Sorprendió el anuncio de paro del sindicato de educadores. Dentro de las exigencias hay una muy curiosa: el programa Ser Pilo Paga, que es de educación superior. ¿Por qué? ¿Tienen poco que reclamar de lo que les corresponde? 

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SIN UN viceministro de básica y media nombrado desde hace seis meses y con los temas relevantes del área sin cabeza, era de esperarse. Que Fecode viera la fragilidad y la poca articulación de los temas del sector para convocar un paro.

La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación –Fecode- presentó unos pliegos entre los que dice que el servicio de salud sigue siendo deficiente (una realidad que es más dura para el resto de colombianos). Que no se ha cumplido con los ascensos, sin embargo, a miles de profesores ya se les notificó del ascenso y las mejoras salariales. Por otra parte, en las demandas del paro del año pasado se afirmaba que había una estrategia de aprobar a muy pocos con la evaluación docente del video, para no subir salarios, sin embargo, al contrario, de lo anunciado, la mayoría pasó el ascenso, de hecho,

En declaraciones, la Ministra de Educación Yaneth Giha expresó que se han estado cumpliendo todos los acuerdos con Fecode, después del paro de 2017.

Lo que más sorprende es incluir en sus reclamaciones al programa Ser Pilo Paga (SPP) ¿En qué afecta al gremio docente un programa de créditos condonables para que los más pobres ingresen a la universidad? Aunque es un tema de la educación y ha sido de debate sobre todo en el 2017, causa sorpresa que ese sea uno de los nueve puntos que publicó como motivo para ir a paro en el pliego publicado en la prensa nacional el pasado domingo.

Para Fecode Ser Pilo Paga debería ser un orgullo

El punto ocho del pliego dice: “El programa Ser Pilo Paga, discriminatorio, segregacionista, privatizador, que invierte grandes sumas de dinero en las universidades privadas, atosiga los estrechos presupuestos de las universidades públicas e impide que estos centros de investigación avancen en investigación, ciencia y tecnología”.

Primero, pareciera que los representantes del sector desconocen el objetivo del programa y sus principales beneficiarios. Que los recursos con los que estudian los beneficiarios no les pertenecen a las universidades, y que las universidades públicas también participan en el programa. Pero, sobre todo, el 85% de los beneficiarios salen de colegios públicos. Lo que demuestra que se puede ofrecer educación de calidad en el sector oficial y obtener buenos resultados en las pruebas nacionales.

Las estadísticas de las últimas Pruebas Saber han demostrado que después de la creación del programa SPP los resultados de los colegios públicos han mejorado. Se han implementado estrategias para el mejoramiento, prueba de ello, cientos de rectores que vieron la transformación y la posibilidad de acceder a una educación superior de calidad.

Los beneficiarios de Ser Pilo Paga son personas que ni siquiera habrían podido acceder a la educación superior por sus propios medios. Es una política que en otros países de la región lideraron gobiernos de izquierda. Un programa que busca cerrar las brechas entre los ricos y pobres. Lo que en el discurso de un sindicato o de un gobierno de tipo progresista debería estar presente.

En múltiples escritos se ha explicado lo mismo, a la fecha nadie se ha opuesto a la existencia del programa SPP, la única crítica proviene de algunos que consideran que los recursos deberían digerirse exclusivamente a las universidades públicas. Algo que no mediría calidad y sobre todo, que se asume que el dinero es de las universidades y la diferencia acá es que el beneficiario es que quien decide dónde estudia. Lo que tienen que hacer las universidades públicas es volverse atractivas para los estudiantes, que ingresar a ellas sea algo aspiracional. Algo que ya hizo la Nacional, donde estudian 1.500 pilos que le representa al año ingresos adicionales al presupuesto asignado de casi 30 mil millones de pesos.

Las negociaciones

Desde otras orillas se sabe que las elecciones internas de Fecode serán el 21 de septiembre de 2018. Así que el interés de ir a paro también es un claro interés por definir fuerzas y líderes en un momento de coyuntura. Lo dijo la ministra, que en los acuerdos de 2017 se definió que las inconformidades se llevaban primero a las mesas de seguimiento acordadas, pero Fecode hizo el anuncio de ir a paro sin llegar a las mesas primero.

Será decisión de la comunidad nacional de docentes, si apoya un paro con pocas demandas directas concretas y más elementos distractores sobre la realidad política. Y, por otra parte, si el Ministerio va a demostrar que no es tan débil como se ve desde afuera y defiende con vehemencia por fin programas como SPP que han sido políticas revolucionarias y de inclusión en el mundo. Y no permitir que todo el que tenga algo para quejarse lo convierta en una bandera del inconformismo, la envidia y la discriminación.

Como se dijo arriba el Ministerio manifiesta y evidencia que se está cumpliendo con lo acordado, el tema más sensible sigue siendo el servicio de salud de los profesores. El profesor Tarsicio Mora, quien fue presidente de Fecode, afirma que el verdadero problema es la implementación del sistema de salud. Que en 2017 se llegó a un buen acuerdo en las negociaciones, pero que la Fiduprevisora, la entidad encargada, no los ha llevado a cabo. Destacó que “lo que hizo el Gobierno fue muy bueno: una nueva contratación con sanciones, con el enfoque en el usuario, con las redes alternas, pero una cosa es lo escrito y otra es el estricto cumplimiento”. Y cierra Mora afirmando que "el problema es que el ente encargado de velar por el cumplimento de lo firmado en los contratos no actúa, ese silencio o falta de acción tiene en paro a los maestros"

(*) Especialista en educación. Twitter: @hurtadobeltran  “La opinión del autor no refleja necesariamente la posición del medio y es responsabilidad exclusiva del que la escribe”