Catástofre: avalancha en Mocoa deja 254 muertos | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Sábado, 1 de Abril de 2017
Redacción Nacional

“No nos dio tiempo de nada… El aguacero era muy duro y cuando oímos los gritos ya el agua estaba entrando a las casas a borbotones… Salir a la calle no era posible y lo único que pudimos hacer fue subirnos al tejado y ver cómo el barrio se lo llevaba el agua”.

Ese fue el dramático relato de uno de los sobrevivientes a la avalancha que el viernes, cerca de la medianoche, arrasó con varios barrios del casco urbano de Mocoa, la capital del Putumayo, dejando más de 254 personas muertas, decenas de desaparecidas y 203 heridos.

"El último reporte son 254 personas fallecidas, 203 heridos, un número indeterminado de desaparecidos, pues aún no se ha completado el censo, 300 familias afectadas, 17 barrios con mayor afectaciones y 25 viviendas totalmente destruidas", dijo César Urueña, director de Socorro de la Cruz Roja Colombiana (CRC), hacia las7 de la noche sobre la tragedia ocurrida la noche del viernes en el selvático municipio de Mocoa. (Lea también así fue la tragedia en Mocoa)

La noche llegó con un aguacero muy intenso, que de inmediato alertó a las autoridades de prevención de desastres sobre todo porque la cantidad de agua que estaba cayendo era seguro que produciría desbordes de los ríos y quebradas que rodean o atraviesan la ciudad.

Sin embargo, la intensidad del torrencial no dio mayor tiempo para reaccionar y el caudal de los ríos Mocoa, Mulato, Taruca y SanBoyaco así como de varias quebradas se desbordó, arrastrando lodo, piedras y palos que en cuestión de minutos se convirtieron en una avalancha que empezó a recorrer parte del casco urbano de la ciudad, llevándose por delante muchas viviendas, automóviles, árboles, postes, enseres y todo lo que encontró a su paso.

El propio presidente Juan Manuel Santos, que viajó a Mocoa ayer en la mañana para ponerse al frente de la atención de la emergencia, explicó que la noche del viernes “… llovió 130 milímetros, usualmente en un mes llueve aquí 400 milímetros. ¿Qué quiere decir eso? Que el 30% de la lluvia de un mes se produjo esa noche y eso precipitó una creciente súbita de varios ríos (...) y eso produjo una avalancha".

La avalancha, según el alcalde de Mocoa, José Antonio Sánchez, afectó a 17 barrios, especialmente a los sectores de Los Pinos, San Miguel, Laureles, El Libertador, Progreso, La Independencia, Modelo, San Antonio y San Agustín.

El pánico se apoderó de todos los habitantes de estos sectores que trataban de salvar sus bienes pero ante la imposibilidad de arriesgarse a salir a las calles, empezaron a buscar las partes más altas de sus casas. Lamentablemente, en algunos casos la fuerza de la avalancha demolió las bases de las edificaciones y el lodo cubrió a sus desesperados habitantes. Más de 25 viviendas sufrieron destrucción total y decenas parcial.

"Es una tragedia sin precedentes, hay cientos de familias que aún no encontramos, barrios desaparecidos", dijo la gobernadora de Putumayo, Sorrel Aroca.

Los cuerpos de socorro y la Fuerza Pública recibían llamadas de los sectores en emergencia, pero lamentablemente la movilización hacia la zona fue muy difícil por el temporal que todavía persistía la noche del viernes y porque muchas calles fueron bloqueadas por lodo, piedras y material arrastrado.

Las escenas en varios barrios eran dantescas. El lodo cubrió cuadras enteras y con el pasar de la madrugada se empezó a ver la magnitud de la tragedia. Decenas de cadáveres se podían distinguir en medio de los escombros y se oían los gritos de personas que pedían ayuda para remover material dejado por la avalancha y buscar si todavía quedaba alguien con vida.

Mientras que muchas personas daban gracias a Dios porque lograron salvarse, otras advertían que habían perdido todo, al punto que sólo tenían la maltrecha ropa que llevaban puesta.

“Perdimos nuestra casa y todas nuestras cositas, pero estamos con vida, corrimos con suerte”, señalaba uno de los habitantes cuando, desolado frente al lugar en donde quedaba su casa, no podía contener las lágrimas.

 

 

 

Calamidad pública

Tan pronto como empezó a aclarar el día, era evidente que se estaba ante una tragedia de grandes magnitudes. De inmediato la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) dispuso un operativo para envío de socorristas y material de asistencia médica.

