El repudio a las Farc | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Febrero de 2018

Tremendo desacierto de las Farc en montar una campaña presidencial con Timochenko como candidato. Su presencia abierta en las calles produce rabia e indignación, más a quienes han sido víctimas de sus atrocidades. Lo sucedido en Armenia, Cali y Yumbo es muestra del repudio ciudadano a esa gente. Es un pleno desconocimiento sociológico del sentimiento popular.

Era de esperar que con los errores cometidos por sus dirigentes en el afán de figuración y reconocimiento, ellos pensaron que todavía se encontraban en La Habana donde los admiran y aceptan por identificarse con el régimen cubano. O quizás creyeron que su tránsito por las ciudades era como caminar en la selva donde los pájaros y arboles son indiferentes, o en los territorios dominados con su presencia donde el temor hacía guardar silencio.

El asunto es que ellos, en su arrogancia, siguen pensando que los colombianos son estúpidos, que a su presencia los iban a recibir con vítores, aplausos y abrazos como dijo Vargas Lleras. No, produce rabia e indignación ver y oír a Timochenko haciendo proselitismo político, a Santrich, Márquez, Catatumbo, Alape y demás cabecillas, cuyos nombres y figuras son repugnantes al ojo de la gente. De ahí la reacción que se torna en violencia, como violentos fueron mas de 50 años de sus atrocidades.

Si ellos hubiesen guardado prudencia, si jamás hubieran bautizado a su partido con el nombre de Farc, pues de inmediato cualquier persona siente asco, rabia y se violenta. Si tampoco hubieran colocado a todos sus cabecillas a figurar, pues han debido de conformarse con las 10 curules que les regaló el gobierno y ahí si, desde el Congreso iniciar su carrera política, pero no desde las calles.

Cuando el proceso de paz con el M19 fue muy diferente. Carlos Pizarro era hombre carismático, el pueblo en parte admiró a ese grupo subversivo, aun sus actos de barbarie como el Palacio de justicia y otros crímenes, pero ellos jamás hicieron gala de prepotencia como las Farc, además la impunidad no es admitida por nadie.

Se augura un tremendo fracaso la entrada a la política de las Farc, el pueblo los va a humillar, no solo rechazándolos en sus actos políticos, sino también en las urnas. Se corre el peligro de un atentado contra alguno de ellos, pues muchos ciudadanos que han sido victimas piensan en el “ojo por ojo, diente por diente”.

Si hubiesen sido inteligentes la cosa habría sido otra, haber colocado otro nombre al partido, haber escogido un candidato presidencial de aceptación popular sin que hubiese estado alzado en armas. Una lista al Congreso de gente diferente y un lenguaje más sencillo e integrador. De esa manera la suerte los hubiera acompañado.  

Pero como balance, la participación política de las Farc será un tremendo fiasco, su votación tanto presidencial como a Congreso será lánguida e insignificante, solo quedaran con las curules de obsequio, que fue el premio que Santos les dio por la ayuda al Nobel de Paz.

arangodiego@hotmail.com