Vivir para ver | El Nuevo Siglo
Miércoles, 14 de Febrero de 2018

Con el paso del tiempo los acontecimientos nos  van mostrando escenarios que no se calcularon en tiempos pretéritos y vienen a confirmar posiciones hoy lógicas, ayer discutibles o debatibles, que nos dejan asombrados presenciando episodios de verdad ejemplarizantes.

Todos los colombianos tenemos claridad meridiana de la misión del Escuadrón Móvil Antidisturbios, (Esmad) pero  permítanme hacer un somero recuento de su historia. En un principio las protestas ciudadanas se desarrollaban en los diferentes municipios, sin mayor alteración, pero las cosas fueron cambiando cuando estos movimientos se  tornaron  agresivos y en oportunidades se salieron de control, situación que obligó a la policía  a tomar medidas, para lo cual formó y entrenó escuadras de reacción, alternativa que fue desbordada por falta de equipo y recurso humano, por lo que  resultaron  muchos miembros de la fuerza pública maltratados  y heridos. Ante esa realidad nació el escuadrón móvil antidisturbios, al que se incorporaron hombres con requisitos especiales, quienes recibieron entrenamiento exclusivo, riguroso  y muy exigente, a más de asistencia profesional en diferentes  disciplinas, exigiéndoles  un nivel de tolerancia con  alto contenido ante los agravios y la misma  agresión. Se estimó que el equipamiento debía ser especial, brindando  seguridad física durante su desempeño frente a movimientos  de protesta ciudadana fuera de control, utilizando el menor componente de fuerza. Estas aspiraciones se han cumplido y tanto autoridades como ciudadanos son testigos el profesionalismo y estoicismo demostrados por estos servidores del orden que son despreciados,  vejados y lastimados. Dura misión pero patriótica labor.

No es un secreto que durante las negociaciones en La Habana,   los representantes de las Farc pidieron el desmonte del Escuadrón Móvil Antidisturbios aludiendo que se trataba de una unidad de represión ciudadana, que se extralimitaba y maltrataba ciudadanos  inermes dedicados a protestar por actividades o actuaciones del gobierno en contra de sus intereses, además  de utilizar armas de fuego contra el pueblo y otros  recursos revestidos de alta peligrosidad para la integridad de los parroquianos. No vamos a entrar en debate  porque estaríamos muy lejos de lograr un punto  de entendimiento. Lo cierto es que ese empeño de acabar con el (Esmad) no fue tenido en cuenta y las intenciones del secretariado de llevar la protesta social contra los gobiernos sin tener una unidad de contención que los reencausara hacia el orden, fue desestimada ¡En hora buena! Digo en hora buena porque miren la realidad: frente a la campaña política desarrollada por Timochenko, donde fue víctima de agravios y agresiones  venidas de turbas enfurecidas, fue el Esmad la unidad  que lo protegió. Quién diría, que un día no muy lejano, el repudiado Escuadrón Móvil  seria el defensor de uno de sus representantes ante el pueblo. Nunca  imaginaron la importancia de esta unidad. Dura realidad,  pero ¡vivir para ver!