Los primeros censos empezaron a mostrar que el número de víctimas mortales crecía hora tras hora. En la mañana el reporte era de 110 personas, luego subió a 154 y ya al cierre de la tarde la cifra de fallecidos era de 206, aunque era seguro que seguiría aumentando a medida que se fueran removiendo toneladas de material que cubrió barrios enteros y en donde se presumía que podrían estar enterrados decenas de habitantes reportados como desaparecidos.

El presidente Santos, ya en Mocoa, anunció que se declaraba una situación de calamidad pública y ordenó la movilización de todo el Gobierno para hacerle frente a la tragedia.

Al cierre de esta edición, anoche, el reporte de las autoridades indicaba que eran más de 500 familias las afectadas.

Asimismo, Mocoa y muchos municipios de Putumayo se encontraban sin luz, ya que dos subestaciones de energía fueron afectadas por la avalancha. Tampoco funcionaba el acueducto en muchos sectores, en tanto que cuatro puentes de acceso a la ciudad fueron afectados por el alud, dejando incomunicada la capital putumayense por tierra.

A ello había que sumar, que el personal de socorro y de la Fuerza Pública que no estaba en labores de rescate, fue destinado a vigilar para que no se generalizaran los saqueos a comercio y viviendas abandonadas o afectadas por la avalancha.

Carlos Iván Márquez, director de la UNGRD, indicó que se había montado en la ciudad una sala de crisis con autoridades locales, Fuerza Pública, organismos de socorro, delegaciones ministeriales y de otras entidades.

Las labores de rescate se hicieron difíciles por la persistencia de las lluvias. Las autoridades meteorológicas indicaron que las precipitaciones intensas sólo empezarían a cesar hoy o mañana.

Mientras que por aire se movilizaron a la ciudad siete toneladas de equipos para el suministro de agua, electricidad y de atención médica, los servicios de urgencias del hospital José María Hernández estaban al máximo de su capacidad.

La gobernadora Aroca dijo que fue necesario declarar la "emergencia sanitaria" ante el colapso del hospital, por lo que se tuvieron que habilitar otros lugares para recibir a los heridos.

Tras lo ocurrido en Mocoa, el Gobierno reiteró su llamado a todas las autoridades del país para que activen las políticas de prevención para evitar nuevos desastres por causa de las intensas lluvias que se presentan en el territorio nacional.

“Quiero también enviar una señal a todo el país: hoy es primero de abril, comienza el mes de las lluvias oficialmente. Abril y mayo son meses de las lluvias. Esas lluvias vienen más intensas, estemos preparados y tomemos todas las precauciones”, indicó Santos.

Por último, muchos gobiernos de la región ofrecieron ayer ayuda para hacer frente a la tragedia, pero inicialmente no se requirió de la misma.

 

mocoa

Plan de ayuda

Tras declarar la calamidad pública en Mocoa, el Gobierno activó todo un plan de ayuda para hacer frente a la tragedia.

Aparte de un completo plan de operaciones de rescate, se ordenó establecer un registro único de damnificados para poder repartir las ayudas. Igualmente se activó un Puesto de Mando Unificado para coordinar y ordenar todo el mecanismo de contingencia.

Como la mitad del departamento estaba sin luz porque dos subestaciones fueron destruidas por esta avalancha, se dispuso el envío de plantas portátiles de generación eléctrica.

Dado que las bocatomas del acueducto también fueron destruidas, se ordenó movilizar 20 carrotanques a Mocoa, así como motobombas y combustible. Igualmente se llevarán a la zona las tres plantas potabilizadoras de agua disponibles en el país.

En materia de infraestructura, cuatro puentes fueron afectados por la avalancha y sobre tres de ellos se estudiará si se pueden reparar, mejorar o si es necesario derribarlos.

Igualmente se movilizará el banco de maquinaria para ayudar en la remoción de todos los escombros.

Se dispuso también del primer envío de mil ayudas alimentarias, mil kits de aseo, mil kits de cocina, tres frazadas, y tres mil colchones

El Gobierno anunció subsidios de arriendo por 250 mil pesos mensuales durante tres meses para todas las personas damnificadas.

Habrá, además, un banco de materiales para aquellas casas que puedan ser reparadas. Ayer en la tarde, la red de comunicación por celular ya estaba siendo reparada en su mayor parte.

El presidente Santos explicó que con respecto a la vivienda “estamos haciendo el censo, cuántas viviendas fueron destruidas, qué familias para también hacer lo propio en materia de ayudarles a reconstruir o a tener una vivienda nueva”.

Informó que 600 efectivos del Ejército Nacional se encontraban en Mocoa, 320 de la Policía Nacional, y 50 de la Policía Judicial para ayudar en todos los trámites relacionados con las víctimas fatales.

