España no logra salir del limbo político | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 17 de Febrero de 2019
Natalia Mariño*
Esta semana España se convirtió de nuevo en noticia al anunciar elecciones anticipadas, siendo este el tercer llamado a las urnas en casi tres años

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ESPAÑA continúa en una inestabilidad política. Si bien las elecciones son formalmente en junio de 2020, ante la no aprobación de la propuesta presupuestaria de Pedro Sánchez por parte de los partidos opositores, el presidente del Gobierno español no tuvo más remedio que convocar elecciones anticipadas el 28 de abril.

Esto no sorprende, teniendo en cuenta que en mayo de 2018, después de hacerse efectiva la moción de censura al expresidente Mariano Rajoy, Sánchez subió al poder con una minoría de 84 de un total de 350 parlamentarios. Desde ese momento se hablaba de la necesidad de convocar a elecciones anticipadas para romper con el círculo de inestabilidad política, en el que es necesario hacer negociaciones para poder gobernar.

Así, es difícil predecir lo que ocurrirá en abril. Para comprender mejor este ajedrez político, EL NUEVO SIGLO consultó dos expertos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Nada nuevo

La inestabilidad del gobierno de Sánchez ha sido evidente con el bloqueo de sus iniciativas legislativas en el Parlamento, principalmente por parte del Partido Popular (PP) y Ciudadanos. Dicha inestabilidad es visible desde los años de la crisis económica “que empieza a manifestarse con el movimiento 15-M que origina que el sistema de partidos en España, siendo relativamente estable, se vaya transformando. La sociedad manifiesta esa crisis, el sistema deja de ser estable y empieza a fragmentarse, siempre ha sido multipartidista, pero ahora lo es más. Son más partidos, con más problemas”, afirma a este Diario Jaime Ferri, Doctor en Ciencia Política de la UCM.

Evidencia de esto fueron “las elecciones de 2015 que produjeron por primera vez unos resultados que no garantizaban fácilmente la creación de un gobierno estable. Los dos grandes partidos, PP y PSOE, se convertían en la primera y la segunda fuerza política de la cámara pero no obtenían los escaños suficientes para garantizar un gobierno estable únicamente con el apoyo de otra fuerza”, explica Gema Sánchez Medero, Doctora en Ciencias Políticas y de Administración de la UCM.

Así las cosas, Rajoy tuvo grandes dificultades para formar gobierno y debió convocar nuevamente a elecciones. Cuando se logró cierta estabilidad en un gobierno vulnerable, surgió la crisis de Cataluña. Posteriormente, por sobornos ilegales que salpicaron al PP, se aplicó la primera moción de censura en la historia de España y Rajoy fue destituido del poder. Tomó el lugar Sánchez, con el apoyo del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y los otros partidos de izquierda, además del respaldo de los independentistas catalanes. Desde su llegada como nuevo Presidente del gobierno, prometió que convocaría elecciones y estas a su vez, han sido exigidas por los partidos de derecha: PP, Ciudadanos y Vox.

Pero esto tardó más de lo esperado y esta semana en las votaciones para aprobar el presupuesto de 2019, el cual los socialistas buscaban aumentar dada una reactivación económica, no fue aprobado ni por el PP ni por Ciudadanos. Además, “sin el apoyo de los partidos nacionalistas catalanes no tenía el número de apoyos parlamentarios necesarios para sacarlos adelante, y estos partidos no le han apoyado en esta ocasión ante la negativa del gobierno de conceder la amnistía a los políticos catalanes que se encuentran imputados y presos por la declaración de independencia”, sostiene Sánchez Medero. Y también porque los partidos independentistas “esperaban que el gobierno, a cambio de aprobar sus presupuestos, posibilitase algunas condiciones que para el gobierno no eran admisibles en un diálogo con los independentistas”, añade Ferri.

“Pañitos de agua tibia”

¿Son las elecciones del 28 de abril la solución a la inestabilidad política en España? Aunque puede haber diversas opiniones al respecto, lo cierto es que esta es solo una medida provisional para lograr una mayoría de escaños en el Parlamento y poder gobernar. “Pero en cualquier caso gane la derecha o gane la izquierda, no va a ser por la mayoría precisa para encarar los problemas ni los conflictos que tiene España. Ambos deben hacer un ejercicio de reflexión para acometer esos problemas de conjunto, por ejemplo, una reforma de la Constitución que afronte cómo dar satisfacción al problema territorial”, menciona Ferri.

Se puede pensar que la izquierda queda debilitada después del gobierno de Sánchez y que las condiciones están dadas para el retorno de la derecha. De acuerdo con El País de España, la izquierda no dejará tomar ventaja y se movilizará aprovechando la polarización y presentando a Vox, partido de extrema derecha, como una amenaza. Y en cuanto a la izquierda, “el problema es que el PSOE podría ganar las elecciones, pero lo que no está claro es que la aritmética parlamentaria le permitiera repetir gobierno, si Ciudadanos no se abstuviera o les apoyara”, comenta la experta.

El mandato de Sánchez inició débil y ahora lo está más. La pregunta entonces es si las elecciones resolverán la dificultad política de poder formar gobierno con mayoría para que los proyectos de ley puedan avanzar. Y aunque es incierto predecir lo que ocurrirá en abril, lo cierto es que España necesita reformas de fondo y concertación de los partidos para avanzar políticamente, que por lo menos en términos económicos, si ha logrado despegar.

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(*)@nataliamarinop