Confusión por memorados Trump sobre inmigración | El Nuevo Siglo
Foto archivo Agence France Press
Miércoles, 22 de Febrero de 2017
Redacción internacional con AFP

La administración Trump decretó una amplia serie de memorandos que les permiten a las autoridades federales deportar aquellos inmigrantes indocumentados. La decisión, que ha sido criticada por organizaciones civiles, busca cumplir una de la promesas de campaña del hoy presidente: deportar a ilegales inconvenientes para los intereses norteamericanos.

En rueda de prensa, el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, dijo que los memorandos están dirigidos a las agencias del departamento para que autoricen a los agentes a detener y deportar inmigrantes ilegales. Según The Washington Post, el texto no deja claro cuáles son las causas para ser objeto de estas medidas, situación que, en un principio, puede dar lugar a arbitrariedades.

Memorandos

Los memorandos firmados por la administración Trump son una especie de política pública formalizada en un documento. Exhortan a las autoridades ejecutivas, como parte de los anuncios que hizo el presidente en enero, tanto a nivel federal como nacional, a contratar más agentes, autorizar a oficiales locales a actuar como agentes de inmigración y agilizar el procedimiento de deportación de inmigrantes.

En diálogo con la revista Time, funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS –siglas en inglés), manifestaron que los memorandos, que han generado una inmensa polémica en Estados Unidos, están estrechamente relaciones con los mandatos ejecutivos que ha tomado el presidente desde enero. Dijeron, a su vez, que dichas medidas han sido tomadas respetando leyes nacionales y la Constitución, aclarando una posible violación legal y constitucional.

Kelly, quien es el encargado de materializar los memorandos, ha anunciado que las disposiciones prevén contratar 10.000 nuevos agentes de la Dirección de Inmigración y Aduanas y 5.000 nuevos agentes de la Patrulla Fronteriza, de acuerdo a declaraciones a la prensa local.

Funcionarios del departamento han hecho un llamado a la calma, ante el gran revuelo que ha generado la medida. “No necesitamos un sentimiento de pánico en las comunidades”, dijo un funcionario del DHS en una charla con periodista, cuenta The Washington Post.

“No tenemos el personal, el tiempo o los recursos para ir a las comunidades y reunir a la gente y hacer todo tipo de personas que lanzan masas en los autobuses. Eso es todo un fruto de la imaginación de la gente “, aclaró el funcionario al periódico y otros medios. “Esto no pretende producir redadas masivas, deportaciones masivas”, concluyó.

Un memorando preliminar, como es común por estos días, fue filtrado a los medios locales. En él, según la agencia Asociated Press (AP), se estimaba la movilización de hasta 100.000 soldados de la Guardia Nacional para aplicar la ley de inmigración. Sin embargo, los últimos memorando no disponen ese número de efectivos.

Obama

Por lo visto, el mayor problema de los memorandos es su grado de indeterminación. No es claro, de acuerdo al texto,  hacia cuál población de inmigrantes están dirigidos. Por este motivo, diferentes organizaciones han pedido que la administración especifique su objeto de aplicación.

Su indeterminación, que hasta ahora se ha convertido en el principal objeto de debate, es un elemento que tiene algún parecido con las medidas que tomó la administración Obama, cuya falta de definición, clara y específica, hizo que se deportaran 434.000 migrantes en 2013, alcanzando cifras históricas.

Obama, sin embargo, corrigió este elemento, decretando desde 2014 que las medidas de inmigración iban dirigidas a los delincuentes “duros” con antecedentes penales en suelo estadounidense y aquellos que constituían una amenaza para la seguridad nacional, bajando el nivel de deportaciones a partir de ese año hasta el fin de su mandato, en 2016.

En lo que sí son claros los memorandos es que las autoridades, siempre y cuando vean a un inmigrante ilegal cruzando la frontera de Estados Unidos con Canadá o México, podrán, sin proceso, enviar a la persona hacia al país del que viene, independientemente de su nacionalidad.

Este proceso particular va encaminado a controlar el paso por la frontera con México, una de los mayores intereses del gobierno Trump. Así, junto al muro (que sigue en pie), el presidente busca sellar el paso fronterizo entre ambos países y controlar la migración proveniente de centro y Suramérica, cumpliendo la promesa más polémica de su campaña.

Reacciones

Como era de esperarse, grupos de derechos de inmigrantes han dicho que las medidas son preocupantes, porque, como ha sucedido en anteriores ocasiones, las fuerzas policiales pueden abusar del poder concedido, buscando a los 11 millones de inmigrantes ilegales que hay en Estados Unidos.

En declaraciones al Washington Post, Clarissa Martínez-de-Castro, vicepresidenta adjunta del Consejo Nacional de La Raza, manifestó que la administración Trump “está usando el espectro del crimen para crear miedo. . . En la comunidad americana sobre los inmigrantes para crear una apertura para avanzar en la persecución indiscriminada de los inmigrantes”.

Pero los memorandos no sólo dejan dudas por su indeterminación. Otro de los puntos que tampoco aclaran es si también aplican sobre “los soñadores”, hijos de inmigrantes ilegales que llegaron a Estados Unidos como niños y, durante la administración Obama, se les concedió la oportunidad de trabajar, entre otras.

Esta posibilidad fue concedida como parte del programa, “Acción Diferida para la Llegada de la Niñez”, iniciativa de Obama, que cobijó a 750.000 millones jóvenes. Trump prometió acabar con este programa, pero aún no ha tomado ninguna decisión.