50 años del Quindío | El Nuevo Siglo
Sábado, 25 de Febrero de 2017

Con memorables eventos culturales, sociales y políticos celebra el Quindío sus primeros 50 años de vida autónoma. La creación de este "departamento” en su momento -Enero de 1966, gobierno de Guillermo León Valencia- sacudió al país. ¿Por qué? Fue la única vez en que la provincia derrotó el asfixiante centralismo político. Todo lo resumía Miguel Antonio Caro, soberbio y olímpico afirmando: "Lo que no es la capital, es trópico, incultura y subdesarrollo". A su turno las capitales departamentales todo lo concentraban en sus metrópolis.

Los que contribuimos con toda la juventud y con toda el alma a la creación del departamento del Quindío, combatimos ferozmente, no a Caldas, ni a Manizales, sino a la clase dirigente del momento. Los dominaba la arrogancia, el orgullo cultural y pensaban y obraban con el odioso criterio de que ellos nacieron para mandar y los provincianos para obedecer y callar. Con energía gritamos: “A los caudillos de Manizales los vemos grandes porque los estamos mirando de rodillas. Levantémonos con dignidad para poderlos desplazar”.

Hubo muchos intentos separatistas. Pero la pelea final duro 10 años. De 1956 a 1966.

Uno de los eventos más significativos celebrados hasta el momento, fue el acto protagonizado por Jorge Eliécer Orozco Dávila y Jaime Lopera Gutiérrez para presentar la muy amena y enriquecedora obra titulada "Quindío, apuntes para su historia política”, de Jorge Eliécer Orozco Dávila. Jaime Lopera Gutiérrez presidente de La Academia de Historia del Quindío pronunció un macizo ensayo sobre esta publicación vital. El prestigioso periodista Orozco Dávila entregó una obra de forzosa consulta sobre la minuciosa existencia del Quindío en sus 50 años de vida autónoma. El libro es de una amenidad prodigiosa. Son 260 páginas que se leen como si fuera una novela de suspenso. No se le escapa al autor un solo detalle en la vibrante existencia del Quindío.

La dura lucha de la provincia contra el nefasto centralismo, no es más que la lucha de la clase productora, contra la clase consumidora. La comida, el agua, el petróleo, la ganadería, la agricultura y todas las riquezas se originan en la provincia. Durante 75 años Colombia vivió en materia de divisas de los dólares originados en el café. Cuando recibía un dólar petrolero, ya había recibido 6 dólares cafeteros. Senguer repetía: "Toda la riqueza se origina en la provincia... El centralismo todo lo acapara, lo consume y lo monopoliza... El centralismo es la muerte... Descentralizar es ceder poder..."

Como la política es un juego de inteligencia y toda la fuerza se concentraba en Manizales con Alzate Avendaño, Hernán Jaramillo Ocampo, Antonio Álvarez Restrepo y otros más, en la etapa final ganamos para la autonomía la colaboración de Laureano Gómez, Darío Echandía -exfuncionario quindiano- a los vallecaucanos y a los antioqueños. Al excluir municipios del Valle nos apoyaron con fuerza. Los laureanistas Felio Andrade Manrique y Hugo Escobar Sierra nos impulsaron. Diego Uribe y Jaime Betancur fueron esenciales. La votación fue aplastante. Ancízar López, Silvio Ceballos y Rodrigo Gómez Jaramilo, la mujer quindiana, los gremios, todos trabajamos como locos. Gilberto Alzate me llamo “El descuartizador de Caldas”.