Polémica sobre cultivos ilícitos | El Nuevo Siglo
Miércoles, 15 de Marzo de 2017

Han pasado  muchos años y no hemos aterrizado esa polémica sobre la lucha contra  cultivos ilícitos, tema  hoy por hoy sobre diagnosticado y que se viene  convirtiendo en un dolor de cabeza para el país y  los  gobiernos, especialmente en estos  tiempos de construcción de  la paz, nuevo gobierno en la Casa Blanca y agitación de la arena política en Colombia.

Sobre esta  historia todo se ha dicho. Iniciamos por marihuana  como país cultivador y exportador, luego  pasamos a  la cocaína que venía  del sur con destino a Norteamérica, posteriormente resultamos de cultivadores de planta y procesadores de hoja de coca, para terminar como  país consumidor  de estupefacientes, debiendo las autoridades  enfrentar un larga y dura lucha contra este flagelo que tanto mal hace  la juventud.

Todas las aristas del narcotráfico son sensibles, pero Colombia tiene un reto especial y es el relacionado con los cultivos de hoja de coca;  desde el mismo momento en que se tuvo conocimiento  de la presencia en el suelo patrio de esta siembra,  ningún gobierno ha escatimado empeños para combatirla, los esfuerzos han  sido extremos y se intentó toda clase de estrategias dirigidas  a  controlar y erradicar estos cultivos, iniciando por  erradicación  manual, luego la fumigación terrestre, posteriormente la  aérea, llegando  a sustitución de cultivos,  y en todas las estrategias se desarrollaron programas creativos. Sin embargo, no lograron los gobiernos una erradicación definitiva y, por el contrario. persiste la amenaza de crecimiento de la aéreas sembradas con este planta, quedando claro que el problema persiste, especialmente por las grandes ganancias económicas que genera para los sectores dedicados a este delito, que lógicamente poco o nada están interesados en dejar tan lucrativo negocio.

Saludable sería un repaso sobre las diferentes técnicas utilizadas hasta el momento, para establecer cuál a la fecha ha sido la más eficiente y buscar unas sinergias con otras alternativas  combinando  programas y evaluando  la política a futuro en ese sentido. Si hablamos de la fumigación aérea, tan criticada y combatida, sabemos que si no logró la aniquilación total de los sembrados,  si mostro capacidad de lucha. Pregunto, ¿Qué tal que nunca se hubiera efectuado la aspersión aérea? ¿Cuál sería el número de hectáreas sembradas en coca a la fecha?. Este programa mostró la dimensión del problema y combatió hasta el límite de sus posibilidades, pagando una cuota alta de sacrifico en vidas. Si somos conscientes antes de criticar el programa se debe entender  que para la época no había otra alternativa válida. La sustitución seria el ideal pero tiene serios inconvenientes por despejar. Existe una incógnita y es ¿Qué haremos si las relaciones con el gobierno Trump se concentran en la lucha  contra las drogas  y los recursos quedan dirigidos hacia la aspersión  aérea?.