Dos años le dio la Corte Constitucional al Congreso de la República para que regule las corridas de toros, las corralejas, las becerradas y riñas de gallos. Si pasado este término el Legislativo no toma una decisión sobre si se trata de espectáculos de tipo cultural o, por el contrario, un maltrato a los animales, quedarán penalizados por la Ley de Maltrato Animal.

Mientras se produce una decisión al respecto seguirá en el país la polémica entre los defensores de animales y los amantes de estas prácticas.

Sobre el particular el director de la Federación Colombiana de Gallos de Combate, Fabián Sarria Guevara, dijo en el programa Veredicto que “el hombre en la naturaleza no está solamente para sobrevivir y tenemos la posibilidad también, en eso nuestra Constitución lo avala, de que desarrollemos nuestra necesidad de recrearnos. Lo otro, preservamos nuestros gallos de pelea como no lo podría hacer ninguna otra entidad”.

Añadió que “no podemos seguir proponiendo leyes en una nación con una diversidad de pensamientos, de culturas ancestrales y demás, desde la visión que lo moderno es no hacerle daño a un animal. No le hacemos daño a un animal, pero sí existe el 98% de nuestra población que se alimenta de carne”.

Por su lado, Natalia Parra, directora de la plataforma animalista ALTO, dijo que “a diferencia de las plantas, la mayoría de animales tenemos un sistema nervioso central, lo cual nos hace sujetos de dolor e incluso de sufrimiento”.

Añadió que “Colombia puede en este momento asistir a ese cambio de esa naturaleza de que podemos divertirnos no a costa de seres humanos ni de animales no humanos, porque una de las grandes falacias que se han venido diciendo es que los animalistas no defendemos sino solamente a los animales no humanos, y es cuando se nos olvida que también hacemos parte del reino animal y que las justicias están interconectadas. Precisamente estudios han comprobado que en el fomento de la violencia hacia los animales, que en los actos de violencia hacia los animales, finalmente lo que están construyendo es violencia para con nuestra especie”.

En ese sentido, Parra dijo que “un país que se permita respetar al que tiene plumas, al que tiene escamas, al que tiene cuatro patas, al que es diferente, por supuesto está dando un mensaje para respetar al que es similar, para respetar al mismo ser humano”.