Seis datos desconocidos del pintor del alma | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 17 de Febrero de 2019

TODOS los sentimientos y temas que marcan a cada persona en las diferentes etapas de la vida, a saber, la vida, el amor, la ansiedad, los celos y la muerte, fueron plasmados con maestría, pero sobre todo con sensibilidad por Edvard Munch en cada una de sus más de 220 obras que el mundo admira y agradece.

Las más de ocho décadas de vida (1863-1944), enmarcadas por períodos pletóricos de sentimientos encontrados, tristeza y diversas emociones hechos le permitieron a este genio de la pintura, nacido en Loten, Noruega y fallecido en Oslo, despertar su más íntima sensibilidad, esa que con pincel en mano dibujó y llenó de colores para transmitir un “grito del alma”.

Y es precisamente ese el título del documental que bajo la dirección de Phil Grabsky, se podrá apreciar en varios teatros colombianos (Bogotá, Medellín, Cali,  Bucaramanga, Manizales, Barranquilla, Cartagena, Armenia, Ibagué, Popayán y Pereira), del 22 al 24 de este mes y gracias al convenio que con el fin de divulgar grandes producciones realizó años atrás Cine Colombia.

A Edvard Munch se le conoce por “El grito”, ese personaje de cara distorsionada tan difundido en la cultura visual de nuestra época y por ser el precursor fundamental del Expresionismo Alemán, un movimiento que transformó el arte al darle voz a las pasiones más íntimas de los individuos. Sin embargo, el legado artístico de Munch es amplio, sus obras completas son notables y le han asegurado su lugar como uno de los mejores artistas que hayan existido. Solo para mencionar algunas ‘La niña enferma’, ‘El beso’, ‘Melancolía’, ‘Noche’, ‘El vampiro’, ‘Muchachas en el muelle’, ‘Madonna’, ‘Pubertad’, ‘Muerte en la alcoba’ y ‘La danza de la vida’.

Este genio del arte vivió su niñez y adolescencia en Cristiania, hoy conocida como Oslo. Desde pequeño vivió de cerca la muerte, la de su madre y después de una hermana.  Fue entonces criado por su padre, un militar fanático religioso, y otra hermana. Todo esto forjó en Munch una personalidad difícil que él mismo catalogó como la base de su talento.

 En 1880 abandonó sus estudios de arquitectura para dedicarse a la pintura. Vivió y estudió becado en Paris, donde conoció de cerca el trabajo de los impresionistas y los post-impresionistas. Más adelante se radicó en Berlín hasta que decidió regresar a Oslo, donde murió a los 80 años.

En sus cuadros reflejó todos sus temores, vivencias y tormentos con un estilo personal que acentúa la fuerza expresiva de la línea, reduciendo las formas a su expresión más esquemática y haciendo uso simbólico del color. Le  interesó más captar el espíritu y las emociones humanas en sus pinturas.

Aquí algunos de los datos más insólitos, fascinantes y poderosos del noruego que ahora se conoce como "el pintor del alma".

1. Tuvo una niñez trágica: Cuando tenía solo 5 años, Edvard Munch perdió a su madre cuando se murió de tuberculosis. Nueve años más tarde su hermana mayor se murió de tuberculosis y él tenía ataques de tuberculosis. Su otra hermana fue internada en un hospital psiquiátrico. Luego, a los 26 años, quedó totalmente huérfano con el fallecimiento de su padre. Este último nunca aprobó la decisión de su hijo de ser pintor.

2. La enfermedad engendró su éxito: Siendo un niño tan frágil y enfermo, el pequeño Munch no podía salir en los duros inviernos de Noruega, su país natal. Además, aun cuando era verano, o temporada escolar, muchas veces estaba muy débil para dejar su hogar. Pasaba mucho de ese tiempo dibujando, estableciendo la base de su carrera futura. Todas estas tragedias, personales y familiares, nutrirían su arte.

3. Sus primeras críticas fueron muy negativas.  Mientras era estudiante, de una profesión que su padre descalificó como poco cristiana, Munch retrató a su compañero, Karl Jensen Hjell, en un estilo impresionista. Hoy en día, ese cuadro está en la National Gallery de Oslo, pero en su momento dijeron que era "extrema" y "una tergiversación de la noción del arte".

4. 'El grito' se inspiró de un terrorífico fenómeno volcánico.  Munch explicó que su cuadro más famoso llegó a existir porque un día, en una caminata normal, vio un atardecer de un color rojo tan espeluznante que se sintió consumido de miedo y ansiedad. La agónica cara del protagonista del cuadro expresó su horror interior. Esa caminata ocurrió en 1884; en agosto del año anterior fue la notoria explosión del volcán del Krakatoa en Indonesia. Vertió tanta ceniza, polvo y gases a la atmósfera que enfrío por un grado el planeta y también generó el fenómeno que observó Munch: un atardecer que parece estar ardiendo los cielos.

5. Enemigo de Adolf Hitler. El dictador nazi incluyó las obras de Munch en su lista de "arte degenerado" y mandó a bajar unos 82 cuadros de Munch que colgaban en museos alemanes. La campaña nazi contra el arte resultó en el saqueo de más de 600.000 obras de arte, muchas de las cuales siguen perdidas al día de hoy. Curiosamente, Munch murió durante la ocupación nazi de Noruega y le rindieron honores fúnebres; una manera de cooptar su increíble legado.

6. El "pintor del alma".  El artista siempre fue claro que su inspiración era la emoción. La vida, la muerte, el amor, la ansiedad y los celos fueron algunas de las fuentes, y los títulos, de varias de sus obras. También retrató sus propios dolores: pintó seis cuadros dedicados la muerte de su hermana. Quería incomodar y hablar de temas sensibles para llegar a la raíz de lo que viven los humanos.