Votar en próximas elecciones | El Nuevo Siglo
Martes, 27 de Febrero de 2018

En los medios hay columnistas que en una columna sí y en la siguiente también, llueve, truene o relampagueé, le disparan a Álvaro Uribe y sirven de correveidile a todos los cuentos y calumnias que se levantan contra él o magnifican y amplifican las decisiones politizadas de la Corte Suprema, como la reciente de absolver con bombos y platillos a Iván Cepeda (izquierda) y “ordenar abrir una investigación” por los mismos hechos contra Álvaro Uribe (derecha) con unas grabaciones -ilegales, por demás- que, si se leen las transcripciones que aparecen en los medios, no dicen nada y no dan para nada.

He dicho muchas veces que lo que aquí se ha llamado “polarización”, palabra con la que se pretende denigrar a quienes votamos por el “no” en el plebiscito como enemigos de la paz y santificar a quienes votaron por el “sí” como los salvadores de la patria,  se reduce a gobiernistas y oposición y es una muestra del ejercicio legítimo de la democracia, mientras no se acuda, como está sucediendo en estas vísperas electorales, a prácticas non sanctas, calumniosas e indecentes (acuérdense del hacker).

Lo que hay ahora es un enfrentamiento entre la derecha y la izquierda. Una derecha (Vargas Lleras, quien resulte seleccionado candidato en la coalición Uribe-Pastrana, Viviane Morales y Juan Carlos Pinzón) que quiere enrumbar al país por la senda del progreso y del mejoramiento de la vida de la población, especialmente la marginada, sin “mermelada”, sin la corrupción que aflora apestosa por doquier, sin el desperdicio de los fondos públicos en direccionamiento político, llámese publicidad o subsidios a los desmovilizados de las Farc, mientras los niños se mueren de hambre en la Guajira o los poblados se anegan por falta de diques y manejo adecuado de aguas. Y la izquierda (Petro, Fajardo, De la Calle y Clara López, Piedad Córdoba, Carlos Caicedo y Timochenko), de ideas comunistoides, que funciona bajo la égida del castro-chavismo, detesta a las “oligarquías” -es decir a quienes dan empleo en el país- es amiga de la estatización y los subsidios tipo Venezuela, que -como dijo la analista guatemalteca Gloria Álvarez- quiere tanto a los pobres que trata de que se multipliquen, y servirá en el futuro de pie de estribo para una dictadura tipo Maduro.

Para ponerle freno a la izquierda hay que empezar por elegir un congreso de derecha. Hay que votar porque  si, por desgracia, eligiéramos un presidente (y futuro dictadorzuelo) de izquierda, el congreso será el muro de contención al menos por un tiempo. Pensemos en cómo se han portado los parlamentarios que buscan la reelección: si se prestaron para ignorar el plebiscito y la decisión popular, si han reformado la  Constitución ilegalmente, si han acudido a las mayorías enmermeladas para pisotear a la oposición. Esos no se redimen y van a volver a las mismas.

Lo que no podemos es dejar de cumplir el deber patriótico de ir a las urnas y poner nuestro grano de arena para tratar de salvar la república.

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Coda: Es muy grato ver en Europa cómo las ciudades toman medidas para facilitar el parqueo y recarga de los carros eléctricos y que países como Holanda y Alemania, hayan decidido que tan pronto como en 2030 solamente circulen carros y buses eléctricos. Señor alcalde Peñalosa: que los nuevos buses de TransMilenio sean eléctricos y que la reposición de taxis se haga también por vehículos eléctricos. No se deje descrestar por los híbridos y póngase a tono con las ciudades avanzadas. Usted puede, solamente decida y pasará a la historia.