Presidentes colombianos en Academia de la Lengua | El Nuevo Siglo
De izquierda a derecha el señor director de la Academia Colombiana de la Lengua, don Jaime Posada; el presidente Belisario Betancur escuchan con atención al profesor Olympo Morales Benítez leer su discurso de posesión como académico de número, en la silla S.
Academia de la Lengua
Sábado, 25 de Febrero de 2023
Redacción Política

El profesor Olympo Morales Benítez es miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua: tiene la silla S. Deja un momento sus labores académicas y le cuenta a El NUEVO SIGLO aquellos presidentes que han pasado por la entidad más antigua de las corporaciones americanas de su género, fundada en 1871.

Lo primero que aclara Morales es que a la Academia la crearon tres personas, que son José María Vergara y Vergara, Antonio Caro y José Manuel Marroquín, porque en 1870 la Real Academia Española da vía libre para que puedan fundarse academias correspondientes en otros países. Dos de estos fundadores fueron presidentes de la República.

“Se reúnen estas tres personas en una casa y crean la Academia, pero la importancia que tiene Miguel Antonio Caro es el trabajo en sus relaciones con el lenguaje y cómo desde esa época estaba pensando en los nuevos usos del lenguaje que la juventud de las clases sociales le iba dando”, afirmó Morales.

Recordó que Manuel María Mallarino fue presidente de 1855 a 1857 y fue nombrado miembro de la Academia mucho después. A Santiago Pérez Triana le ofrecen la silla S, lo eligen académico, pero muere antes de posesionarse.

Cómo se eligen los miembros de la Academia

Morales explica  que hay miembros correspondientes, que son postulados por un par de académicos que presentan la hoja de vida, luego hay una junta donde se vota sí los aceptan o no como miembros correspondientes. “Esos miembros correspondientes, después de un tiempo pueden ser postulados por dos miembros de número, que son 29 las letras del alfabeto. En este momento en la Academia nuestra hay 18, porque los académicos se han ido muriendo”, expresa.

“Entonces los académicos de número son 29 personas que en realidad son quienes manejan la Academia, quienes toman las decisiones, quienes eligen la Junta Directiva, entre otras. Los correspondientes equivalían como a una especie de embajadores, que eran los que estaban en las regiones, etcétera.  Luego vienen los honorarios, que simplemente tienen una categoría de que la Academia los quiere vincular para hacerles un reconocimiento por su vida”.

Ante la pregunta ¿Quiénes son los miembros de la Academia?, Morales responde que “son aquellos que se han destacado en labores literarias, lingüísticas, científicas, políticas y artísticas y que han manejado bien el idioma. Claro que, por ejemplo, hay oradores que han manejado muy bien el idioma, profesores, artistas en el teatro. Se van recogiendo distintos matices o de la crónica literaria o del manejo del buen lenguaje en la radio, como Juan Gossaín, por ejemplo”.

Morales aclara que “la Academia no ha tenido ninguna importancia porque los presidentes hayan sido miembros de ella. Los presidentes han llegado a ser miembros de ella no por haber sido presidentes, sino porque cuentan con una formación humanística, intelectual, como filólogo, gramático, etcétera, por eso se ha dicho que nuestros presidentes eran todos gramáticos”.

Entonces fueron elegidos no porque hubieran sido presidentes, sino porque trabajaban en el lenguaje, porque había un culto al lenguaje, lo sigue habiendo, se dice que Colombia es el país que habla el mejor español y eran las personas que trabajaban intelectualmente.

“Santiago Pérez era director de periódico, era gente que trabajaba el idioma, como Rafael Núñez. Marroquín era  un gran poeta e hizo una gramática. Miguel Abadía Méndez, gran periodista, gran constitucionalista. Para escribir la Constitución, usted debe tener una gran precisión en el lenguaje, en el verbo, porque imagínense lo que significa. A Alberto Lleras aún lo leemos con admiración”, afirmó.

“Soy miembro de número, eso significa que tengo unas ciertas actividades que atender, debo estar en las sesiones, tengo que participar en todo el rodaje de la Academia, entonces si me enfermo pido, por favor, que se desocupe mi silla, porque son sillas vitalicias, es decir, usted tiene la silla hasta que muere, a menos que renuncie a ella y lo vuelven miembro honorario. Darío Echandía, Carlos Lleras y Alfonso López fueron honorarios, Belisario Betancur pidió ser honorario, por razones de que tenía otras actividades que le impedían atender el día a día de la Academia, que es la obligación que tenemos los de número. El último académico de número elegido fui yo”, sostuvo Morales.



Méritos de los presidentes

“A Santiago Pérez lo eligieron académico de número, pero nunca se pudo posicionar porque Rafael Núñez lo envió al exilio, él tenía un periódico que era ‘El Relator’ y además de periodista era sociólogo. Entonces Pérez fue escritor de la época radical. Rafael Núñez fue escritor. Holguín también escribía. Caro ni se diga, porque él tiene el uso en la influencia del lenguaje. Alberto Lleras qué no escribió, acuérdese de ‘Nueva Frontera’. Marroquín tiene su gramática, escribió ‘Tratados de ortología y ortografía de la lengua castellana’, con los cual la gente aprendía ortografía”, narra Morales.

“Miguel Abadía fue periodista y constitucionalista y profesor del Rosario, Abadía nunca dejó de dictar clase. Él era presidente y el país se paraba no porque él fuera a dictar clases al Rosario, sino porque los estudiantes iban a Palacio, la clase era de 10 a 11, en esa hora podía estar pasando lo que fuera, pero el mandatario estaba dictando clase.

No hay que olvidar a Eduardo Santos con su prosa en los editoriales de "El Tiempo" y la pluma impresionante de Alberto Lleras.   

Belisario Betancur, que dedicó su vida después de la presidencia a la cultura, ahí está todo lo que se hizo en la Fundación Santillana, que él dirigió durante tantos años. Betancur decía algo muy lindo: “Mi miseria fue mi mayor fortuna”. Recordaba que él dormía en el parque, iba a la universidad y se ganó un concurso para trabajar en la biblioteca: 'Yo entraba a la biblioteca a trabajar a las 2 y ese día entraba a trabajar con lo que se hubiera comido', y para no tener que dormir en el parque, entonces él se escondía cuando iban a cerrar la biblioteca y se quedaba ahí a dormir, pero ¿quién duerme con hambre?, entonces se ponía a leer y así construyó su cultura.

Presidentes miembros de número y honorarios  

-            Manuel María Mallarino (1855-1857).

-              Santiago Pérez (1874-1876).

-              Rafael Núñez (1880-1888).

-              Carlos Holguín (1888-1892).

-              Miguel Antonio Caro (1894-1898).

-              José Manuel Marroquín (1900-1904).

-              José Vicente Concha (1914-1918).

-              Marco Fidel Suárez (1918-1921).

-              Miguel Abadía Méndez (1926-1930).

-              Eduardo Santos (1938-1942)

-              Alberto Lleras (1958-1962).

Honorarios

-              Darío Echandía.

-              Carlos Lleras Restrepo.

-              Alfonso López Michelsen.

-              Belisario Betancur.