¿El poder, para qué? | El Nuevo Siglo
Viernes, 31 de Marzo de 2017

El poder no es un fin sino un medio para servir a los ciudadanos y realizar los postulados de la democracia y de la justicia social. Con el escepticismo del maestro Darío Echandía frente al ejercicio del poder en las trágicas horas del Bogotazo, tras el asesinato de Gaitán, pronunció esta frase tan demoledora “¿El poder, para qué?

Por ello debemos destacar expresiones célebres de grandes hombres, que dieron brillo a nuestra patria en momentos cruciales de la historia colombiana.

José Acevedo y Gómez Tribuno del Pueblo,  el 20 de Julio de 1810, durante el Grito de Independencia, hizo el siguiente llamado “Compatriotas: Si perdéis estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta única y feliz, antes de doce horas seréis tratados como insurgentes: ved los calabozos, los grillos y las cadenas que os esperan”

En la campaña del sur, luego de ser derrotado, Nariño pronunció las siguientes palabras ante la multitud que pidió  su cabeza  “Pastusos, si queréis al general Nariño, aquí lo tenéis”.

Con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán que sacudió al país el 9 de abril de 1948, se produjo un levantamiento popular, entonces dirigentes del liberalismo para tratar de buscar una salida a esos momentos de crisis  le sugirieron al doctor Mariano Ospina Pérez, que debía renunciar a su investidura. El respondió  con la histórica frase: “Para la democracia colombiana vale más un presidente muerto que un presidente fugitivo”.

Llegamos a la modernidad de las campañas proselitistas, cuyo principio fundamental es el desconocimiento de la moral. Así lo advertía Monseñor Pedro Rubiano Sáenz: “Cuando a uno se le mete un elefante en la casa, tiene que verlo”

Ernesto Samper Pizano pasó a la trinchera. "El aquí estoy y aquí me quedo" Con su simpatía y sus artimañas el Presidente neutralizó a las distintas delegaciones que intentaron hacerle ver la luz. Agregó: “Si se recibió plata de narcos, fue a mis espaldas”.

Álvaro Gómez Hurtado se caracterizó por su capacidad para desestabilizar el statu quo con sentencias que acuñaba, entre ellas: “Samper no se cae, pero se puede quedar”, y “Hay que tumbar al régimen”.

Sigue Álvaro Uribe, advirtiéndole a uno de sus contradictores “estoy muy verraco con Usted, y si lo veo le voy a dar en la cara, marica” Luego le recomienda al candidato Santos “mantengámosles a esos huevitos la misma gallina, a ver si esos huevitos pueden dar esos tres pollitos de seguridad, inversión y política social”.

En medio de frases célebres nuestra historia continúa navegando en aguas fétidas de la corrupción. La última perla fue la de nuestro Nobel de Paz, que lanza a los colombianos, la brillante frase: “Me acabo de enterar”.