Aire en Bogotá: de la prevención a la obligación | El Nuevo Siglo
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Domingo, 17 de Febrero de 2019
Redacción Nacional

No es nuevo que la calidad del aire en Bogotá es mala, como tampoco que se diga que los únicos causantes sean los carros y las motos, aunque sí aportan un alto porcentaje. El otro corresponde, de acuerdo con diferentes estudios, al crecimiento habitacional, poblacional e industrial.

“La contaminación del aire no es un problema nuevo (…) sin duda es una dificultad que afecta a todas las ciudades occidentales. Esto ha estado asociado a sistemas industriales con fuentes energéticas altamente contaminantes y lo más preocupante es que en la actualidad las ciudades no han logrado combatirlo”, alertó un estudio de la Universidad Nacional dado a conocer el pasado 19 de julio.

En Bogotá se ha advertido sobre el incremento en la contaminación, se han decretado alertas naranja y amarilla en algunas zonas y ahora se imponen medidas como la del Pico y Placa para carros y motos, así como el sellamiento de algunas fábricas.

En parte se ha podido hacer seguimiento a esta situación, que según expertos es crítica porque genera afecciones en la salud que resultan muy costosas. Por ello, llaman a que las medidas no sean temporales como las adoptadas esta semana, sino que se emprendan acciones más contundentes.

De acuerdo con las autoridades distritales, “las condiciones meteorológicas que se han presentado en la última semana, como consecuencia de variaciones en la temperatura, la humedad, la inversión térmica, el cambio en el régimen normal de vientos y otras variables, han influenciado en la baja dispersión atmosférica en la ciudad”.

También se estableció que uno de los fenómenos más relevantes “es la inversión térmica que consiste en el aumento de la temperatura del aire con la altura sobre el nivel del suelo debido a condiciones como radiación solar intensa, baja nubosidad en el día, entornos urbanos altamente densificados y bajas temperaturas en las madrugadas. Este fenómeno restringe el movimiento vertical del aire con lo cual las emisiones quedan atrapadas cerca del suelo y se elevan las concentraciones de contaminantes”.

Además de las inversiones térmicas, los regímenes de vientos han cambiado en las últimas semanas, producto de un debilitamiento de los vientos alisios, que conlleva a que predominen los vientos provenientes del occidente.

Según las autoridades capitalinas, es probable que cada vez que se presenten cambios en la temperatura y disminuya el aire, Bogotá sufra mermas en la calidad del mismo y se haga necesario decretar nuevas alertas.

Las medidas iniciales fueron de aplicación “voluntaria” pero como la situación empeoró, se anunció el Pico y Placa, que será “temporal, mientras estén vigentes las alertas”.

Por lo pronto, la Secretaría de Ambiente, a través del Sistema Integrado de Modelación de Calidad de Aire de Bogotá continuará vigilante y podrá realizar estimativos del destino y distribución de concentración de los contaminantes atmosféricos inventariados en la ciudad.

Esta herramienta permite estimar el estado de la calidad de aire para las siguientes 48 horas, teniendo en cuenta el pronóstico de variables meteorológicas y comportamientos típicos de emisiones en la ciudad para los días pronosticados.

Herramientas

La ciudad cuenta con un Plan Decenal de Descontaminación del Aire, un instrumento de  planeación a corto y mediano plazo que orienta las acciones progresivas tendientes a la descontaminación del aire, con el propósito de prevenir y minimizar los impactos al ambiente y a la salud de los residentes.

Además, durante 2017 se expidió el Decreto 335 por medio del cual se adoptó la estrategia para la actualización del Plan Decenal de Descontaminación del Aire para Bogotá.

Afectaciones

De acuerdo con la Secretaría de Salud, la zona con alerta naranja, comprendida entre las localidades de Puente Aranda, Tunjuelito, Kennedy y Bosa, es importante el uso de tapabocas, al igual que sucede en toda la ciudad con los ciclistas.

Sin embargo, no todos los tapabocas serán igual de efectivos. De hecho, el que tradicionalmente utilizan las personas cuando padecen de una enfermedad como la gripa, no protege del material particulado presente en el aire.

De esta manera, las autoridades recomiendan hacer uso del tapabocas n95, el cual cuenta con filtros de carbón activado, el cual no permite el paso de partículas a la nariz y la boca.

El uso de este elemento es indispensable en población que presentan riesgos de salud como problemas crónicos respiratorios, cardiovasculares y diabéticos. Lo mismo sucede con niños menores de cinco años, adultos mayores y mujeres gestantes, quienes deberán utilizarlo cada vez que salgan a la calle.

De vieja data

Un estudio realizado en 2007 por el coordinador de Posgrado del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de los Andes, Eduardo Beherentz; la ingeniera Juliana Cancino y el estudiante de maestría Mauricio Gaitán, alertaba que era “notable el deterioro de la calidad del aire en Bogotá”.

Allí se indicó que esta situación se explicaba, en parte, por el acelerado crecimiento económico que se ha presentado en la capital, que se veía manifestado en una mayor demanda de energía así como en un acelerado consumo de combustibles fósiles.

Las medidas de control de la contaminación que han sido implementadas “hasta el momento (2007) se han visto opacadas por el incremento en las emisiones que resultan del crecimiento económico de la ciudad”. De entonces a acá Bogotá ha seguido creciendo, el parque automotor, especialmente de motos aumentó desmedidamente y lo mismo con el número de fábricas, lo que hace necesario que más allá del Pico y Placa, el distrito estudie medidas que contribuyan a que haya un aire respirable.