El conducto regular | El Nuevo Siglo
Domingo, 25 de Marzo de 2018

El día que me senté a trabajar por más de una hora con un Presidente, fue con Juan Manuel Santos. Eso pasó el 11 de Octubre del 2017 a las tres de la tarde. La reunión fue convocada porque debía informar los diferentes temas que estaba encontrando en la entidad. El principal de ellos, las inconsistencias en las licitaciones de infraestructura, situación que me llevó el 6 de Octubre de ese mismo año, a declarar la insubsistencia de Juan Pablo Arenas, quien trabajaba como director jurídico del SENA y que había sido mi compañero de trabajo por tres años. Lo saqué porque identifiqué un patrón que denuncié en la planeación, licitación y ejecución de las obras de infraestructura por más de 280 mil millones de pesos en el plan dirigido por Alfonso Prada como estrategia central de su administración, y de la que se quiere zafar argumentando que no tiene responsabilidad porque supuestamente era otro el que firmaba. Nada en el SENA se firmaba sin el visto bueno de Arenas, que además no procedía sin la orden de Prada.

Le conté al Presidente que después de la salida de Arenas, la siguiente insubsistencia era la de la Directora Regional del Atlántico Jaqueline Rojas, pero que una leguleyada por parte de ella lo había impedido. Rojas es una de esas funcionarias que en un principio aparentan ser muy eficientes, pero que en la medida en que uno las va conociendo se va dando cuenta de lo contrario. Una historia patética del antisindicalismo que aún persiste, tiene como protagonista a SinSindesena, organización que fue callada en sus denuncias con una tutela que falló a favor de Rojas y que obligó al sindicato a pedirle disculpas públicas a Rojas por las denuncias en su contra. Una semana después del “evento” de perdón, parece que la hermana del juez que profirió el fallo ingresó a trabajar en la Agencia Pública del SENA en Barranquilla. Sobre esta denuncia aún se esperan resultados en la Procuraduría.

Además de los dineros de la regional del Atlántico del SENA en la cuestionada Universidad Autónoma del Caribe, los hallazgos de la Contraloría por más de 700 millones de pesos en esa regional, también está otra de las obras de infraestructura de la entidad que no logra ser terminada. Se trata de la sede de Malambo, adjudicada también por la famosa Piedad Jiménez, exdirectora administrativa y financiera y gran compañera de Juan Pablo Arenas. Esta obra con un costo de 14.617 millones de pesos y que para el mes de Noviembre de 2017 llevaba una ejecución física del 14% contra una ejecución presupuestal de más del 40%, no logra terminarse. A hoy la obra ya debería estar concluida puesto que inició en el año 2016. (Anexo foto de la semana pasada de la obra).

El lunes 9 de Octubre, tres días después de la salida de Arenas, llegó radicada una denuncia de acoso laboral en mi contra. La denunciante era Jaqueline Rojas quien se acogía a una protección que establece la ley por seis meses en la Procuraduría. Es decir, no la podía sacar de la entidad porque según ella yo la estaba acosando. La gran sorpresa fue que de la denunciante puso como principal testigo al recién exdirector jurídico Juan Pablo Arenas.

El primero de noviembre de 2017 la Ministra de Trabajo, Griselda Restrepo, quien esta semana aparece como víctima de desfalco por contratar a una abogada para que le hiciera una reclamación a la que no tenía derecho, me llamó a Palacio y me declaró insubsistente (aunque primero sugirió que renunciara) porque el Gobierno había perdido la confianza en mí.

Ese conducto regular parecía ideado para que el país no supiera lo que pasaba en el SENA. Y aunque lo seguí, menos mal me lo salté y le rendí cuentas a los verdaderos jefes de los funcionarios públicos: los colombianos.