¿Agenda narcotizada? | El Nuevo Siglo
Miércoles, 15 de Marzo de 2017

Los colombianos duramos muchos años trabajando para desnarcotizar la agenda internacional de nuestro país hasta que finalmente logramos que se nos enmarcara  en temáticas distintas y empezamos a destacar en otros temas, que han venido cambiando la  terrible imagen que en el exterior nos dio, los cultivos ilícitos y los carteles de la droga. La nueva agenda enmarcada en temas como la paz, el comercio, nuestros valores culturales, nuestra geografía y él turismo, los proyectos de carácter social, los intercambios educativos, los derechos humanos, la posibilidad de inversión extranjera y la cooperación internacional. Aún sentimos las secuelas, aunque ya menos humillantes, de cómo se nos trataba en las oficinas de inmigración al viajar a otros países. Tampoco éramos objeto de respeto en foros multilaterales.

Después de avanzar tanto, es imposible entender cómo hemos pasado de 40.000 hectáreas en cultivos ilícitos que había hace seis años a aproximadamente 188.000 hectáreas hoy en día. Detrimentos como éste pueden conllevar a que países como los Estados Unidos cambien su política de cooperación de los últimos 17 años, con la que hemos logrado fortalecer la institucionalidad, las políticas de defensa de los derechos humanos y la inversión social, recortando el dinero que aportan o haciendo nuevas exigencias. Qué tristeza que podamos volver a llegar a ser los parias en oficinas de inmigración donde quiera que vayamos. Definitivamente, nuestra política antidroga ha fracasado y debemos ser claros que se debe entre otras cosas a que el consumo en el mundo ha incrementado. Los narcotraficantes expanden su negocio globalmente y el gobierno, construyendo el camino de terminación del conflicto armado, ha descuidado un tema tan crítico para nuestra Nación. No de otra manera se entiende semejante aumento en los cultivos de coca.

En los foros de las drogas ilícitas, Colombia tendrá que poner sobre la mesa que la responsabilidad de tal crecimiento recae principalmente sobre los países consumidores que no han implementado políticas públicas eficaces para disminuir el consumo. Este no es solo un problema de nuestro país sino del mundo, de todos. Y Colombia ha sufrido bastante por el narcotráfico con el deterioro de sus valores éticos, la violencia  y sus innumerables víctimas que nos ha dejado y la mala imagen que nos ha creado. Este panorama hace más preocupante el futuro del país y requiere compromiso y políticas de Estado.

A buena hora llega un nuevo Vicepresidente, el General (r) Óscar Naranjo, que bastante experiencia tiene en este tema y que con seguridad entrará en acción de inmediato para que no regresemos a la agenda narcotizada por la que ya pasó nuestro país. Evitar el regreso a tales épocas pasadas depende en gran parte de la capacidad de ejecución y coordinación, cualidades que resaltan en el nuevo Vicepresidente. Requerimos de la voluntad y la dedicación de nuestro gobierno para darle la importancia que merece el tema y poder apagar una llama que, de no exterminarse pronto, podrá recobrar una fuerza muy difícil de controlar para nuestro futuro.