Las 5 claves del plan de infraestructura de Trump | El Nuevo Siglo
Foto AFP
Miércoles, 14 de Febrero de 2018
Redacción internacional
El Presidente, en un intento por copiar “la Barca” de Reagan, presentó  un plan de 200 billones de dólares, para renovar la infraestructura de Estados Unidos. Cortando subsidios y el programa de salud de Obama, busca financiarlo para incentivar la inversión y la creación de empleo 

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DICEN, sus seguidores, que Donald Trump lanzó un programa parecido al New Deal de Franklin Delano Roosevelt, el lunes. Se trata de un plan de infraestructura cuya inversión será de más de 200 billones para reconstruir puertos, aeropuertos y vías, las cuales -estas últimas-  recuerdan más a “Alice in the Cities”, película de Win Wenders producida en 1974, que a las grandes autopista de Europa.

La Casa Blanca, quien no tiene las competencias para aprobar el presupuesto, ha presentado “una recomendación presupuestaria” que, pese a la cantidad de dinero que mueve, no es tan alta como se creía. En ella se propone cortar los fondos de la salud creados por Obama, quitar los cupones de alimentos, entre otros, y aumentar el déficit.

Estos son los cinco puntos más importantes de la propuesta del presidente Trump.

1. De Bannon al GOP

La propuesta, según los analistas, representa un movimiento ideológico de Trump. Antes de asumir la presidencia, el Presidente solía defender un modelo que los medios locales denominaban “populismo económico banonnita”, haciendo referencia al líder de esta tendencia, el inescrupuloso Steve Bannon.

Después de pelear, tras cruzar acusaciones e intentos de demanda, Trump sacó a Bannon de su equipo, y ha buscado desde entonces consolidar su relación con el Partido Republicano, cuyo brazo más conservador parece haber guiado la construcción del plan de infraestructura.

Seducidos por las intenciones del Presidente, los republicanos han visto que, poco a poco, el Presidente ha dejado de lado su discurso anti élites, para ejecutar su plan. “Simplemente vamos a tirarlo contra la pared y ver si se queda. Será tan emocionante como la década de 1930, más grande que la revolución de Reagan -conservadores, más populistas, en un movimiento económico nacionalista”, así Trump ha explicado este plan.

2. ¿Por qué ahora?

Es un poco tarde, piensan algunos en Washington. Tras un año en la Casa Blanca, Trump lanzó el plan de infraestructura, luego de varios intentos por derogar el plan de salud de Obama y buscar la financiación del muro fronterizo, objetivos que parecen subsidiarios.

Aparentemente, Trump ha conocido las dinámicas del Senado primero y ahora sí ha lanzado su principal plan. Esto se debe a su inexperiencia en el terreno político. Poco a poco ha ido consiguiendo apoyos entre los republicanos, quienes, paulatinamente, lo han defendido en el legislativo.

Es claro que la inversión será de 200 mil millones de dólares que se gastarán en un periodo de 10 años. El primer gasto será de 44.5 mil millones el próximo año

Esta relación amistosa se debe a que los republicanos han comprado el discurso del Presidente. Según este, el plan de infraestructura generará más empleo, atraerá a los inversionistas, aumentará las tasas de interés y traerá de vuelta la recuperación de una economía que, según Trump, “después de gastar tan estúpidamente $ 7 billones en Medio Oriente, ahora es el momento de comenzar a invertir en NUESTRO PAÍS”.

3. 200 billones USD

El costo de la inversión, con sólo verla, impacta. Desde lo político representa un mensaje típico de una potencia: yo soy el único que puedo gastar esto. Sin embargo, existen dudas sobre el monto exacto que se va invertir.

Es claro que la inversión será de 200 mil millones de dólares que se gastarán en un periodo de 10 años. El primer gasto será de 44.5 mil millones el próximo año. Trump estima que esto producirá de 1.5 billones a 1.7 billones en carreteras, puentes y otros grandes proyectos.

En el Congreso la propuesta enfrenta varios desafíos. Uno de ellos, según The New York Times, es que  los 200 mil millones son muy poco “para crear una corriente sostenible de dinero de infraestructura federal para el futuro”.

El plan, para compensar ese desequilibrio, busca recortar programas de transporte, quitarle presupuesto a los ingenieros del ejército y rebajar el monto que maneja Amtrak, la empresa ferroviaria norteamericana.

Además del recorte presupuestario en el sector transporte, el plan tiene dos ejes centrales. El primero, dice Real Clear Politics, es un fondo de inversiones para la reparación de carretera y aeropuertos “en desmoronamiento”, acompañado de una simplificación de procesos para poner en marcha rápido los proyectos.

Ajustándose a las peticiones de la bancada republicana, cuya parte importante de su electorado está por fuera de las ciudades, el plan tiene previsto destinar 50 mil millones de dólares a proyectos rurales por medio de asociaciones público-privadas (APP).

4. Obamacare

Trump dijo y repitió que no acabaría con Obamacare, el plan de salud de la administración Obama, pero lo primero que hizo cuando llegó a la Casa Blanca fue presentar su derogatoria en el Congreso.

Para financiar su plan de infraestructura, propone recortar los seguros y programas de salud, Medicare y Medicaid, en 554 mil millones y 250 mil millones, respectivamente. Además, le pone límites al sistema de salud, ajustando unos requisitos de elegibilidad que rompen el principio de una prestación universal.

En la reacomodación de los subsidios, Trump recortaría, si pasa el plan, 29 programas en el Departamento de Vivienda y Desarrollo, entre ellos quitaría las subvenciones en bloque y eliminaría un fondo para financiar la vivienda pública.

 

5. El déficit

Trump, durante la campaña, prometió que disminuiría el déficit, una herencia de gobiernos irresponsables. Acomodado en el poder, ahora dice que es aceptable un déficit de un billón anual.

La deuda pública igualmente sufrirá un incremento, tras el anuncio de este nuevo plan de infraestructura. Calculada en 20 billones de dólares, crecerá 2 billones los próximos dos años, de acuerdo a estimaciones de The Washington Post.

No hay duda de que el nivel de inversión será muy alto y la deuda, en caso de que pase el plan, aumentará. Trump sigue empeñado en implementar un programa histórico, que le permita ser recordado como Reagan o Roosevelt, quienes, sin embargo, tenían una deuda pública tres veces menor.