Se ordenó, igualmente, el traslado de cuatro helicópteros y cinco aviones.

En esta materia, se reforzó el personal del hospital local y se dispuso de aviones para trasladar a otras ciudades a los más graves. Se llevaron a la zona más de 500 kilos de material médico.

Igualmente, se recordó que está disponible un seguro, que es una reparación, para las personas fallecidas.

“El Fosyga tiene un seguro que le da a las familias de las personas fallecidas, cerca de 18 millones y medio de pesos, también se va a activar para ayudarle a las familias que han perdido a sus seres queridos”, indicó el Jefe de Estado.

Con respecto a los niños que “están apareciendo y no tienen quién los reclame”, Santos dijo que los menores quedarían  en manos del ICBF para que los padres y madres vayan allá y los reclamen.

Tras agradecer la solidaridad internacional manifestada por mandatarios de la región y el mundo, el Presidente informó que en la cuenta de ahorros 021666888 de Davivienda los colombianos podían hacer sus aportes. Se precisó que los recursos los manejará la Unidad Nacional del Gestión de Riesgo.

Foto AFP

Efecto del cambio climático

El cambio climático provoca "resultados tremendos" en los desastres naturales, como la avalancha de hoy en Colombia , y las emergencias por fuertes lluvias en Ecuador y Perú, dijo un responsable de Naciones Unidas.

El "cambio climático está generando unas dinámicas y vemos los resultados tremendos desde el punto de vista de la intensidad, la frecuencia y la magnitud de estos efectos naturales, como el que acabamos de ver ahora en Mocoa", afirmó  Martín Santiago, jefe de ONU para Colombia.

La "naturaleza y la magnitud del evento, la catástrofe, la tragedia, es tremenda", dijo el diplomático, quien aseguró que la zona de la catástrofe tendrá "impactos" a corto, mediano y largo plazo por su "vulnerabilidad" y "pobreza". 

El funcionario afirmó que en este momento "la atención prioritaria" debe enfocarse en los heridos, las familias afectadas y las familias de los fallecidos.

Además de Colombia, la ola invernal en Sudamérica ha golpeado a Perú, que viene soportando desde principios de año lluvias y avalanchas que hasta el momento dejan 101 muertos y más de un millón de damnificados.

Foto SIG

Las tragedias por avalanchas

Estos son los aludes más mortales en el mundo desde 2010, tras la catástrofe ocurrida en Mocoa la noche del viernes.

Antecedentes en Colombia:

El 18 de mayo de 2015, unas fuertes lluvias causan 92 muertos en un corrimiento de tierra en el municipio de Salgar, Antioquia. El 5 de diciembre de 2010, un deslizamiento de tierras en las afueras de Medellín deja 45 muertos y un centenar de desaparecidos.

280 muertos en Guatemala

El 2 de octubre de 2015, un alud debido a las inclemencias meteorológicas arrasa el pueblo de Santa Catarina Pinula, a 15 kilómetros al este de la capital, dejando 280 muertos y 70 desaparecidos. Más de un centenar de casas quedaron reducidas a escombros.

Brasil: las vulnerables favelas

El 12 de enero de 2011, las inundaciones y deslizamientos de tierra, debidos a intensas lluvias, devastan la región montañosa cercana a Rio de Janeiro (sureste) y dejan más de 800 muertos y cientos de desaparecidos. El 7 de abril de 2010, una favela de Niteroi, cerca de Rio, queda destruida por un corrimiento de tierra, que causa 200 desaparecidos. Unos días antes, las lluvias torrenciales provocaron inundaciones y aludes en el mismo Estado, dejando 250 muertos.

350 muertos en Afganistán

El 2 de mayo de 2014, un alud de barro y piedras arrasa un estrecho valle y devasta, principalmente, el pueblo de Aab Bareek, en el Badajshan (noreste), donde viven varios centenares de familias. Al menos 350 personas perdieron la vida, según la ONU.

350 fallecidos en Uganda

El 1 de marzo de 2010, una avalancha de barro arrasa tres pueblos de la región del monte Elgon (este), sepultando a  unas 350 personas.

Mortales monzones en India

El 15 de junio de 2013, las inundaciones y deslizamientos de tierra debidos a las lluvias torrenciales del monzón dejan casi 6.000 muertos en el norte de India, principalmente en el estado de Uttarakhand.

El 5 de agosto de 2010, unas precipitaciones excepcionales ocurridas en la región himalaya de Ladakh (norte) provocan unos aludes de barro que devastan Leh, la ciudad principal, y sus alrededores. Fallecen unas 189 personas y al menos 400 son declaradas desaparecidas.