¿Quién puede decir que no le gusta reír?: Dago García | El Nuevo Siglo
Foto tomada por Daniela López
Domingo, 19 de Febrero de 2017
Daniela López

“Miércoles, se acuerda cuándo nos fuimos a Mariquita, cuándo fuimos en carro hasta Cali o cuándo fuimos dizque a Miami y nos pasó esto y esto”. Así describe Dago García, el gestor de El Paseo,  en todas sus temporadas, película colombiana que se ha caracterizado por reflejar en la pantalla grande situaciones tan cotidianas que todos, en algún momento, hemos llegado a vivir.

La versión No. 4 de El Paseo  logró su cometido, que era tocar las fibras emocionales más sensibles de los espectadores. Desde la entrada a un aeropuerto de los Estados Unidos, la familia Rubio Cucalón vivió muchas aventuras, todas divertidas y muy reales, que logran dejar una hilaridad continua en el público.

 EL NUEVO SIGLO entrevistó a García tras el impactante éxito de “El paseo 4”, que en la cartelera nacional impuso un record de 1.652.722 espectadores, casi que cuadriplicando los que vieron su predecesora, El Paseo 3, que registró 404.765 entradas.  Adicional a ello lideró el ranquin taquillero de películas colombianas proyectadas desde final de diciembre y hasta final de enero.

EL NUEVO SIGLO ¿Qué cree que es lo que  motiva a los colombianos a ver su Paseo 4?

DAGO GARCÍA. Yo creo que definitivamente hay un elemento de identificación en los paseos que le gusta mucho a la gente. Esas experiencias, que creo que todos hemos tenido, como  irse fuera de la ciudad con el papá, la mamá, los hermanos y la abuelita, entre otros, y nos pasa algo extraño, que con el tiempo, al recordarlo, se vuelve motivo de risa.

Yo creo que esas películas acuden a la memoria emocional, llevándonos a decir: “Miércoles,  se acuerda cuándo nos fuimos a Mariquita,  en  carro hasta Cali o cuándo fuimos dizque a Miami y nos pasó esto y esto”. Cuando la gente logra identificar esas experiencias comunes ya hay un terreno recorrido y hay una disposición del público para disfrutar el cuento que le estamos echando.

ENS. ¿El Paseo 4 entra en las películas que hacen parte de la Ley de Fomento al Cine o es un proyecto privado?

DG. No, es un proyecto privado. Digamos que la Ley de Fomento al Cine tiene varias formas de operar.  Esta es una película que aplica a los estímulos de impuestos, pues hay una parte de la ley en la cual los inversionistas reciben un alivio tributario. Pero no es una película que haya ganado alguna convocatoria, ni una beca; es una película hecha con capital privado, al cual se le aplica el alivio tributario que trae la Ley de Fomento al Cine, como lo hacen todas las películas en Colombia.

ENS. ¿Cuál fue la inversión presupuestal en esta película?

DG. En este momento yo creo que las hacemos con un presupuesto mediano. Si bien empezamos trabajando con un bajo presupuesto, cuando hicimos nuestras primeras películas, poco a poco el resultado que han tenido las mismas  y la buena acogida del público, nos ha permitido, subir un poco la inversión. Sin embargo, hay que manejarse dentro de un parámetro racional para no irse a quebrar. Nuestra idea es que cada película permita hacer otras películas y  que éstas generen una actividad económica autosuficiente y rentable.  En ese sentido no solamente hay que cuidar el contenido de esos proyectos, sino también el modelo económico, es decir, los costos y las inversiones. También la promoción. Todo ello es  muy importante para poder tener, al final del día, un ejercicio económico exitoso.

ENS ¿Por qué cree que el género de comedia ha tenido tanto éxito en Colombia?

DG. Eso no es una circunstancia exclusivamente de Colombia, es universal. En todas partes donde hay industria del cine y donde hay exhibición de películas, las comedias siempre son muy bien recibidas. Creo que es bastante sencillo y de sentido común: a la gente le gusta reírse ¿Quién puede decir que no le guste reír?  Por eso yo creo que la gente que sabe contar chistes se vuelve popular. Uno se enamora de la persona que lo hace reír.

La risa universalmente es un sentimiento grato y  que alivia el espíritu. Sin embargo producir hilaridad o risa es bastante complicado, pues no hay algo que irrite más que alguien que se crea chistoso y no lo sea. La comedia tiene esa doble cara: es un género que la gente recibe con gratitud pero en el que también es muy selectiva.

ENS ¿A qué atribuye el boom del cine nacional?

DG. Volvemos a lo mismo. Cuando la gente logra identificarse con algo lo disfruta. Para un colombiano es muy difícil identificarse con una realidad norteamericana, europea o asiática. Entonces, en ese sentido, las películas colombianas tienen una ventaja. Están hablándole a la gente en su propio lenguaje, de sus propias experiencias, así como de sus aventuras. Los personajes que ven ahí y la forma en que hablan se parecen a él, logrando así una identificación plena.

Cuando uno hace entretenimiento lo que busca es generar emociones, y para que se generen emociones la condición es que haya identificación, porque no es posible lo uno sin lo otro. En este sentido le llevamos un poquito de ventaja a las películas extranjeras.

Ahora la desventaja es no tener la plata ni la promoción que le invierten a una película extranjera. Hay cosas buenas y cosa malas en esto, pero creo que cuando uno logra con una película colombiana tocar esa fibra se tiene  un handing sobre las películas extranjeras

ENS ¿Ha pensado en internacionalizar sus proyectos?

DG. Digamos que hasta ahora las películas que he hecho son para el consumo local.  Sin embargo, cuando exhibimos la película en Miami y algunas partes de Centroamérica nos dimos cuenta que lo que nosotros veíamos con virtud, hablarle al público colombiano en su lenguaje sobre una realidad concreta, también se puede convertir en una dificultad, por aquello de las palabras no significan lo mismo en uno u otro lado.

También estamos empezando a  producir por fuera. Ya hicimos una coproducción para México, del género de horror, que llamamos “El lamento”, con Diamond -una distribuidora Argentina- y estamos en proyecto de hacer también en ese país, un remake de una película de una de nuestras primeras producciones, “La pena máxima”, para así buscar un mercado más internacional.

ENS.  ¿Va a llevar usted su película a algún festival?

DG.  Creo que estas no son películas festivaleras. En los festivales siempre están buscando otro tipo de cine, como las cintas de arte y ensayos.  Algo con más de búsqueda, más de audacia con el lenguaje y por esa razón las comedias no tienen espacio en esas citas cinematográficas.

ENS. ¿Cuáles son sus próximos proyectos?

DG. Estamos terminando una película que se llama “El país más feliz del mundo”, que es la primera comedia negra que hacemos sobre la corrupción y que se estrenara en junio. Vamos a hacer “El Coco 2” ya que el año pasado para la época de Halloween hicimos la primera  y fue muy exitosa.  Y estamos en proceso de edición de una película, para diciembre, que se llama  “El regalo”. También es posible que “El Paseo” tenga otra salida, que sería la No.5, pero en el 2018.