Cinco hipótesis del atentado | El Nuevo Siglo
Foto AFP.
Jueves, 17 de Enero de 2019
Redacción Web

Las primeras investigaciones de los organismos de inteligencia hablan de un suicida que activó el carro-bomba dentro de la Escuela de Cadetes de Policía General Santander. Aquí, cinco posibles hipótesis de los autores intelectuales del atentado.

El atentado terrorista de este jueves en la Escuela de Cadetes de Policía General Santander tiene varios ingredientes novedosos que ponen sobre la mesa varias hipótesis, ninguna descartable al menos mientras avanzan las investigaciones, sobre el posible autor material, identificado por el Fiscal General como José Aldemar Rojas Rodríguez, y los autores intelectuales.

La magnitud del atentado perpetrado al activar la carga de 80 kilos de pentolita en una camioneta Nissan gris, modelo 1993, y que hasta este momento deja 21 personas muertas y 68 heridos, algunos de mucha gravedad y en peligro de muerte.

 

1- Primeras hipótesis: el Eln

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La primera hipótesis de los expertos señala a que se trataría de una acción planeada por el Eln, que tendría varias motivaciones.

Una de ellas, como expresión de fuerza y capacidad de desestabilización con la que se buscaría presionar al Gobierno del presidente Iván Duque no solo para la reactivación de la mesa de conversaciones de La Habana, suspendida por el Ejecutivo desde agosto, sino también para negociar el cese el fuego bilateral e indefinido.

Este punto, ha reiterado Duque, solo se daría al final del proceso cuando el acuerdo de paz esté prácticamente finiquitado.

Vale recordar que este atentado terrorista, contrario a lo que se podría pensar, está enmarcado por el Derecho Internacional Humanitario pues, al parecer, no estaba dirigido contra la población civil –como lo fue, por ejemplo, el atentado del Club El Nogal en febrero de 2003 o contra el Centro Andino, en junio de 2017– sino que su objetivo fue una guarnición castrense.

Incluso, es posible que esta guerrilla, hoy la más numerosa y activa en del país, estuviera interesada en generar un ambiente de zozobra previo a las elecciones regionales de octubre próximo.

 

2- Lo que dijo ‘Iván Márquez’

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En los últimos días se conoció un video del exjefe negociador de las desmovilizadas Farc, ‘Iván Márquez’, en el que hizo duros cuestionamientos al establecimiento por lo que llamó “incumplimiento” de los acuerdos de paz suscritos en el Teatro Colón el 24 de noviembre de 2016.

En su declaración, ‘Márquez’ afirma que “fue un error” haber pactado la entrega de las armas sin que se hubiera implementado previamente el Acuerdo de Paz, y recuerda que ‘Manuel Marulanda’ “había advertido que las armas deberían preservarse como garantía del cumplimiento de los acuerdos”.

El exjefe guerrillero en su declaración lanzó una frase que se presta para muchas interpretaciones: “Vamos a dar la pelea para tratar de recomponer las cosas y reparar el daño como una modesta autocrítica, pero levantando muy en alto la bandera de la paz”.

Aunque esta declaración no implica abierta ni directamente a posibles disidencias subversivas, y menos tratándose de un grupo ilegal que siempre actuó con objetivos más rurales que urbanos, está sobre la mesa la posibilidad una nefasta coincidencia de sus afirmaciones con el atentado terrorista de este jueves.

 

3- Problemas internos de la Policía

policia

Las informaciones oficiales preliminares consideran, así mismo, que el atentado terrorista lo habría cometido una persona que ingresó violentamente a la Escuela General Santander sin atender los controles de seguridad al ingreso, cuando los perros antiexplosivos detectaron en su camioneta tipo Cherokee una gran cantidad de explosivos tipo indugel.

Es la primera vez que se conoce de esta modalidad de atentado suicida, única hasta el momento en la ya larga historia del terrorismo urbano en Colombia, lo que haría pensar en otro tipo de móviles.

En ese sentido, no se puede descartar que se trata de un oficial, de alto grado o en formación, que por razones aún desconocidas atentó contra su propia institución.

Y es que son varios los escenarios que hacen pensar en esa posibilidad. Los escándalos de la ‘Comunidad del anillo’ que le costó el puesto al director de la Institución, general Rodolfo Palomino.

Hay que recordar que la teniente Lina Maritza Zapata fue asesinada hace más de 10 años, y aunque su muerte se presentó como un suicidio, su familia y algunas versiones aseguran que ella fue testigo de este escándalo sexual en la institución.

 

 

4- Retaliación por la muerte de alias ‘Guacho’

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El pasado 21 de diciembre el propio presidente Duque confirmó al país que Walter Patricio Arizala, alias ‘Guacho’, el más temible de los ex jefes guerrilleros que no se acogió a las negociaciones de paz y que se declaró en disidencia con más de 50 de sus hombres, fue abatido en combates con el Ejército en el sur del país.

La muerte de este subversivo, nacido en Ecuador pero con más de dos décadas en las filas de las antiguas Farc, agitó nuevamente las especulaciones sobre el futuro del frente ‘Óliver Sinisterra’ que encabezó y dirigió hasta el día de su muerte.

Entre otras cosas, esta es considerada la estructura disidente con mayor poder económico de las desmovilizadas Farc, pues justamente su región de operación es el sur del país donde se concentra el mayor número de cultivos ilícitos: el departamento de Nariño, y particularmente la zona rural de Tumaco.

Es por ello que tampoco puede desviarse la atención de posibles retaliaciones de los grupos post-farc dedicados al narcotráfico.

De hecho, es sabido que las nueva generación de bandas criminales como el Clan del Golfo o Los Caparrapos, en la región del Catatumbo, han tratado durante varios años concretar una negociación de paz con el Gobierno, aunque legalmente su única salida es el sometimiento a la justicia.

 

5- Reacción del microtráfico

marihuana

En junio de 2016, la administración distrital decidió intervenir, después de varias décadas de existencia, una de las ‘ollas’ del microtráfico más grande del país: el Bronx.

Se trataba de un sector aledaño a la Dirección Nacional de Reclutamiento del Ejército Nacional que se había convertido en el más grande expendio de drogas, prostitución infantil, venta ilegal de armas, desguazamiento de carros, venta de autopartes y toda clase de delitos de alto impacto ciudadano.

Si bien los cientos de habitantes de calle que residían en los cambuches del Bronx se dispersaron por toda la ciudad, los ‘ganchos’ –como se les conocía a los carteles del microtráfico en esa parte de la ciudad–siguieron operando aunque ya no concentrados en un solo sitio.

Desde entonces, la acción judicial dela Policía y la Fiscalía General dela Nación ha sido contundente contra estas organizaciones del crimen.

Así las cosas, habrá que esperar el resultado de las investigaciones para establecer exactamente los móviles y autores intelectuales de este atentado terrorista, novedoso por su modus operandi, y uno de los más destructivos de los que se han cometido en la ciudad contra instalaciones castrense.