“Tenemos que acostumbrarnos a vivir con el virus” | El Nuevo Siglo
Foto archivo
Sábado, 28 de Marzo de 2020
Redacción Nacional
Luis Jorge Hernández Flórez, epidemiólogo de la Universidad de los Andes y coordinador del Área de Salud Pública, habló sobre el comportamiento del coronavirus y su avance en Colombia

___________

 

“Tenemos que acostumbrarnos a vivir con el coronavirus, a tener pequeños brotes, pero para eso es la inteligencia epidemiológica, para hacer contención e identificar a los más vulnerables”, le expresó a EL NUEVO SIGLO el epidemiólogo Luis Jorge Hernández, coordinador del Área de Salud Pública de la Universidad de los Andes.

“Al final”, sostuvo, “opera la llamada ‘inmunidad de rebaño’, es decir, que la mayoría tienen contacto con el virus y los demás quedan inmunes. Parece que el virus está causando inmunidad, lo que es una buena noticia”.

“Mientras no salga vacuna, los seres humanos vamos a seguir siendo susceptibles al virus. Esta es una enfermedad que el organismo no reconocía. Un virus nuevo. Aquí ya habían circulado coronavirus, pero este es nuevo. Este virus llegó para quedarse, igual que se quedó la influenza, H1N1 o el Zika. Estos virus se quedan ahí, endémico en la población”, explicó.

Para el médico Hernández, “lo que puede pasar con la epidemia es el llamado ‘fenómeno del acordeón’, que hay una curva, aumentan casos, baja, luego otros casos, pero más poquitos y vuelve a bajar. Ese fenómeno puede durar entre 8 meses y dos años”.

Al preguntar sobre el comportamiento de la curva, Hernández planteó que “la epidemia en Colombia sigue creciendo, según lo previsto. Recordemos que estamos en una fase en donde ya se comienzan a presentar transmisiones autóctonas. Cuando el 10% de los casos supere la transmisión autóctona hablamos de mitigación. Es decir, cambia el caso. Ya no son solo personas que estuvieron en el extranjero en los países afectados o casos que tuvieron contacto con esas personas, sino que se habrá generalizado. Estamos todavía en una fase de contención, pero esta curva se logra impactar en la medida en que el aislamiento, la cuarentena, la restricción en movilidad, se mantengan”.

“En Bogotá”, apuntó, “se han confirmado más de 400 casos y algunos en Soacha. Es importante que estos casos se aíslen, se busquen los contactos, se identifiquen focos de infección y se haga seguimiento. Es importante que aquí continúe la vigilancia epidemiológica. No se trata de contar casos y muertos. Es una vigilancia más preventiva. En cualquier momento pasamos a fase de mitigación. Las medidas frente a la epidemia deben variar entre mitigación y supresión, ser muy fuertes. Si mantenemos la cuarentena hasta el 13 de abril, eso ayuda a bajar la transmisibilidad que puede estar entre 3 y 2,6. Cada infectado transmite la enfermedad entre 2,5 y 3 personas. La idea es bajarla a 2 o a 1,5, como hicieron Singapur, que logró bajarla a menos de 1, o Corea del Sur.

 

Menos velocidad

 

Pero agregó, “mientras no salga vacuna, la única medida efectiva es la contención, la cuarentena y el confinamiento. La epidemia seguirá expandiéndose. Lo que queremos es que reduzca su velocidad y eso solo pasa si aplicamos las medidas. Esto es importante porque aplana la curva y hace que se presenten menos mortalidades y menos saturación de los servicios de salud. Bogotá dispone de 3.000 a 4.000 unidades de cuidado intensivo con respiradores. Sin embargo, en una situación extrema podemos requerir más. ¿Cómo no llegamos a una situación de este tipo? Reforzando las medidas de cuarentena”.

El doctor Hernández consideró que, “es recomendable que la autoridad sanitaria haga una vigilancia anticipatoria. Es decir, que estemos vigilando el coeficiente de transmisión por localidades, por poblaciones, no generalizando Bogotá como un todo de ocho millones de habitantes, sino cómo se comporta por localidad, por población adulta mayor, por juventud. Una vigilancia mucho más técnica. Tenemos que ver cómo está la sobreutilización de camas hospitalarias, así como camas de cuidados intensivos”.

Sobre si la cuarentena va a seguir después del 13 de abril, Hernández manifestó que, “el tiempo que nos está dando el virus, con las medidas tomadas, hay que aprovecharlo. Ya deberíamos tener las camas hospitalarias, las camas de cuidado intensivo y estar reforzando el sistema. Debemos mantenernos en cuarentena y ese día, el 13 de abril, debemos valorar de nuevo la situación. Hay que decir, con total claridad, que puede necesitarse una cuarentena mayor. La ventaja de Colombia frente a otros países, como Italia o como España, es que hemos hecho un cordón sanitario mucho más temprano y anticipatorio. Europa lo hizo ya tarde cuando estaba en el pico epidémico. Esperamos que el comportamiento de infectados sea mejor para Colombia”.

 

“Hay que hacer más”

Frente a esos países, cuyo ejemplo es mejor no seguir, existen otros que implementaron medidas exitosas, que quizás falten en Colombia. Al respecto, el médico expuso que “en Singapur y en Corea del Sur ellos implementaron algo que debemos hacer aquí también: los exámenes, las pruebas confirmatorias masivas a toda la población, porque miramos cómo se comporta la situación. Identificamos asintomáticos y los aislamos. Esa medida es clave. Hasta ahora hemos hecho muy poquitas pruebas. Bogotá ha hecho unas 2.000 pruebas, 600 diarias, pero hay que hacer más”.

“En esta fase eso es lo que nos hace falta”, juzgó el galeno, “sin contar con que los casos iniciales se presentaron en personas de estratos socioeconómicos medio alto, porque venían de fuera del país. Pero a medida que avanza la epidemia se van a afectar niveles más vulnerables de la población, que son las personas que menos pueden hacer confinamiento. Mayormente a las personas mayores de 70 años, a personas con enfermedades como hipertensión, diabetes, cáncer, trasplantes u otros. En Bogotá hay localidades como Teusaquillo, Antonio Nariño y Barrios Unidos en donde más del 30% de la población es adulta mayor. A ellos hay que prestarles atención.

A su vez, Hernández anticipó que, “van a seguir aumentando los casos, las mortalidades, pero hay que tener especial cuidado en los casos graves y valorar lo que pasa en las unidades de cuidado intensivo y con los respiradores. Bogotá va a hacer una expansión de hasta 5.000 respiradores. Si no hacemos las cuentas bien, nos pude ir mal. Un 5% de la población puede tener enfermedad grave que requiera asistencia ventilatoria. Podríamos tener, en un escenario pésimo, de 25.000 a 30.000 casos. Ningún sistema de salud aguanta eso. Si hacemos las cosas bien, no va a ser tan grave. Estamos haciendo una contención fuerte”.