras, en las que algunos parecen querer imitar a los misiles en velocidad, viene el sosiego del Jueves  y el Viernes Santo, lo que exige cierta introspección, un respirar  más lento,  de pronto se intenta una visión de sí mismo o quizá se busca respuestas en algún libro. Se cuenta de viajeros que de pronto están solitarios en un  hotel en donde apenas se encuentra  una edición de la Biblia, abren maquinalmente el libro y encuentran allí un valioso mensaje que les cambia la vida. No en vano Donoso Cortés, en su inolvidable intervención sobre la Biblia, la recuerda cómo el tesoro de un pueblo, a donde han ido a beber su divina inspiración todas las religiones del mundo. Pues la Biblia es uno de esos libros que se sigue editando por millones en el globo.

En cuanto al libro digital que se esperaba rebasará  los textos impresos en poco tiempo, dada la velocidad de los avances tecnológicos, se observa que en los países en donde se leen las obras con meticulosidad  y dedicación, aún de literatura, como es el caso de Francia, sus lectores ahora prefieren el libro impreso en un 94%,. Así que en Francia los libreros nos recuerdan que el mercado del libro goza de buena salud. Una de las ventajas de París y otras urbes civilizadas es que los parroquianos de la oficina a la casa pueden leer libros en el metro. Incluso, en ocasiones se suscitan conversaciones interesantes entre pasajeros que comentan un párrafo de determinando autor y le dan diversas interpretaciones. Claro, en Bogotá leer durante el trayecto en el transporte público por ahora por desgracia no es posibles dada la inseguridad. Pero, no dudamos que vendrán tiempos mejores en los que se podrá llevar una edición de bolsillo y repasarla con tranquilidad, entre otras cosas por cuanto los libros no se los roban, en cuanto su valor es pequeño frente a la tableta o móvil. El informe aclara que en Francia en comparación con Estados Unidos e Inglaterra es menor el interés por la lectura digital.

En España, también, en otro estudio se menciona el creciente aumento de las ventas de libros, lo mismo se repite en Argentina. Según estudios estadísticos oficiales de Alemania, allí el libro digital poco avanza. En tanto, en otro informe, Heinrich Riethmüller, director de la federación alemana de editores y libreros, informa  que  "el mercado de los 'e-books' se está normalizando". De aquí a 5 a 10 años, los libros digitales terminarán por ocupar entre 10 y 15% del mercado, "pero el fenómeno es más lento de lo que se anticipaba". Uno de los ejemplos de cómo evoluciona el mundo del libro se registra en el caso de las “librerías británica Waterstones, que acaban de anunciar que deja de vender tabletas Kindle de Amazon para volver a poner libros en los escaparates”.

Los sicólogos especializados destacan que la persona que está frente a la pantalla de un ordenador se asemeja a la que mira el mar, después de un tiempo, quizá de un día de mar, se le pregunta a la persona que vio y sencillamente responde: vi el mar, el agua, algo del cielo. Y no entra  en detalles para describir sus impresiones. Algo similar le ocurre a una persona que pasa horas frente al ordenador, si le preguntan qué recuerda. Resulta que se estruja la mente y apenas recuerda vagamente que miró esto y aquello, algo así como un mar de cosas. Los jóvenes cuentan que aquello les viene de una lectura de la nube, que no recuerdan exactamente cual, por cuanto es un mar da datos que no alcanzan a procesar.

En cualquier caso, el libro tiene una característica se durabilidad y permanencia de siglos. Allí en alguna parte debe estar el original de El Príncipe de Maquiavelo, con las anotaciones de puño y letra  de Napoleón. Borges repetía que imaginaba el cielo como una gran biblioteca, donde estarían sus amigos los autores de los libros que le eran más gratos. Claro, es una maravilla tener todos y millones de libros almacenados en una tableta, más lo que cuenta es que se leen de uno en uno. Existen armas sofisticadas que buscan paralizar o enviar terribles virus contra los ordenadores, para que los ejércitos queden incomunicados, en tanto el libro sigue esperando, con paciencia y devoción,  al que lo quiera consultar.