El hombre y la historia | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Febrero de 2017

Suele decirse que nadie sabe para dónde va si desconoce de dónde viene. Y también que quien no conoce la historia está condenado a repetirla. Estas premisas caen como anillo al dedo ahora que cursa en el Senado de la República, rumbo a segundo debate, el proyecto de ley, presentado por la congresista Viviane Morales, que busca llenar la laguna académica que existe en nuestra enseñanza escolar, secundaria y universitaria desde hace varias décadas en torno al conocimiento de la historia de Colombia.

Se trata de una de las iniciativas legislativas en el campo de la educación más importantes de los últimos años. En el pasado, por cuenta del informe de unos funcionarios  extranjeros de la Unesco, se aconsejó al gobierno de turno eludir y abolir el estudio de la historia, so pretexto de dejar que los alumnos, cuando fuesen mayores, se encargaran de aprender e interpretar por su cuenta el discurrir de los acontecimientos nacionales e internacionales. De este modo, la cátedra de historia pasó a ser subsumida dentro de la de Ciencias Sociales.

Nada más vergonzoso que dejar en el aire la principal materia para que escolares, bachilleres y universitarios se familiaricen con la historia y adquieran criterio propio en el análisis comparativo del devenir de nuestro país frente al de naciones de la región y otros continentes.

Desconocer cómo ha evolucionado el mundo y los hechos más importantes que marcaron el desarrollo global y local debilita el sentido de pertenencia y nacionalidad que debe tener cada colombiano por el simple hecho de serlo. En tanto el individuo no sea capaz de comprender la trama histórica del terruño en que nació, donde sus antepasados vivieron, lucharon y murieron en el empeño de hacer un país mejor, le será más difícil comprender que tiene también que poner su grano de arena para seguir haciendo grande la patria y entregar una más sólida a las generaciones sucesivas.

En Europa y en Estados Unidos, así como en varias de las naciones vecinas de Colombia, la cátedra de historia es una asignatura independiente. Por ejemplo, en Norteamérica los profesionales que se gradúan, sin importar la carrera que escojan, la tienen como materia base de sus estudios.

Es de anotar, igualmente, que en las universidades estadounidenses y las del Reino Unido, la historia se estudia a fondo mediante la lectura de obras de diversos autores que son analizadas por profesores y alumnos para reinterpretarlas y llegar a conclusiones propias.

El proyecto de la senadora Morales va en ese camino de redimensionar la importancia de la cátedra de historia. Recoge por ello los anhelos y reiterativas peticiones a los distintos gobiernos para que reinstaure esta asignatura en escuelas, colegios y universidades.

Las pruebas estandarizadas internacionales para conocer el nivel de los alumnos colombianos evidencian que la falta de conocimiento del devenir histórico del país y el mundo es un flanco débil en la integralidad que debe tener un estudiante. Sin esa instrucción académica, la capacidad de razonamiento, reflexión y autocrítica así como de proposición e innovación se limita sustancialmente.

Pero no basta con sólo revivir la cátedra de historia, es necesario implementar un sistema que la inserte dentro del sistema académico para aprovechar mejor sus potencialidades en la formación integral de una persona. De allí la importancia, como lo establece el proyecto de ley, de establecer  una “Comisión Asesora del Ministerio de Educación Nacional para la enseñanza de la Historia”, la cual se compondrá de representantes de la Academia de Historia, Asociaciones de Historiadores, Facultades de Historia de Educación Superior, docentes de cátedra de sociales con énfasis en historia y asociaciones de Padres de Familia. Esta Comisión será un órgano consultivo para la regulación del currículo y el establecimiento de logros para cada grado de los niveles educativos de la educación formal.

Sería importante, por ejemplo, que a ese proyecto se le adicionara la reimpresión, por cuenta del Ministerio de Educación, de obras de distintos autores nacionales y extranjeros que se ocupan de analizar y divulgar los episodios nacionales con profundidad y criterio científico.

Una vez reinicien en marzo próximo las sesiones ordinarias del Congreso, este proyecto debe ser abordado por el pleno del Senado. Sería bueno que los distintos partidos y bancadas llegaran a un acuerdo para apoyar su trámite y que se pueda convertir en realidad antes de mitad de año. Ello permitiría que en el segundo semestre se hicieran los respectivos ajustes a los currículos y que ya en 2018, por fin, la cátedra de historia vuelva a ocupar el sitial en las escuelas, colegios y universidades que nunca debió perder.