Derechos de los toros y aborto (II) | El Nuevo Siglo
Lunes, 20 de Febrero de 2017

Esta es la segunda parte del discurso del senador James Lankford en el Congreso norteamericano:

“El doctor en ese video especial (que describimos en nuestro pasado artículo) da detalles de cómo los abortistas, una vez que consiguen el consentimiento de las mamás, entran al vientre, trituran la cabeza del bebé para matarlo y preservan cuidadosamente el resto de los órganos, porque los riñones, el hígado, los pulmones y los músculos de las personas valen dinero.

Pero, déjenme decirles: ¡ese niño vale más! Cada adulto que me escucha, alguna vez estuvo de veinte semanas en el vientre de su madre y podemos vernos unos a otros y entender que la única diferencia entre ese bebé en el vientre y cualquiera de nosotros ahora es el tiempo. Es un ser humano de quien hablamos. Y de nada sirve saber que ese bebé es despedazado para experimentar con sus órganos a fin de que en algún momento en el futuro ayude a otro niño.

Probablemente estén buscando mamás particularmente sanas e hijos maduros y sanos. Tal vez se trate de una situación en particular en que la mamá no puede pagar un aborto y le ofrecen hacérselo a cambio de donar el bebé para cubrir costos vendiendo sus órganos. ¡No sabemos! Pero creo que la pregunta que necesitamos hacernos es que mientras este congreso invierte tiempo en debates sobre las masacres de caballos y sobre las ballenas, somos indolentes frente a los niños  que es el único debate que nadie ha mencionado.

Necesitamos empezar de nuevo como nación, haciéndonos una pregunta básica: en nuestra declaración de independencia decimos que ‘creemos que cada persona recibe de nuestro Creador la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad’ pero ¿realmente lo creemos si es un niño? Partamos de algo básico: científicamente sabemos que un bebé de veinte semanas puede sentir dolor. No podemos arrancarle los miembros sin más. Sólo siete países en el mundo lo permiten a etapa tan avanzada del embarazo. Nosotros con Corea del Norte y China los primeros,.  Preguntémonos entonces: ¿Quiénes somos en América? Subsidiamos a Planned Parenthood  con medio billón de dólares en fondos. Pero otras organizaciones en todo el país consiguen sus propios fondos y no los reciben del gobierno federal. Debemos hacernos ese legítimo planteamiento.

Señor Presidente: tenemos cuestiones difíciles de definir como nación: presupuesto, regulaciones y la dirección de nuestros actos en el futuro pero debemos preguntarnos: ¿nos importan los niños o no? Y cuando estemos revisando el fondo para la educación, antes de darnos palmaditas en la espalda diciendo ‘cuánto nos preocupamos por nuestros niños’, asegurarnos de que tenemos compasión de ellos a toda edad, no sólo a ciertas edades. O, de verdad ¿Nos hemos vuelto indolentes? ¿Cómo podemos enmendar esto?

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Coda: Fue la Corte Suprema de Estados Unidos la responsable, en su sentencia de Roe vs. Wade, de haber dado vía libre al aborto que lleva ya 56 millones de muertos en ese país. En Colombia la Corte Constitucional también autorizó el aborto en tres casos, pero ahora dice que no le gustan las corridas de toros porque son crueles. ¡Qué paradoja!