Diálogos | El Nuevo Siglo
Sábado, 25 de Febrero de 2017

Con Julio Silva-Colmenares se está a punto de terminar la revisión de Piketty y los Economistas Colombianos. Debate sobre el Capital en el Siglo XXI (Ediciones Aurora, Bogotá, 2015). Es central el interés en la distribución del ingreso y la riqueza, se prefiere la inequidad a la desigualdad, las crisis económicas se explicaban antes por la escasez y ahora por la superproducción: incapacidad para comprarla. Resurge una idea antigua: los clásicos griegos en el origen de la economía (Aristóteles, Platón, Jenofonte). Una sociedad igualitaria es imposible. El Manifiesto Comunista se relaciona con el Capitalismo Salvaje. Los trabajadores ven disminuir su poder como clase social. Hay planes para salvar a las empresas y las personas adineradas pero no a los pobres (idea en revisión), es necesario el entrenamiento continuo, la creatividad e innovación son básicos para la riqueza y el valor del trabajo humano, la productividad aumenta más que el salario, crecen los servicios, muchas empresas de los países ricos se pasan a los más pobres, la brecha aumenta en los países más pobres, se observa transferencia tecnológica hacia las naciones más pobres y emergentes, el desempleo guarda relación con el avance tecnológico, puede reducirse la pobreza a ritmo lento y se requiere pacto político y social.

Se comentará ¡Cuidado con lo que Dice! (Intermedio Editores, Bogotá. 2016) por Yamid Amat interpretado el título como advertencia de dicho autor a quien entrevista: la prudencia fue la actitud adoptada por quien escribe, frente a Amat, en diálogo que tuvo lugar hace muchos años, no reproducido en el texto citado, envuelto en chivas periodísticas desfavorables al principio y afortunadamente el periódico El Tiempo rectificó en editorial (no en primera página) titulado “Justas absoluciones” de agosto 30, 1984 en que “se demuestra, una vez más, la ligereza con que acusadores sistemáticos proceden contra las personas” y “La costumbre de acusar para luego absolver a las victimas causa perjuicios muchas veces excesivos e injustos”. Impresiona el influjo de Amat en la opinión pública a través de la capacidad de convocatoria de personalidades de las esferas económica y política en su programa televisivo.

Quien escribe ve, detrás de esta situación, la ojalá corregida afición colombiana al chisme y ha sugerido la realización de una investigación a fondo como paso preliminar al ensayo de corrección.