Colombia apaga la luz en la Hora del Planeta | El Nuevo Siglo
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Sábado, 25 de Marzo de 2017
Redacción Nacional

La Hora Del Planeta ha evolucionado para ir más allá del acto simbólico de estos 60 minutos y Colombia este año se une con la iniciativa “Móntate en el Cambio” que promueve el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible y una alternativa a la movilidad.

La Hora Del Planeta es la campaña de WWF que más personas ha movilizado en la historia a nivel global por una misma causa. Inició en el año 2007 en Sídney, Australia, para tomar una posición frente al cambio climático, y al año siguiente se convirtió en un movimiento mundial.

Una década después, #LaHoraDelPlaneta se sigue celebrando el último sábado de marzo, de 8:30 p.m. a 9:30 p.m. Durante esta hora, la campaña invita a las personas, principales íconos arquitectónicos, organizaciones y empresas a apagar la luz.

En 2016 se unieron a LHP más de 7.000 ciudades en todo el mundo, de 172 países y territorios, y se generaron cerca de 2.200 millones de interacciones en redes sociales, apoyando diversos proyectos por la conservación del planeta, tan diversos como el Bosque de La Hora del Planeta, en Uganda; Salvando el Ártico, en Finlandia; Energía Solar, en India; así como cambios legislativos impulsados por la gente en Galápagos (Ecuador), Rusia y Argentina.

La Hora Del Planeta se desarrolla en Colombia desde 2008, y cada nueva versión suma nuevos aliados de sectores públicos y privados, así como de cientos de ciudadanos quienes se vinculan a distintas actividades, y apagando las luces de sus hogares para reflexionar acerca del cambio climático. Para este año, la cita es este sábado 25 de marzo, de 8:30 p.m. a 9:30 p.m. (hora local), momento en que #LaHoraDelPlaneta se celebrará en todo el mundo.

Este año La Hora Del Planeta Colombia a través de la iniciativa Móntate en el cambio, busca promover la movilidad sostenible en el país, y por ello entregará tres sistemas de movilidad sostenible a universidades entre las ciudades del país que más generan emisiones, por el tamaño de su población: Bogotá, Medellín y Cali.

Los sistemas se entregarán a las universidades beneficiarias en actos simbólicos desarrollados en las ciudades, en el marco de la celebración de La Hora Del Planeta. Después de una votación que se realizó del 16 de febrero al pasado 20 de marzo entre las 3 ciudades, La Universidad Militar Nueva Granada de Bogotá, La universidad Javeriana de Cali y la Universidad de Los Andes en Bogotá, fueron las 3 beneficiarias gracias a que obtuvieron el mayor número de votos. Cada sistema incluye un parque de 20 bicicletas, 20 bici parqueaderos y seis meses de administración del sistema.

En el mundo

El 80% de la Humanidad vive bajo cielos inundados de luz artificial, una cifra que se eleva al 99% en Estados Unidos y Europa occidental, donde apenas se ve ya la Vía Láctea.

El país más afectado es Singapur, donde absolutamente nadie puede ver la noche como es. Entre las 20 naciones más iluminadas, también están Argentina (número 8), Trinidad  y Tobago (10), España (18) y Chile (19), según un estudio de 2016 de la Asociación Médica Estadounidense (AMA).

A la inversa, en Chad, República Centroafricana y Madagascar, las tres cuartas partes de la población experimentan noches puras.

“Crecemos con el temor a la oscuridad. El desafío de las autoridades públicas es concienciar a partir de bases científicas y de la racionalidad”, afirma Diana Umpierre, presidenta de la Asociación Internacional Dark-Sky.

La señal de alarma vino primero de los astrónomos. En 1958, la ciudad estadounidense de Flagstaff restringió el uso de la luz artificial para proteger el trabajo de su Observatorio.

En los últimos 15 años, se sumaron biólogos, médicos y ONG.

El exceso de luz perturba además la reproducción de especies, priva a las aves migratorias de su brújula (las estrellas), fatiga a los insectos, altera las migraciones de los salmones, etc.

Para el hombre, se traduce en un desarreglo del "ritmo circadiano", basado en la alternancia vigilia-sueño, que regula nuestras funciones biológicas y hormonales.

Aunque todavía no se tienen datos precisos, “algunos elementos muestran que el riesgo de enfermedades crónicas aumenta” con la contaminación lumínica, indicó la AMA en su estudio.

Por otro lado, los defensores de la bóveda celeste se alarman del consumo creciente de las bombillas de diodos LED.

Mientras 10% del alumbrado público estadounidense basculó hacia esta tecnología de menor consumo energético, los militantes contra la contaminación lumínica preconizan unas LED menos azules, el empleo de pantallas y un uso limitado a las necesidades.

En Madrid, una petición popular pidió un estudio del impacto de las LED a la alcaldía.

En Canadá, tanto las ciudades de Quebec como Montreal optaron por utilizar LEDs “ámbar”, así como en la ciudad estadounidense de Phoenix, tras las protestas de los habitantes.