Contrastes | El Nuevo Siglo
Jueves, 30 de Marzo de 2017

SI a la economía y al país les va mal, la gente anda desplatada, ¿Cómo es que más de 1 millón de personas salieron de la extrema pobreza?

Si los últimos dos años han sido flojos para negocios, inversiones y los hogares, ¿De qué manera logramos mejorar la calidad de vida de tantos colombianos?

En medio de incertidumbre política, nubarrones en economía, desconfianza en las instituciones y mala imagen del Presidente Santos, ¿Cómo pudimos ser un país menos pobre y desigual?

Con clima enrarecido, caída en ventas y reintegros por exportaciones, descontento social por corrupción, desaliento en el consumo, desempleo y bajo ingreso, inseguridad y aumento de impuestos, ¿Es posible mejorar el entorno de los más pobres y crecer con equidad y justicia?

Cuando una economía es de lento crecimiento y los negocios no fluyen por culpa del entorno político e internacional, no es fácil ni sencillo asimilar que vamos mejor.

Las cifras entregadas con por el Presidente Santos sobre un mejor entorno social contrastan con el rostro oscuro del desempleo en campos y ciudades, y la poca fe de las gentes en sus gobernantes e instituciones.

La comunidad no se siente a gusto ni cómoda con lo que sucede en el país. Por eso, muchos se quieren ir.

No hay optimismo con el rumbo de la política ni de la economía.

Colombianos andan por su lado, sin guía, ni norte, sin un líder que les brinde confianza.

Piensan las familias que si la economía no marcha bien es difícil creer que las condiciones sociales están mejorando.

Estiman que si la corrupción es el pan de cada día, no es de emocionarse cuando el Ejecutivo presenta informes sobre prosperidad.

Puede ser que muchos pobres siguen guardados en la extrema desigualdad y ya ni salen a protestar.

Podría ser que demasiados desempleados ya perdieron la paciencia y no salen más a buscar trabajo.

También puede estar ocurriendo que millones de colombianos se fueron al rebusque, colocas informales, temporales, ambulantes, al sentir que no tenían un lugar digno en la escasa oferta laboral de empresas.

Son más de diez millones de mujeres y hombres en la calle, en el afán del jornal diario, aferrados a un sustento para sus casas, sin seguridad, sin salud, sin EPS, sin primas ni pensiones.

Son más de 2 millones de hogares sin trabajo estable, sin ingreso, sin dinero para salir de compras, educar a sus hijos, mercar y darse esparcimiento. Estos andan al filo de la desesperación social.

Alrededor de 5 millones de ciudadanos conviven con la exclusión, el olvido y la marginación. Regiones enteras fuera del foco del Estado. Estas comunidades, ¿Qué? ¿Quién las censa? ¿En qué lugar están dentro del mejor enfoque social que señala el Gobierno? ¿Quién les dará hoy un pan?

Preciso revisar para creer en cifras oficiales y en buena fe del primer mandatario sobre menos pobreza absoluta. Constatar cómo fue que a población señalada le mejoró su vida el último año. Verificar para creer.